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Javier Hontoria, director del Museo Patio Herreriano desde 2019. Carlos Espeso
Veinte años del Museo Patio Herreriano: Javier Hontoria: «Somos un museo muy prestador»
Veinte años del Museo Patio Herreriano

Javier Hontoria: «Somos un museo muy prestador»

El director del Patio Herreriano espera poder contextualizar el arte contemporáneo español con el foráneo en una segunda etapa de su proyecto

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 20 de mayo 2022, 00:30

Llegó a la dirección del Patio Herreriano el 11 de marzo de 2019 tras ganar un concurso que ponía fin a una etapa dubitativa. Un año después, la pandemia y a los seis meses, la polémica exposición de Gabarrón, auspiciada por el Ayuntamiento. No lo ha tenido fácil, pero Javier Hontoria (Madrid, 1975) presume hoy de que «el Patio atraviesa un momento estupendo, según todos indicadores». Un ejemplo; la antológica de Juan Muñoz fue reconocida nacionalmente.

–¿Cómo se ha implementado el proyecto con el ganó?

–Se ha sido bastante fiel en las lecturas de la colección y el préstamo de obras. Entonces había una cierta polémica enEspaña sobre cuál era la visibilidad del arte español y yo era de los que sostenía que para que fuera visible teníamos que ser nosotros, las instituciones, quienes tratáramos de apuntalar nuestras grandes figuras y contribuir al despegue de los jóvenes. Hemos pensado en la historia de Valladolid y el arte español. Hemos logrado un equilibrio interesante entre figuras consagradas y emergentes, la reivindicación del arte de las mujeres y prestado atención al contexto. Muchos de nuestros proyectos tienen que ver con Valladolid. Uno no puede aterrizar con su gramática personal e implementarla a toda costa. Aquí la Colección es esencial, la que da sentido al Museo.

–Le queda un año ¿qué tareas hay pendientes?

–En principio termino en 2023, tengo un contrato de 4+4 años. Me gustaría que en una segunda fase pudiéramos poner en contexto lo que hemos ido viendo del arte nacional con ciertos matices y energías del arte internacional. Ver qué posibles ecos podemos encontrar fuera y las influencias externas que se dejan ver en el arte español.

–¿En esa línea va la exposición de la colección de Patrizia Sandretto que usted comisaria?

–Es un buen punto de partida, poner a dialogar a artistas españoles e internacionales de la misma generación. Es una colección sensacional y la oportunidad de esa mirada al exterior.

–Con la pérdida de entidad de las salas municipales ¿se sienten hegemónicos?

–Las salas y el Museo son complementarios, pero siempre pensé que el Museo no debía comportarse como una sala. Fui muy consciente de que el vallisoletano es un público muy interesado en la fotografía y la planta primera se dedica a ella. Hemos tratado de contar algunas líneas maestras de nuestra fotografía documental con exposiciones de Alejandro Garrido, Carlos Cánovas, Ricardo González... Este año esa sala acogerá una muestra de Renau, pero el compromiso con la fotografía continúa con el ejemplo de 'Derivaciones', resumen de los antecedentes, nos interesa ver qué hace que hoy ocurra lo que ocurre.

–La entrada gratuita ¿ayuda o devalúa?

–Estoy muy satisfecho de que sea gratuito, en el ámbito municipal es importante.

–Algunas empresas han retirado sus obras de la Colección ¿se ha frenado esa tendencia?

–Tenemos un comodato pendiente de revisión en 2023. Hemos pasado dos crisis, la de 2008 y la de la pandemia. La relación se forja en otro contexto histórico y los responsables cambian. Pero el grueso de la Colección se mantiene. La idea de mostrar 'Turno de réplica' quería constatar la importancia de la vanguardia española presente en la Colección. Confiamos en que el comodato se renueve y podamos seguir trabajando.

–Sandretto busca sede en España ¿podría ser Valladolid?

–Ella es amante de España. Lo intentó en Madrid, no fraguó. No se ha planteado que sea aquí.

–¿Qué relación mantiene con los museos 'hermanos'?

–Hemos tendido muchos puentes gracias a disponer de una colección que presta. El hecho de hacer coproducciones con instituciones potentes es interesante, el trabajo en red es fundamental no solo para abaratar costes sino para poder participar en una liga común con el IVAM, el CAAC, el Reina Sofía...

–¿Es la Capilla la 'niña bonita'?

–Sus increíbles cualidades arquitectónicas la convierten en uno de los mejores espacios de España. Es un lugar sobresaliente con sus dificultades. No es como el Palacio de Cristal del Retiro donde parece que no hay artista que tenga éxito, es más manejable. Ha sido abordado desde la perspectiva arquitectónica por Soledad Sevilla e histórica por Eva Lootz y Castellano. Aún así hay que tener cuidado con el espacio, puede ser tiránico. Lo que importa es el arte, lo que manda es la pieza. Hay que medir bien la escala, la altura, la luz, tiene dificultades pero nos da satisfacciones enormes y es una tarjeta de visita excepcional.

–¿Terminó la injerencia política en su programa?

–Es importante que el director tenga su programa y es su responsabilidad. También tengo presente que el Museo es un espacio municipal, abierto a muchas otras actividades y estoy encantado de formar parte de engranaje cultural que permite que haya un proyecto del Calderón en la Sala 0, que participemos en el TAC o que haya actividades en el salón de actos.

–Los artistas locales lamentan que apenas tengan sitio.

–Les diría que habrá más. Además de la Sala 0, hemos hecho exposiciones de figuras como de García Prieto. Estamos atentos.

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