En 1890, el escritor noruego y premio Nobel Knut Hamsun publicó una novela con la cual se ganó la gloria. Me refiero a 'Hambre'. Es verdad que años después escribió la que puede considerarse su obra maestra y con la que obtuvo el máximo galardón ... internacional, 'La bendición de la tierra'. Pero son 'Hambre' y 'Pan' las obras que siempre se citan; las que despiertan admiración o una disimulada antipatía no exenta de venerable respeto por un autor que no se caracterizó en vida por representarnos, al género humano, con comodidad, empezando por sí mismo. No sé si el lector sabe que Hamsun fue acusado de colaborar con la ocupación nazi en Noruega. Su culpa en esta terrible materia fue cierta y por ello fue encerrado en un sanatorio durante tres años.
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La literatura de Hamsun no es de fácil digestión. Miren si no cómo empieza la novela que hoy comento: confiesa que lo que leemos lo escribió para entretenerse. Un comienzo irónico digno del maestro que era. Sus héroes parecen construidos con un desapego afectivo casi insultante. El héroe que pasa hambre solo es descrito, como si su condición de hambriento apenas fuese producto de algo más profundo que su flagelante voluntad. Lo dijo el escritor norteamericano Paul Auster: «El arte de Hamsun es, además, de tal índole que nos impide rigurosamente sentir pena por su personaje». 'Pan' es una pequeña joya literaria. Me atrevería a decir que también es una obra maestra. Su concisión estilística y su austeridad dramática apenas permiten que sintamos algo preciso por su héroe, el joven teniente Glahn.
Esta novela resume el ideario ético de Hamsun y su poética radical, hecha de rechazo del realismo y también de exaltación de la vida inconsciente, del alma y los sueños. El héroe, en medio de una indescriptible euforia naturalista y panteísta, nos relata una compleja y casi insondable historia de amor. Edvarda, la joven de la que se enamora Glahn, es una metáfora inolvidable de la mujer carnal e inalcanzable que dibujó la literatura finisecular del XIX europeo.
'Pan' parece escrito hace dos días. Su elogio de la naturaleza sin caer en ningún tipo de bucolismo es un hallazgo del autor noruego. Su modernidad sorprende y también su desapego emocional, lo cual no le impide transitar sin maquillaje estilístico, con enorme singularidad, por un tema tan trillado como las relaciones amorosas.
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El personaje de Edvarda es la metáfora de la mujer cuando está incrustada en un mundo que no es el suyo, un mundo que le queda pequeño para tanta desprejuiciada ambición amorosa. Esta traducción es la primera que se hace directamente del noruego. Generalmente todas las traducciones al castellano de Hamsun han sido hechas del alemán. Busquen de las mismas traductoras
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