Inmerso en el boom cultural emiratí

«Están viviendo un relevo generacional y político importante. Se han volcado en el turismo, la gestión de patrimonio, el paisaje y los sitios arqueológicos y museos. Tienen tal cantidad de recursos económicos que lo que quieren lo materializan. Hay muchos profesionales españoles liderando la museografía», explica León.

La pericia nacional en «la arquitectura de interiores» (vitrinas, iluminación, hardware, mobiliario, escenografía, audiovisuales, interactivos, réplicas, maquetas, cartelas, material gráfico) se entrenó en la Exposición Universal de Sevilla, en 1992. «Entonces surgieron muchas empresas especializadas que al terminar la cita sevillana se lanzaron al exterior y con ese bagaje comenzaron a competir en concursos internacionales». Entre ellas Acciona, a través de su división Acciona Cultura, la primera con la que Alfonso trabajó, y después Icaria-Atelier, con la que sigue.

El Museo Al Shindagha de Dubai fue su vuelo bautismal. «Es una ciudad con poco patrimonio arquitectónico y se planteó este centro para preservar la zona de casas bajas como ejemplo de arquitectura local. En cada una se expone un aspecto de la vida del país. Se vende como el museo antropológico más extendido del mundo. Allí se explica la joyería, la navegación, la religión, la naturaleza.. Hubo que buscar por los zocos mucho y lo que no había, encargar réplicas», recuerda León.

El siguiente fue el centro cultural Bait Mohammed bin Khalifa, en Abu Dhabi, y el Qatar Olympic and Sports Museum de Doha. Ahora anda inmerso en el mundo de los dinosaurios porque trabaja en el proyecto del Museo de Historia Natural de Abu Dabi. Los jeques pasaron de comerciar con blancas perlas a nadar en dólares gracias al oro negro y hoy encargan edificios a Gehry, Foster o Nouvel. Y los llenan con sus caprichos.

Para el citado museo han comprado en Estados Unidos a 'Stan', un tyrannosaurus rex de 12 metros con el que explicar el cretácico, por 31,8 millones de dólares. «Hay un potente comité científico que define los contenidos y nos piden la escenografía para contarlos. He asistido a horas de discusión sobre cómo debe exponerse una pieza. Ahora acaban de encontrar evidencias de que ese thyrannosaurus tenía labios, lo que implica un cambio en la postura». La narración del viaje de la humanidad a lo largo de 13.800 millones de años aún les llevará dos años más de trabajo.