Literatura
¿Por qué nos gusta Sally Rooney? Estas son las claves de sus libros, del deseo a la intimidadLiteratura
¿Por qué nos gusta Sally Rooney? Estas son las claves de sus libros, del deseo a la intimidadHace unos meses, cuando el verano era una promesa y comenzaba la manga corta, un grupo de privilegiados tuvieron en sus manos un documento secreto que podían leer pero no comentar. El contenido de esas páginas (la historia de dos hermanos que atraviesan un duelo, ... de unos personajes en busca de su felicidad) estuvo embargado hasta el 24 de septiembre. Antes de ese día, nada se podía desvelar en público, ni un solo detalle podía trascender de un libro (claramente esperado y lanzado con campanillas) que hoy ha escalado posiciones hasta situarse entre los más vendidos de Estados Unidos, de Gran Bretaña, de Francia. Por supuesto, también de España. Su título es 'Intermezzo'. Su autora, Sally Rooney (Castlebar, Irlanda, 1991). Y su nombre se ha consolidado en los últimos cuatro años como novelista de moda, fenómeno editorial, la voz –dicen– de esa generación 'millenial' que se ha criado atada al wifi, libre de etiquetas, en un contexto de constante precariedad (la crisis de 2008 y las que han venido después).
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«Es verdad, todos mis protagonistas han llegado a la mayoría de edad con Internet, durante o después de la recesión…», cuenta Rooney en una entrevista concedida al escritor Chris Power y distribuida por Random House, la editorial que ha publicado en España sus libros anteriores. El deslumbramiento inicial llegó en 2017 con 'Conversaciones entre amigos'. Un año después publicó 'Gente normal', el libro que disparó su fama, acrecentada por la adaptación televisiva de la BBC ('Normal people'), que convirtió en estrellas a Paul Mescal (muy pronto en 'Gladiator 2') y Daisy Edgar-Jones (hace poco en 'Twisters'). En 2021 entregó 'Donde estás, mundo bello' y ahora, con 'Intermezzo' consolida su fama como la gran escritora joven de la escena internacional.
Pero, ¿qué tiene Sally Rooney? ¿Por qué se habla de ella y de sus libros como un 'fenómeno editorial' en medios como 'The Guardian' («una novela absolutamente perfecta») o 'New York Times' («un libro maduro, conmovedor, cautivador»)?
Conversaciones entre amigos. Sally Rooney.
Random House. 336 páginas. 20,90 euros.
«Soy el tipo de escritora que se levanta por la mañana no para hacer cosas interesantes con las frases, sino para pasar el tiempo con los personajes». Rooney ha construido su universo literario en torno a unos protagonistas jóvenes, desorientados, que conciben el amor como una fuente de deseo que no siempre es capaz de saciar su sed. Sus personajes lidian con eternas inseguridades y tal vez el gran asunto de sus novelas es cómo se construye la intimidad, cómo se tejen esas redes (de cariño, apoyo, confianza) que, a la larga, son el sustento de la vida. Y cómo en ese proceso tantas veces nos comportamos como seres indefensos, incapaces de decir lo que sentimos, lo que queremos, lo que necesitamos. La incomunicación –en un mundo dominado por la palabrería del 'whatsapp'– es otro de los grandes temas de su obra. Y cómo en ocasiones es tan difícil integrar las relaciones íntimas en la vida social. «La crítica, el reproche, la decepción, el conflicto: esas son las vías por las que las personas permanecen conectadas unas con otras», escribe en 'Intermezzo'.
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La intimidad, la incomunicación, la presión social y, en última instancia, el amor.
Gente normal. Sally Rooney.
Random House. 256 páginas. 20,90 euros.
Lo cuenta muy bien en su tercera novela, 'Dónde estás, mundo bello', a través de la mirada de Alice y Eileen, dos amigas de la facultad (la primera escritora, la segunda editora en una revista literaria) que el tiempo separó. A través de ellas, Rooney recuerda que muchos escritores se empeñan en llenar sus libros de reflexiones sobre «la muerte, el duelo y el fascismo» cuando, en realidad, el «gran motor de la curiosidad humana» es mucho más simple: «Si dos personas rompen o siguen juntas». «Estamos hechos para amar y preocuparnos de las personas a las que conocemos. Y eso hacemos, incluso cuando deberíamos estar ocupándonos de cosas más importantes». Como las guerras, las violencias, las crisis climáticas. Todo eso importa, sí. Y también se asoma a su obra (en 'Intermezzo', además, los altos precios del alquiler, el papel de la religión en una sociedad irlandesa cada vez más secularizada). Pero en el centro están las relaciones personales. Y a esa diana es hacia donde Rooney apunta con las palabras como dardos.
Dónde estás, bello mundo. Sally Rooney
Random House. 328 páginas. 20,90 euros.
En su última novela insiste en todo ello. Aquí lo hace a través de dos hermanos desorientados por la muerte de su padre, atrapados en ese intervalo de una vida que ya no existe y otra que está por llegar. «Intemezzo es una jugada de ajedrez –explica Rooney–, la táctica en la que un jugador aplaza el movimiento previsible, generalmente montando un ataque y forzando a su oponente a responder, antes de que la jugada esperada continúe. Y en música, esa palabra se refiere al interludio entre dos piezas más largas. Y así, me fijo en este periodo en las vidas de los personajes como una especie de intervalo. Además, la vida misma es un intervalo: muy breve, y de significado incierto».
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En ese 'intermezzo' están inmersos Ivan, un chaval de 22 años, poco ducho para las relaciones sociales, que conoce a una mujer de 36 de la que se enamora. Y también su hermano Peter, un abogado de 32, seguro de sí mismo en lo profesional, pero dividido entre dos amores: la pareja que lo dejó después de sufrir un grave accidente y la joven de 22 a la que acaba de conocer. «Las relaciones románticas avanzan en la superficie, pero por debajo hay una dinámica subyacente que resulta ser el centro del relato», defiende Rooney. Por ejemplo, los vaivenes sentimentales de los personajes, que no saben cómo afrontar sus relaciones ni cómo hacer que encajen en lo que se supone que la sociedad espera de ellos. ¿Cómo puede una mujer madura estar con un joven? ¿Cómo puede alguien enamorarse de dos personas a la vez? ¿El veinteañero que se enamora de alguien mucho mayor que él está desaprovechando su vida? «El deseo puede ser devastador y destructivo, pero la ausencia total de deseo podría ser todavía peor», explica la autora.
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Los personajes de Rooney, fruto tal vez de su tiempo, viven en esas dudas constantes. Son personas inseguras, con ansiedad, miedo al futuro y al compromiso. Lo dice el personaje de Eileen en 'Dónde estás, mundo bello': «Siempre que ocurre algo bueno en mi vida, me descubro pensando: ¿cuánto tardará en torcerse? Y casi deseo que pase cuanto antes lo peor, mejor pronto que tarde, y a ser posible de inmediato, para poder dejar de sentir ansiedad, al menos». O en 'Intermezzo': «El futuro es un misterio, etcétera, etcétera. Pero no creo que sea malo imaginarlo o pensarlo: podríamos ser muy felices».
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Pero el caso es que a veces los personajes de Rooney parecen empeñados en no serlo. En todas sus novelas, el lector tiene las cosas mucho más claras que los protagonistas, atrapados en una constante vacilación, en equívocos, en situaciones casi nunca aclaradas por las dificultades que tienen para sincerarse, para expresar lo que sienten.
Intermezzo Sally Rooney
Random House. 416 páginas. 22,90 euros.
«Nunca tengo la mejor idea de lo que sientes respecto a nada», le reprocha un personaje a otro de 'Conversaciones entre amigos'. En 'Gente normal', tan importante como lo que se dicen Marianne y Connell, sus protagonistas, es lo que callan. «En mi familia tampoco se hablan mucho las cosas. A veces creo que lo intentamos, pero no sabemos cómo hacerlo», dice uno de los diálogos de 'Dónde estás, mundo bello'. Y en 'Intermezzo' se puede leer: «El lenguaje no encaja en la realidad como un juguete en la ranura. La realidad, de hecho, es una cosa, y el lenguaje otra». Y sobre este eje central en la obra de Rooney, la autora explica: «Las relaciones humanas son tan complejas y singulares que necesariamente tienen que sobrepasar los límites de incluso la terminología conceptual más generosa. Las palabras nos ayudan a clasificar nuestras relaciones en categorías, pero estas categorías pueden servirse de similitudes superficiales para esconder diferencias mucho más profundas y significativas», explica Rooney, quien recuerda que el lenguaje es «intrínsecamente relacional: el solo hecho de que conozcamos una lengua es un testigo de nuestras relaciones con la gente». Pero, en demasiadas ocasiones, las palabras no sirven tanto para expresar lo que sentimos, como para ocultarlo. Y ahí está parte de la clave de los libros de Rooney, la autora de moda, ese fenómeno editorial construido en torno a unos personajes que buscan amor, compañía y lealtad sin saber muy bien cómo pedirlo ni manifestarlo.
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