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El escritor Juan Bonilla. Óscar Chamorro
El gozo de la vanguardia, cien años

El gozo de la vanguardia, cien años

Juan Manuel Bonet y Juan Bonilla son autores de 'Tierra negra con alas. Antología de la poesía vanguardista latinoamericana'

Viernes, 31 de enero 2020, 07:36

Parece un poco raro decirlo así, pero es verdad. La vanguardia de literatura y arte que sacudió Europa y América, hace unos cien años, se ha quedado dulcemente vieja. En una antología de poesía (como la que vamos a abordar, magnífica) vemos que los poetas ... que nos suenan –Vallejo, Huidobro, los 'Contemporáneos' de México, los 'origenistas' de Cuba– nos son familiares porque aunque se iniciaron como herederos, seguidores o quebradores de 'Futurismo' de Marinetti, la primera y más avejentada vanguardia, fueron luego más lejos, a la modernidad que admite el clasicismo, pero hay muchos, muchísimos poetas que pertenecen a la Historia o a los especialistas, porque sólo la vanguardia estricta les dio un efímero fulgor, y se eclipsaron con ella. Hablo de la en verdad magna antología hecha por Juan Manuel Bonet y Juan Bonilla, 'Tierra negra con alas. Antología de la poesía vanguardista latinoamericana', editada por la Fundación José Manuel Lara, de Planeta. Juan Bonilla (lejano en su escritura a la vanguardia, pero desde hace años muy seducido por ella) ha hecho un largo y buen prólogo, 'La caravana americana' donde detalla con sabiduría, pero sin pedante academicismo, la historia y logros de la vanguardia en América (incluye Brasil) partiendo de Francia y de España, pero a menudo con resultados muy superiores. Juan Manuel Bonet –en papel más erudito– ha redactado las biografías de los muchos antologados y suponemos que, entre los dos, han escogido los poemas que se agrupan por países. No se incluye España, porque la historia de la vanguardia española (ultraísmo, creacionismo) está hecha y porque tuvo mucha influencia en nuestra América. Borges –que vivió de joven aquí– llevó el ultraísmo a la Argentina y creó allá además, la veta criolla de esa vanguardia, con el martinfierrismo y el gusto por los taitas del arrabal. El chileno Huidobro se movió entre España y América, incluso el 'estridentismo' mexicano de Maples Arce conocía lo español, y todos fueron fascinados por Ramón Gómez de la Serna, casi nuestro primer vanguardista, y por el libro de Guillermo de Torre –cuñado de Borges– 'Historia de las literaturas europeas de vanguardia' (1925), un hito en su tiempo.

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