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Poner la obra en el centro, esa era la premisa de Álvaro Rodríguez Fominaya cuando se hizo cargo del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) hace año y medio. En breve inaugurará una exposición comisariada por él mismo que coloca buena ... parte de las obras muy por encima de la línea de la mirada del espectador, a partir de los dos metros. «Nuestras paredes tienen seis metros de altura», apunta el canario. 'Exotermia. Semiótica de la ubicación en la Colección MUSAC' podrá verse a partir del día 17 así como la gran antológica de Juan Ugalde titulada 'La nave de los locos'. En ambas hay préstamos de Valladolid a León, desde el Museo Nacional de Escultura y del Patio Herreriano.
La firma de los directores de los grandes museos en el último lustro viene marcada por la reorganización de su colección. Falomir salió indemne de la que hizo en el Prado; Borja-Villel no tanto de la del Reina Sofía; Alejandro Nuevo está considerando la del de Escultura. En cambio Fominaya se ha librado de este escrutinio porque aunque sí tiene colección, no hay exposición permanente de la misma en el MUSAC. Las 1.200 obras de su depósito constituyen «nuestra seña de identidad» pero al estar planteado como «un híbrido entre museo y centro de arte contemporáneo» tiene más «libertad a la hora de aproximarnos a nuestra colección, nos permite experimentar más, renovar la mirada sin la losa de una exposición permanente».
Por eso Rodríguez Fominaya ha convertido la sala en un espacio de interrelación del público con la obra, de los visitantes entre sí y con el lugar. «Que el museo deje de ser un espacio sacro para que lo sea de encuentro, de hablar, de contemplar» en la estela de los gabinetes de pinturas al estilo de la Royal Academy del Londres del XVIII tardío.
Dos paredes saturadas de obras, «nada minimalista», cubiertas por un puzzle organizado a partir de una línea horizontal. «Arriba las obras de gran formato, paisajes, historia y retrato; abajo, otras más pequeñas. La idea es provocar la reflexión en torno a los modelos de exhibición, la jerarquización que generan también en el arte del siglo XXI y el aprendizaje a través de la copia».
Para ello ha elegido 70 obras del Museo y tres de la Casa del Sol de Valladolid, «la copia fue la manera histórica de aprender, tuvo su valor y su museo y luego decayó hasta el punto de cerrarse el mismo». Para ello siguió varios parámetros: tamaño, género, obras icónicas, piezas no mostradas y que pudieran todas ellas encajar en el puzzle de esas paredes. «Son obras de la última década del siglo XXy la primera del XXI. Podría decirse que es una lección de arte contemporáneo, no enciclopédica pero sí a través de la Colección», explica su director.
Entre las obras no vistas antes, la recientemente adquirida con los fondos de reactivación, del vallisoletano Eugenio Ampudia 'Concierto para el bioceno', dos obras de una donación aún no formalizada, tres tapices de Piero Golia ('Postcards from the Edge') que estaban en el almacén y dos pósters del Artists' Poster Committee of Art Workers Coalition, dentro de la reivindicación.
Las líneas generales de estos 20 años en las artes plásticas están dominadas por la «renovación de la fotografía, hibridación de lo cinemático y lo contemporáneo, la actualización del retrato y una nueva mirada influida por la catástrofe ecologista, con cierta conexión con el arte político», relata Fominaya.
Hay retratos realistas en una técnica tan ajena a la verosimilitud como la acuarela de Till Freiwald. Composiciones casi románticas, reminiscencia de Gericault, como las de Muntean/Rosenblum y alegorías religiosas en las fotografías de Gregory Crewdson. Los paisajes de Ellen Kooi conviven con dos obras de los noventa del cotizado Zhang Huan. De Candida Höfer se muestra su fotografía 'Museo del Louvre Paris XVI', evocación de la galería decimonónica que propone el comisario.
Entre las obras españolas, la fotografía de García-Alix 'Lo que dura un beso', el 'Edificio Windsor', de Natividad Bermejo', el 'Boceto para el mural La Arquitectura', de Delhy Tejero, o la ambición de los modelos de Cristina Lucas que se entretienen 'Tapando el sol'. Eugenio Ampudia llenó el Liceo de plantas, el público vegetal asistió a un concierto, el del Bioceno, a través del cual hacía un alegato ecologista. El MUSAC compró la 'documentación' de esa performance, la fotografía que ahora muestra.
Tatiana Parcero y Juan Ugalde
También hay una obra de Tatiana Parcero, artista mexicana, a la que dedican una miniexposición a las vitrinas de la entrada del Museo. La iniciativa 'Caso de estudio' es la excusa para profundizar en los creadores presentes en su Colección. Raquel Álvarez, Pablo Bernabé y Koré Escobar son sus comisarios.
'La nave de los locos', antológica del artista Juan Ugalde (Bilbao, 1958), sumará más de noventa obras se despliegan cuatro décadas de su trayectoria, las transcurridas entre 1982 y 2022. Pintor, fotógrafo que probó el vídeo y la instalación, Ugalde es reconocido por su entrega al collage. Su participación por colectivos como Estrujenbank (1989-1993) o Imagina Escorial, también está representada en esta exposición.
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