¿Son 'eficaces' los espacios electorales gratuitos?
Uso y normas del castellano ·
Un buen discurso se fundamenta en los principios de corrección, claridad, eficacia y adecuaciónUso y normas del castellano ·
Un buen discurso se fundamenta en los principios de corrección, claridad, eficacia y adecuaciónHe visto con detenimiento, con distancia y con equidad los espacios electorales de los partidos políticos para las elecciones municipales, autonómicas y europeas del día 26 de mayo retransmitidos por la televisión pública y, en general, en todos ellos he percibido al menos dos de ... las 'virtudes' para la construcción del arte del «bien decir».
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Estas 'virtudes' no son otra cosa que el cumplimiento de unos principios o pilares básicos sobre los que se fundamenta una buena exposición, a saber: principio de corrección, principio de claridad, principio de eficacia y principio de adecuación. Estas piezas audiovisuales gratuitas de propaganda electoral cumplen adecuadamente los principios de adecuación y de eficacia. Se es eficaz en el uso de la lengua cuando se sabe transmitir al interlocutor lo que realmente se pretende decir. En estos casos concretos, se trataba de 'convencer' al electorado para que les dieran su voto, pero, en última instancia, solo se sabrá si los espacios han sido técnicamente eficaces cuando se haya demostrado que han cumplido su función. Este principio de eficacia es el menos perceptible por parte de los oyentes (a no ser que estén muy acostumbrados a 'leer' entre líneas); es el que más influye para que lo dicho suene más convincente, más irónico, más afectivo, más didáctico, más persuasivo, más falaz o más manipulador, si esos son los propósitos.
Un discurso es más eficaz si respeta los otros tres principios, especialmente el de claridad y el de adecuación. Y también si hace uso de la cortesía, entendida en un sentido amplio como el arte de ser capaces de conseguir que quienes escuchen el espacio correspondiente se sientan cómodos y valorados. Todos los espacios electorales, cada uno a su modo, hacen un buen uso de este mecanismo. Yo creo que también cumplen el principio de adecuación: los mensajes que transmiten son adecuados (con independencia de que nos gusten más o menos) porque son apropiados y se atienen a las necesidades y a los intereses de los autores de esas comunicaciones y de los ciudadanos, a la situación en la que se produce la comunicación, al género discursivo y al registro.
No puedo asegurar que técnicamente todos cumplan los principios de corrección y de claridad. El principio de corrección supone ajustarse a las normas gramaticales y léxicas del registro lingüístico que se use. El de claridad persigue «ser claros y precisos», es decir, huir de ambigüedades y confusiones, lo que implica una exposición ordenada y bien estructurada, con marcadores textuales variados y sin redundancias.
De todos los espacios electorales, me ha llamado la atención la ruptura del principio de corrección en el espacio del Partido Popular. Este es el texto: «Un día te preguntas… / ¿Qué es lo importante? / Eso con lo que sueñas cada mañana. / Tu seguridad y la de los tuyos, / la de todos. / Porque ese esfuerzo tenga su recompensa / Que lo que amas, siga creciendo. / Son esos pequeños gestos… / que nos pueden hacer alcanzar grandes metas. / Construir un camino de oportunidades. / En el que todos podamos avanzar. / Superando todas las dificultades. / Lo importante para ti, lo es para nosotros. / Partido Popular / centrados en tu futuro».
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Oralmente tiene mucha calidad: no hay relajación articulatoria en la pronunciación, pero tampoco tensión articulatoria extra; la pronunciación de los sonidos consonánticos en posición posvocálica es impecable (semejante a la elocución de un documental); el patrón entonativo resulta acorde con la norma estándar del español peninsular; la formalidad comunicativa da sensación de distancia, que se ve automáticamente compensada por la apelación al receptor a través del tuteo y a través de guiños que permiten descodificar que los 'anunciantes' se ponen en la piel de los ciudadanos, que hacen suyos sus problemas, etcétera. Pero es un despropósito sintáctico. Informativamente hablando, hay que suponer –o eso creo yo, es mi lectura– que «lo importante» son cuatro cosas: «eso con lo que sueñas cada mañana», «tu seguridad y la de los tuyos, la de todos», que el esfuerzo tenga su recompensa y «que lo que amas siga creciendo». Ese cambio repentino en la construcción de la frase (Porque ese esfuerzo tenga su recompensa), que se denomina anacoluto o solecismo, produce inconsistencia y rompe el ritmo enumerativo, lo que favorece que el receptor pierda el hilo porque se ha roto el orden y la estructura. Y, claro, esto va en contra de la claridad porque favorece la ambigüedad (¿qué habrán querido decir?). Por no hablar de la puntuación (que ha de ir encaminada a dirigir la tarea interpretativa del lector) y del uso arbitrario de las mayúsculas.
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