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Brad Mehldau durante un concierto de piano. G. Villanueva
Memorias sincopadas

Memorias sincopadas

El jazz es un mundo pródigo en anécdotas verdaderas y dudosas, cuando no simplemente falsas

Eduardo Roldán

Valladolid

Sábado, 2 de diciembre 2023, 00:38

Quizá por su carga mitómana, el jazz es un mundo pródigo en anécdotas, verdaderas y dudosas, cuando no simplemente falsas (suelen ser las más jugosas). Charles Mingus que compraba dos billetes de avión cuando tenía que viajar, para su contrabajo y para él, uno en ... turista y el otro en primera: en primera sentaba al contrabajo. Charlie Parker que de camino al oeste ve desde el coche a una vaca pastando y le pide al conductor que se detenga; se baja del coche, se planta delante de la vaca y se pone a improvisar con una energía digna de una noche en el Birdland con lleno a rebosar. Y tantas otras. Anécdotas que en su gran mayoría se transmiteron durante mucho tiempo de forma oral -como de forma oral se transmitieron las enseñanzas musicales: incontables jazzmen aprendieron más en 'jam sessions' trufadas de humo y alcohol que en las aulas de las escuelas de música-. Así, no es imposible que sea esta conjunción de mitomanía y oralidad lo que haga que, más que escritas, la gran mayoría de las memorias de músicos de jazz parezcan haber sido registradas por escrito, y casi siempre no por el músico sino por un colaborador, un familiar o un autor de su confianza. Además de la oralidad, se nota en los textos la tendencia abrumadora en favor de un estilo no deslavazado pero impresionista, una exposición que da la imagen final del artista y su época a base de la ilación de recuerdos, no de fechas; una cronología con saltos, que la hace más viva, pues con saltos suele funcionar la memoria.

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