![La disputa del pasado](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202106/25/media/cortadas/la-disputa-del-pasado-scaled-kG4D-U140813827179NGG-1248x770@El%20Norte.jpg)
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Acunar en las manos el libro que nos ocupa y transformar el tacto en lectura es una acción que apasiona por los contenidos que trata, pero al mismo tiempo uno se encorajina con la lectura de alguno de los capítulos que componen este texto de ... gran valía a la hora de reconciliarnos, si alguna vez hubo discordia, con México. Sabiendo lo mucho que nos debemos los unos a los otros y como desprendiéndonos de las ansias políticas de los falsos redentores, recordamos y comprendemos que la historia de Los Estados Unidos de México y España, pese a lo que a muchos les pese en ambos lados del Océano Atlántico, tiene más de armonía que de hostilidad.
La disputa del pasado está coordinado por Emilio Lamo de Espinosa, quien en la presentación: Tiempos de memoria, tiempos de olvido, tiempos de reconciliación, nos muestra con diáfana claridad todo lo que vamos a encontrar en los otros cinco capítulos. Descubriendo nuestra desidia, la falta de orgullo a la hora de reivindicar lo que es nuestro y forma parte de nuestra historia, seleccionando, recordando lo vivo, cierto que hubo sombras, nos empuja a no asumir nuestros triunfos en déjalo estar, a no postrarnos condescendientes ante los oscuros caprichos que arrojan sobre nuestra historia. Copiando palabras de Elvira Roca, encargada del capítulo Frontera, ¿con quién?, respecto a lo que está ocurriendo en los Estados Unidos con nuestra herencia. «Participamos alegremente en las polémicas, con una ingenuidad y una inocencia que dan más pena que rabia». Cierto, somos incapaces de enfrentarnos al adversario y crear nuestra estima y plantar nuestra arrogancia. Lo que crece y ha crecido en América es hispánico, mexicano-español. Hablar el idioma que no relegó las otras lenguas precolombinas y abrió el camino al mundo; sí, podría decir un americano, nos colonizaron, pero en ningún momento nos despreciaron sepultándonos en las reservas, como hicieron los estadounidenses y que estos ocultan tras un tupido velo y una industria cinematográfica (Hollywood) que desprecia la realidad e impone su negra visión destruyendo, mancillando lo hispano.
La disputa del pasado. España, México y la leyenda negra tiene una característica que lo hace atrayente y accesible a todo el público, junto a su sencillez en lo contado, es su pluralidad con los diferentes partícipes a la hora de explicar y difundir los diferentes aspectos en lo referente al pasado y presente en las relaciones de México y España. La llegada a las tierras de ultramar de la Corona de Castilla y la posterior colonización, con todos sus más y sus menos, pero en todo momento utilizando el mestizaje, es todo lo contrario de lo ocurrido por los que fomentan la leyenda negra, los que en estas páginas nominan, acertadamente, angloamericanos. Sirvan estas palabras para aguijonear y despertar nuestra estima y color a nuestra filfa leyenda. Fuimos responsables de las primeras imprentas y los primeros libros editados en las Américas, junto a las universidades; nuestros hospitales fueron los primeros allí instaurados, junto con el reconocimiento de la gramática nativa, lo que sirvió a los primeros matrimonios mixtos y el mestizaje. Sin olvidar una vida humanística y científica de primer orden. Sin duda, un buen activo.
En fin, en el libro que nos ocupa, al que no le falta una exhaustiva bibliografía, encontramos, desde el conocimiento y el saber, todo lo que une a México y a España. En realidad estamos gratamente condenados a entendernos. Expulsando a los políticos, prestos por el poder, de este amigable encuentro con la América hispana. Hispanoamérica.
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