Secciones
Servicios
Destacamos
Jorge Praga
Sábado, 20 de abril 2024, 00:44
La reciente muerte de Jaime de Armiñán fue introducida en todos los telediarios con una imagen de José Luis López Vázquez disfrazado de mujer bajo una peluca negra. Correspondía a su genial interpretación en 'Mi querida señorita' de Adela Castro, la 'señorita' que tras su ... cuerpo dubitativo encubría a un hombre. Corría el año 1972, muy lejos de esta actualidad que encuentra a diario testimonios personales y artísticos de cambios o descubrimientos de sexo. Jaime de Armiñán fue, ya para siempre, el director de esta notable y transgresora obra. Hizo muchas otras películas, antes y después, rozando incluso el Oscar con 'El nido'. Y realizó series de televisión, estrenó teatro, escribió novelas y memorias, trabajó hasta los últimos años de su larga vida. Sin embargo, en las prisas del recuerdo parece que solo fue capaz de dirigir esa película. El olvido siempre es torpe e injusto, sepulta a la vez bajo la hiedra del tiempo lo valioso y lo inútil.
'Mi querida señorita' tuvo un colaborador de lujo en el guion, José Luis Borau, un profesor de la Escuela de Cinematografía empeñado también en dirigir sus proyectos. Lo consiguió poniendo en marcha una productora propia, El imán. La notable 'Hay que matar a B.' fue su mejor logro hasta que en 1975 estrenó 'Furtivos', una mirada lúcida y terrible sobre la España que estaba a punto de salir de la noche franquista. Borau encontró más facilidades para sus siguientes obras, incluso se embarcó en una producción internacional para 'Río abajo', con David Carradine. Pero su filmografía se reduce en la memoria de muchos al rostro y a la voz ronca y cazallera de Lola Gaos en 'Furtivos'.
Esta tendencia, general en las artes, se hace más dominante en el cine por sus exigencias como espectáculo público y masivo. Es necesario atraer a la vez a muchos espectadores con reclamos conocidos y seguros. Mejor el recuerdo de un gran éxito que la suma de una trayectoria notable. El cine se acostumbró desde el principio a esa estrategia monocolor. Los hermanos Lumière, demiurgos del invento, quedaron reducidos a un tren llegando a la estación. Y Georges Méliès, el primer mago de la pantalla, a una luna que muestra fastidio en su ojo sano, embestido el otro por un cohete patrullado por terrícolas. El cine de Hollywood también supo sintetizarse en unas pocas imágenes. La trágica trayectoria de Marilyn Monroe se concentra en la chica de vestido blanco cuyas faldas levanta el aire de una rejilla en la acera. Y el 'star system' se irradia desde la gabardina de un Humphrey Bogart imperturbable ante las lágrimas de Ingrid Bergman.
Muchos creadores han pasado a la historia ligados a una única obra que casi nunca representa una trayectoria mucho más heterogénea. El nombre de S. M. Eisenstein quedó unido a su segundo largometraje, todavía en el período mudo, 'El acorazado Potemkin', cuyo montaje excepcional contó con la publicidad extra de las muchas prohibiciones que sufrió (en España, salvo algunas exhibiciones en la República, no se estrenó hasta 1977). Sin embargo Eisenstein fue también el autor de películas muy distintas y también maestras, como 'Alexander Nevski' o 'Iván el Terrible', que cierra su carrera en 1946. Orson Welles, tras aterrorizar a su país con una emisión de radio sobre marcianos, aprovechó la fama para realizar 'Ciudadano Kane' con 26 añitos. Rodó otra docena de películas, algunas a la altura de la primera si no más, pero casi siempre le vemos con el disfraz de Charles Foster Kane. Qué decir de Francis Ford Coppola, que un poco de carambola se metió a dirigir 'El padrino' y no paró hasta completar la trilogía más famosa de la historia del cine. Pero entre medias realizó 'Apocalypse Now', 'La conversación', 'Cotton Club'… En la liquidación de la memoria su carrera acabó con 'El padrino III', hace varias décadas, donde pasó el testigo a su hija Sofia. Qué sorpresa cuando se descubre que todavía vive y hace cine con aspiraciones a ganar la Palma de Oro en el próximo festival de Cannes con el estreno de 'Megalopolis'. Ha tenido que vender sus viñedos para producirla, pero tal vez consiga romper su encasillamiento como autor de una única obra perdurable. Una casilla de piel dura y larga tradición.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.