La desintegración de Fabien Oefner

Se ha hecho un nombre fusionando arte y ciencia a través de la creación de imágenes que seducen tanto el corazón como el espíritu, buscando de forma constante captar momentos de la vida que se escapan al ojo humano, fenómenos como las ondas sonoras, la iridiscencia, el fuego e incluso los ferrofluidos magnéticos. De esta forma su trabajo es una exploración de las fronteras entre tiempo, espacio y realidad.

Crea momentos y espacios ficticios que parecen absolutamente reales pero que no lo son. Su enfoque es a la vez muy metódico y lúdico: trabajos cuidadosamente planificados hasta el más pequeño de los detalles. Sus series Desintegrating tienen la particularidad de engañar al observador, que cree ver imágenes generadas por ordenador cuando en realidad estamos ante verdaderas fotografías. Estas muestran espectaculares automóviles que parecen explotar. Oefner fija en el tiempo esos momentos artificiales fotografiando una a una cada pieza desmontada del coche y las trabaja de forma digital reuniéndolas finalmente en una sola fotografía.

El artista confiesa su fascinación por la limpieza y precisión de las creaciones 3D y busca combinar ese tipo de estética con la potencia de la verdadera fotografía. Son imágenes que tratan de la captura del tiempo, deteniéndolo por un lado o inventándolo por otro.

Empleando cientos de horas en cada una de sus obras, las fotografías se convierten en una restitución hiperrealista de un momento irreal, que nunca ha existido. Para esos clichés, todos de una técnica que llega a la obsesión, hasta ahora siempre había utilizado modelos a escala, situando en un papel la posición exacta de cada una de las piezas, luego desmontando la totalidad de los componentes de las maqueta del automóvil para volverlos a situar en el lugar donde imagina que cada uno de ellos debería encontrarse en el instante de la desintegración, ayudándose para ello de sencillos hilos y agujas, y de su esquema inicial.

Pero Fabian Oefner quería ir más lejos, quería crear una obra con un coche auténtico. La oportunidad le ha llegado con una unidad de un modelo legendario, un Lamborghini Miura SV del año 1972, la bellísima creación del carrocero Bertone. Este trabajo se ha convertido en un proyecto al que ha denominado como Disintegrating X. Han sido nada menos que dos años de trabajo para Oefner y su equipo en diferentes talleres en el entorno de la célebre fábrica Lamborghini en Sant'Agata (Italia), donde este automóvil estaba en proceso de restauración.

La imagen final, conformada por las fotografías de más de 1.500 piezas, muestra un nivel de hiperrealismo sin precedentes en las obras anteriores del artista suizo. El fotógrafo ha confesado que el hecho de trabajar fuera del estudio, en un entorno muy diferente, con los sonidos propios de un taller, el olor a gasolina y aceite, ha hecho que todo se convirtiera en más tangible, en más real, sensaciones que han influido en el resultado final. Y que el Miura, del que, en este proceso creativo, ha llegado a conocer cada mínimo detalle, se convirtiera a casi en un ser vivo.