Borrar
Uno de los momentos más difíciles de la ruta, en el Himalaya
El Crucero Amarillo

El Crucero Amarillo

ARTE EN MOVIMIENTO ·

Pensar que el recorrido organizado por André Citröen por la Ruta de la Seda en 1926 tenía la categoría de un raid deportivo o publicitario sería pobre y simplista

santiago de garnica

Jueves, 14 de noviembre 2019, 19:12

Más allá del ingeniero, del hombre de empresa, André Citroën era uno de esos seres humanos que aparecen cada cierto tiempo y que dejan tras de sí un mundo diferente al que encontraron.

En 1919 crea la marca de automóviles que lleva su nombre. E ... innova desde la forma de producción a los materiales, pasando por los modos de llegar a sus clientes creando incluso una serie de juguetes réplica de sus vehículos: «los niños de hoy serán clientes mañana». Graba discos donde cuenta las cualidades de sus automóviles a potenciales clientes, e ilumina la Torre Eiffel con su nombre. Y monta una serie de expediciones, sus famoso Cruceros, con un alcance político, científico y cultural que impacta en su momento. Para ello utiliza los autocadenas, una idea del ingeniero Kegresse que transformaba los coches de la Casa Real de Rusia para moverse por la nieve, sustituyendo las ruedas traseras motrices por cadenas.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla El Crucero Amarillo