

Secciones
Servicios
Destacamos
Puede parecer muy simple, de hecho lo es, acercarse a un libro por el simple placer de la lectura del título: El cine comienza con ... Goya, Juan Pedro Quiñonero (Cátedra, Signo e Imagen, 2020). Mal empezamos, comenté para mí, grandilocuente rótulo con el que se tiene que pedir ayuda a un pintor, Goya, para dar lustre a una industria que se quiere vestir de arte. Pero dudo, y la curiosidad me corroe y me acerco a comprobar si el peso de la palabra aclara el impacto de la imagen, por sí sola incompleta.
Juan Pedro Quiñonero no es ningún advenedizo que quiere encumbrar su bibliografía apoyándose en inicuos razonamientos. Su fondo editorial y periodístico lo avala, desde su corresponsalía en París para el diario ABC. De esta manera, lo que nos cuenta desde su perspectiva cultural e intelectual es la proximidad entre los caprichos de Goya y el cine, a través de diferentes directores y algunas de sus películas. Echando un vistazo al índice, encontramos veintitrés pequeños ensayos en los que nos muestra la influencia de la pintura, los trazos, la luz, en ese lenguaje universal que es la sucesión de imágenes pictóricas o fotografías. Particularmente, situaría el inicio del lenguaje universal en los albores de la civilización, en las cavernas. Uno se imagina a la tribu junto al fuego contemplando el crepitar rítmico de las llamas, que generan con su luminosidad móviles sombras en la pared, diferentes figuras en movimiento, el sueño de la luz. Conviene recordar que la primera película con argumento, El regador regado (L´Arroseur arrosé ,1895), la realizaron los inventores del cinematógrafo, los hermanos Louis y Auguste Lumière, copiando, inspirando el guion en una tira cómica de Hermann Vogel. Comprobamos que desde el inicio las proyecciones fílmicas han estado sustentadas en narraciones visuales gráficas o literarias.
Adentrémonos en las páginas, en los Caprichos y en las películas que componen el libro; encontramos un recomendable y docto estudio, no solo literario, también pictórico, sin olvidar el cinematográfico. Estimulante exposición de cómo la realidad de las pinturas de Goya ha influido, inspirado, a una amplia pléyade de cineastas, desde los primitivos artesanos de la futura industria de la imagen, léase, Méliès, Griffith, Murnau, Eisenstein, etc., a sus rompedores y prósperos alumnos contemporáneos, Hitchcock, Kubrick, Godard, Kurosawa… que con lo aprendido germinan, con la ayuda técnica, nuevas pautas en el arte de la imagen en movimiento: el cinematógrafo. No piensen ustedes que se olvida de los ilustres creadores españoles: Buñuel, Saura o Berlanga. O del magnífico director de fotografía Néstor Almendros. Todos ellos son partícipes del interesante escrito que nos ocupa
Nomina los diferentes capítulos con el título de alguno de los Caprichos de Goya. Entre ellos, me voy a fijar en el que está relacionado con nuestra ciudad y que, bajo el epígrafe 'El entierro de la sardina', nos presenta al más trasgresor y adulterado director del Hollywood de los años cuarenta en adelante, Orson Welles, quien rodó el baile de máscaras para la película Mr. Arkadin en el Claustro y las escalinatas del Colegio de san Gregorio, en el Museo de Escultura Policromada de Valladolid. Según cuenta Miguel Delibes, en la primavera de 1954: «Un bocadillo de jamón y diez duros no eran suficiente para meter en disciplina a un extra español». Mayormente estudiantes universitarios con un humor excitado.
Centrándonos en el texto que nos ocupa, El cine comienza con Goya. Sus páginas nos adentran, con el genio aragonés, en el siempre jugoso mundo de la pintura y muestran la dependencia del cine con otras artes que lo precedieron y le insuflaron parte de su posible grandiosidad artística, revelando que sus comienzos no fueron nada virginales. Aprovechad lo que Juan Pedro Quiñonero enseña.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.