El 17 de junio, Gil Parrondo (Luarca, 1921) habría cumplido cien años. ¡Qué rápido pasa el tiempo! Para mí, este asturiano de pro es uno de los grandes profesionales de nuestro cine. El mejor director artístico o decorador, como a él le gustaba que le ... llamaran, que hemos tenido. No hace falta decir que es el único español con dos premios Oscar y cuatro Goyas para darse cuenta de su espectacular y prolífica obra cinematográfica. Basta con ver las películas en las que trabajó para comprobar que es sublime.
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Me considero afortunado ya que tuve la inmensa suerte y el placer de conocerle al dirigir mi primera película, 'Bienvenido Mr. Heston'. Un largometraje documental que trata sobre el rodaje de 'El Cid' (1961) de Anthony Mann y protagonizado por Sophia Loren y Charlton Heston en Torrelobatón, un pequeño pueblo de Valladolid. Precisamente, el responsable de que se eligiera dicha localización para rodar esta superproducción de Samuel Bronston fue Gil Parrondo. Él conocía la provincia a la perfección gracias a los años que residió en la capital vallisoletana realizando el servicio militar. Su espíritu viajero le convertía en un explorador y descubridor de escenarios naturales que, después, propondría a los directores de las películas en las cuales participó enseñándoles las fotografías que él mismo hacía. Este método lo aplicó en El Cid. En Torrelobatón eligió un espacio donde la toma era espectacular. Esa fotografía se la mostró al director, Anthony Mann. Sin pensárselo dos veces, la aprobó. Como telón de fondo, un imponente castillo del siglo XV. De esa instantánea, tomada por Parrondo, arranca la secuencia a rodar.
Cuando estrenamos 'Bienvenido Mr. Heston', Gil tenía 95 años. Una persona llena de sabiduría y experiencia en torno al séptimo arte. Un profesional de los pies a la cabeza que se hacía querer gracias a su sonrisa y amabilidad. Pero, sobre todo, un hombre sencillo que amaba su profesión. Siempre le agradeceré su participación en nuestra película. Desde la primera vez que contacté con él, se interesó por el proyecto. Se mostraba ilusionado por recordar aquella época en la que fue tan feliz porque disponía de todos los medios a su alcance para dar rienda suelta a su imaginación y crear. Crear sin límites gracias al productor Samuel Bronston.
Conmigo compartió cientos de anécdotas en uno de sus lugares favoritos para evadirse de la realidad, el Gran Hotel Conde Duque de Madrid. Sentí que me regalaba un tesoro, como el abuelo que transmite todo su conocimiento, con mucho cariño, a su nieto. También me mostró los planos y bocetos que dibujó para 'El Cid'. Me quedé con la boca abierta.
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Posteriormente, cuando grabamos 'Bienvenido Mr. Heston' en los Estudios Buñuel de Madrid, me ofreció testimonios inéditos. Me confesó sentirse orgulloso por recordar una de las mejores etapas de su vida. A cambio, yo le manifesté mi entusiasmo porque la compartiera conmigo.
Hace cinco años que nos dejó y, tal día como el 17, cumpliría cien. Me provoca especial ilusión encontrarme de vez en cuando con una de sus hijas, Inma Parrondo, a quien siempre aviso cuando se proyecta Bienvenido Mr. Heston en cine. Para mí, ver a su padre juntos es como un ritual. Es traer a Gil con nosotros, en pantalla grande, para reír, recordar y aprender con él. Es la magia del cine. Nos permite revivir momentos extraordinarios. Y sí, estoy orgulloso de haber conocido a Gil Parrondo, historia y presente del cine español. Querido Gil, nos vemos en el cine.
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