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Su primer gran viaje fue obligado, apresurado, doloroso. Cristina Peri Rossi tuvo que dejar su ciudad «triste de barcos y emigrantes», Montevideo, en 1972. Llegó a Barcelona en un trasatlántico porque la dictadura uruguaya ordenó silenciarla cuando a los 31 años llevaba una década publicando. ... La escritora, que el próximo 23 de abril recogerá el Premio Cervantes, sostiene que «si el exilio no fuera una terrible experiencia humana, sería un género literario». En su literatura abundan barcas, veleros, naufragios. Su conexión con el mundo que dejó atrás es el mar, por eso eligió una ciudad portuaria para vivir.
La única mujer del 'boom' latinoamericano llegó a la Barcelona de la 'gauche divine' «más divina que izquierda» diría ella. En su ligero equipaje, una licenciatura en literatura comparada y una camino de cuentista iniciado para el público en 1963. Fue otro exiliado, el valenciano Benito Milla, quien le publicó su primer libro, 'Viviendo', en la editorial Alfa, la más destacada de Uruguay en ese momento. Sin embargo una jovencita uruguaya no parecía reclamo suficiente para unos lectores que, como ella recuerda, creían que para escribir bien había que haber nacido en Europa, «prejuicio que mantenía Harold Bloom». Al menos un tal Mario Benedetti la dedicó una elogiosa página en un diario nacional.
«Charlatana»
Si los títulos de los libros de Peri Rossi apuntan a una armadora con flota amarrada a su mesa –en realidad los pequeños barcos que colecciona están anclados por sus estanterías–, el género al que ha sido fiel durante 60 años es el cuento. La uruguaya se recuerda como una «charlatana», una buena narradora oral. «Los relatos están escritos en alguna parte y mi tarea es descifrarlos, quitarlos el polvo y la paja para que su 'moralidad' aparezca en la palabra. Siempre se escribe para algo», escribe en el prólogo a sus 'Cuentos reunidos'.
Además el relato es el surco en el que han brillado los escritores americanos. «Es el género que más ha evolucionado del siglo XX gracias a los autores de las dos literaturas más importantes de este siglo: norteamericana y latinoamericana. Fueron grandes cuentistas Cortázar, Borges, Rulfo, Arreola, Monterroso, Onetti, Márquez, Vargas Llosa».
Desde 'Viviendo' hasta 'Los amores equivocados' (2015) las historias cortas de Cristina Peri Rossi son faro de su militancia en la izquierda y su desinhibición al exponer el amor homosexual. Las dictaduras de América Latina expulsaron a todos aquellos que defendieron los derechos humanos y cuando la uruguaya acabó, Cristina decidió que llevaba demasiado tiempo en España como para rehacer su vida en Montevideo. Su patria sería aquel lugar donde se respetara la justicia. La querencia por los animales, la fascinación por el océano, el erotismo lésbico, el rechazo a la prostitución, el exilio y la indagación sobre la soledad se traslucen en sus relatos. «Un cuento es una pequeña incisión en el tiempo que permite profundizar en una sensación, una idea, en un sueño».
Cronopios en París
En la travesía que le trae al viejo continente teme perder esa capacidad de contar. De hecho cuando llega escribe una prosa lírica, que será poemario mucho después, 'Estado de exilio'. «Tengo un dolor aquí, del lado de la patria», comienza. Y recorre el intento de explicar a un periodista la razón de su exilio con historias terribles dejadas atrás, la precariedad económica del recién llegado, el choque de mundos, la dura adaptación. También publicó en 1974 'Correspondencia(s) con Ana María Moix', poemas de la amistad entre una recién llegada y una escritora arropada por el citado grupo condal.
Peri Rossi tuvo que abandonar España y residió en París donde se encontró con Julio Cortázar, quien a su vez le dedicó tres series de poemas, los del enamorado de lo imposible. No pudo ser amor, ella le aclaró pronto su preferencia sexual, pero sí una amistad incondicional hasta la muerte del argentino. Compartieron la pasión por el cine, por la música de Erik Satie, por los dinosaurios y por el juego, como dos cronopios salidos de la pluma de Cortázar. Aquella amistad quedó plasmada en una 'biografía' del argentino que escribió para Omega y retomada hace ocho años en el sello palentino Cálamo bajo el título 'Julio Cortázar y Cris'.
En 1975 la escritora obtuvo la nacionalidad española. A partir de entonces dio clases en la Universidad Autónoma de Barcelona, publicó regularmente con Seix Barral, colaboró en diarios como 'El País' o 'Diario 16' y tradujo a otros escritores.
Peri Rossi descubrió al mundo hispano a la brasileña Clarice Lispector. También vertió su versión del clásico galo 'Cartas de Abelardo y Eloísa' al español o los cuentos de Guy de Maupassant. Su pluma ensayística fue requerida para prólogos y estudios. Su nutrido catálogo de obras ha sido sancionado con una larga lista de premios. Quien huyó «de todas las dictaduras, incluso las estéticas» ganó con 'Los museos abandonados' (1968) el Premio de los Jóvenes de Arca. 'Diáspora' (1976) le valió el de Ciudad de Palma, 'Babel Bárbara' (1990) el Ciudad de Barcelona y 'Playstation', el Loewe de Poesía.
Orillando las dolencias
Los cuentos de 'Habitaciones privadas' (2010) fueron reconocidos con el Premio NH Vargas Llosa pero no se llegó a publicar hasta que la editorial palentina Menoscuarto se lo propuso. «Ella se encontraba en esos momentos algo decepcionada con la 'industria editorial' y buscaba una editorial pequeña, en la que primara la calidad literaria y el cuidado de sus autores», explica el editor José Ángel Zapatero.
Cristina, a su vez, encontró en él un profesional cercano el interés que habían perdido los grandes sellos «para los que solo eres un número». En una entrevista con Angélica Tanarro, la escritora reconocía ser «muy querendona, me gusta que el editor me llame por teléfono».
Precisamente estos días está entregada al discurso que pronunciará en Alcalá de Henares orillando sus dolencias. Zapatero la considera «una de las grandes narradoras en habla hispana. Lo que más valoro es su modernidad. Una modernidad que se manifiesta en argumentos, estructuras y formas de narrar no exentas de riesgos que ella asume con naturalidad y de los que siempre sale airosa. El lector que se acerque a su obra encontrará los temas de su vida: amor, erotismo, transgresión, lirismo, compromiso, amistad… y siempre historias contadas con frescura, descaro y un inteligente humor lleno de ternura».
La niña que inventaba historias en la estación de tren donde trabajaba su tío y soñó con ser como Jo, la protagonista de 'Mujercitas', recogerá el premio más importante de las letras en español tras una vida dedicada a escribir. Ya octogenaria ha revivido su infancia y juventud en unas memorias que tituló 'La insumisa' (Menoscuarto). Esta misma editorial ha reeditado su última novela, 'Todo lo que no te pude decir', 'thriller' policiaco contado desde varios protagonistas que tienen en común la culpa y el ocultamiento. Su amor opr el reino animal tiene aquí una curiosa expresión.
«Si vivir es navegar, el mar es la tierra del navegante y todo, fuera del mar, naufragio», sentencia la coleccionista de veleros y palabras, una superviviente.
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