Manuel Chaves Nogales. EFE

Chaves Nogales: Su verdad

Fue un gran periodista, un escritor total muerto prematuramente, y cuya objetividad no complació a nadie. Hombre libre de acerada pluma que viajó por todo el mundo y contó lo que vio. También escribió historias y supo adivinar el futuro

fernando herrero

Viernes, 14 de mayo 2021, 10:47

Durante este último tiempo de pandemia he estado leyendo las Obras Completas de Manuel Chaves Nogales (cinco tomos, 3.000 páginas) en ese excepcional empeño editorial de Ignacio Garmendia y la Diputación de Sevilla. Un gran periodista, un escritor total muerto prematuramente, y cuya objetividad ... no complació a nadie. Hombre libre de acerada pluma que viajó por todo el mundo y contó lo que vio. También escribió historias y supo adivinar el futuro. De ahí el gran interés de sus artículos y obras.

Publicidad

Variadísimo, dijo siempre su verdad. Periodista nato. También imaginativo creador y captor de personajes memorables. Todo tipo de periódicos y revistas acogieron artículos de su firma. Era capaz de escribir sobre Sevilla, sus ritos de Semana Santa y la Procesión del Rocio, como de estudiar el comunismo en Rusia. Hacer una biografía de Belmonte, describir Ifni y la labor de España, penetrar en la II Guerra Mundial y en la República Española y la Guerra Civil de forma magistral. Un reportero único, de izquierdas, pero enemigo del comunismo y del anarquismo a quienes achaca muchas desgracias. Sus interviús son tan impresionantes como sus cuentos y su visión político social.

La verdad era para él la visión directa e inmediata. Por eso se sumergía en ese viaje europeo por avión, estudiando los diversos países con profundidad y creando un personaje (¿era real?) el Bailaor Juan Martínez que estuvo ahí, en Rusia en unas circunstancias penosas y extraordinarias. La mirada de Chaves era profunda y cuando retrató a un héroe, el General Miaja y la milagrosa defensa de Madrid, lo hizo teniendo en cuenta las circunstancias que se dieron, incluidos los errores de las tropas de Franco que impidieron que la guerra terminara mucho antes.

En estas tres mil páginas están la armonía y la desarmonía a la vez. Señala el escritor que España nunca seria comunista sometida a los dictados de Moscú, pero la discreta ayuda prestada en la Guerra por Rusia contribuyó a que la perdiera, desde la lucha con los anarquistas de la FAI. No oculta sus amores y desamores pero siempre es objetivo. Sus escritos sobre la Guerra Civil y las atrocidades comedidas son muy duros y objeto de polémica. En lo general estoy de acuerdo con él. La violencia lo estropeó todo, incluso la imagen de la Republica, tan bien intencionada como débil para mantener una paz urbana que impidiera la guerra. Esas páginas son dolorosas y hacen de España un país en el que el odio imperó y en parte impera.

Publicidad

En Chaves interesa mucho lo que dice y lo que se vislumbra tras sus palabras. De lo superficial a la profundo. Conoce perfectamente a los rusos, a los alemanes, los franceses, los ingleses, los marroquíes y naturalmente sus propios compatriotas. Sus virtudes y sus defectos alientan por ejemplo en «La agonía de Francia». Después del rendimiento a las tropas nazis y a la actuación de Petain manifiesta que el país no deseaba la guerra y no le importaba encajar en la línea del fascismo nazista. Una afirmación que fue probada con la conducta de ese gobierno respecto a los judíos. Un libro difícil y complejo que hay que tomar en cuenta respecto a unos momentos determinados. Luego De Gaulle fue otra cosa.

El global de la obra de Chaves es coherente desde una independencia que le costó muchas enemistades Es ahora cuando se comprueba que lo que el periodista veía antes es ahora cuando se puede juzgar con mayor precisión. Recordemos que muchos intelectuales viajaron a la Rusia de Stalin y no reaccionaron ante las purgas y la situación de los ciudadanos sometidos a una presión terrible. A Chaves no le engañaron, dijo lo justo si se lee con atención porque la idea era buena pero los métodos para aplicarla se basaban en una violencia compulsiva que el escrito rechazaba de plano.

Publicidad

Curiosa y ejemplar es la biografía (en forma de autobiografía) del torero Juan Belmonte. Un personaje épico más allá de su profesión. Las miserias de sus primeros pasos toreando desnudo en el campo, exponiéndose a la muerte, contrasta con la descripción de sus triunfos, haciendo al caer la tarde faenas que nadie pudo igualar, ni siquiera Joselito con el que, a pesar de la rivalidad, le unió una profunda amistad que le hizo llorar cuando se enteró por teléfono de su cogida y muerte en Talavera de la Reina.

Termino ya esta primera aproximación a una gran obra. Para mi es la recuperación del periodismo. Rescatar de medios tan diversos todos o casi todos sus escritos tiene un mérito fundamental que certifican Antonio Muñoz Molina y Andrés Trapiello. El conjunto de una obra dispersa muestra a un autor total. Esta aproximación personal es descubrir o redescubrir que hay géneros a veces ninguneados que requieren respeto y admiración. Chaves vertió desde la prensa todo un mundo desde un conocimiento directo. Él estuvo como Juan Martínez allá y nos contó lo que vio y lo que vislumbró. Un ejemplo en este tiempo difuso y problemático. Siempre hay realidades pero son más complejas de lo que aparentan. El escritor-periodista supo verlas en profundidad y nos comunicó su verdad que ahora renace.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad