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Del grito pintado por Edward Munch al aullido escrito por Allen Ginsberg. Esas pudieran ser las coordenadas, con parada obligatoria en Valladolid, de 'Esto es un gritoo!', antología de poesía visual de Javier Dámaso. Su horizonte estético y poético, en palabras del prologuista Luis Díaz ... de Viana. La poemática gráfica del autor de 'El ángel de la tempestad' o 'Del desamor y de las furias', publicada ahora por Páramo. El complemento, además, de una muestra donde cada poema, en su formato y textura originales, dan cuenta de la vigencia de un género en el que confluyen de manera absolutamente natural la poesía, las artes gráficas y la plástica.
Escritor y profesor de la UVA, Javier Dámaso (Valladolid, 1964) ha trabajado, desde el principio de su creación poética, siempre cerca de lo visual. En 2011 obtuvo un accésit en el Premio de Poesía Experimental Francisco Pino y en diferentes ocasiones ha colaborado, además, con artistas plásticos, como es el caso de libro-carpeta que 'publicó' en su día con el arquitecto y dibujante Carlos Sanz Belloso. Para un poeta, dice Dámaso, «lo que importa es la mirada». Y, en el caso de la poesía visual, lo que importa es esa «iluminación profana» que pueden producir las palabras cuando se encienden, cuando se convierten en forma más allá de la forma. Una visión, estética al tiempo que poética, que el propio escritor identifica con sus miradas sobre la ciudad de Valladolid, desde los oteros que la rodean. No desde una «torre de marfil» donde el artista o el poeta se muestran inaccesibles. Más bien una «mirada amplia», abierta, desparramada, sobre los objetos, el mundo o la vida. Algo que tiene que ver, también, con el propio carácter de esta antología como una especie de testimonio generacional sobre «los titubeos, vacilaciones y desengaños de una época», de nuevo en palabras de Díaz Viana. Un altar de derrotas o un gran contenedor de mentiras donde, en todo caso, «caben todas las revoluciones».
Un libro, en definitiva, que corre en paralelo con su creación poética habitual, buscando develaciones alternativas a esa otra verdad que se manifiesta no solo en los versos de un poema, sino también en los enigmas, las sugerencias y las evidencias de su presencia gráfica y visual ante el lector-espectador.
Poesía para leer, pero sobre todo para mirar, para admirar, para contemplar. Para las páginas de un libro como 'Esto es un gritoo!', pero también para las paredes de un museo o de una galería. O de tu propia casa. Poesía que entra en la emoción o en la inteligencia, según los casos, siempre a través del ojo. Del ojo crítico, con el deseo del juego, de la connotación, de la estética, de la experimentación siempre como última frontera.
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