Portada del libro.

En busca de la luz, con José Ángel Losada Gahete

'Breviario de la luz' es el fruto de una necesidad: la de registrar la imagen de un gorrión meciéndose misteriosamente sobre una rama de hinojo, y adivinar qué mensaje, qué desazón, qué búsqueda puede remover esta imagen en el interior del ser humano

Carlos Aganzo

Valladolid

Sábado, 8 de febrero 2025, 08:30

'Un rescoldo / arropado por la ceniza / podría incendiarnos// bendito oráculo / que hace volar al pájaro / y florecer la cebada'. Así, con esa levedad de las cosas, que sin embargo cobran ante nuestros ojos la proporción de acontecimiento íntimo, se despliega hasta muy lejos el ... libro ganador del VIII Premio de Poesía Jorge Manrique. Publicado por Menoscuarto en su colección Cálamo de poesía. Titulado 'Breviario de la luz'. Y firmado por José Ángel Losada Gahete.

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  • 'Breviario de la luz' José Ángel Losada Gahete. Menoscuarto Ediciones. 80 páginas. 2025.

El poeta Losada Gahete (Granja de Torrehermosa, Badajoz, 1959), párroco de Zafra, en Badajoz, es un sacerdote que ejerce su ministerio desde 1984, pero que se ha dedicado a la escritura desde antes. Sus libros, sin embargo, han ido apareciendo de manera tardía, con títulos como 'Avisos a náufragos', 'Anexos' (2009), 'Poemas de los Cudriales' (2011), 'Cuaderno del fuego' (2019) y 'Sarmientos en la herida' (2023). El fruto de una labor, la poesía, que el autor concibe como inherente de manera indisoluble a su trabajo como cura rural. En el caso de 'Breviario de la luz', el poemario completo es el fruto de una necesidad: la de registrar la imagen de un gorrión meciéndose misteriosamente sobre una rama de hinojo, y adivinar qué mensaje, qué desazón, qué búsqueda puede remover esta imagen en el interior del ser humano. Ese ser humano que el poeta concibe como criatura inacabada, como peregrino que camina sobre el mundo «en busca de la luz».

Entre el testimonio, la memoria y el anhelo (se podría decir incluso el ansia contenida) transcurre este libro de pequeños grandes prodigios. De intimidad absoluta, pero sobre todo de música callada. Muchas veces con el cántico de San Juan de la Cruz, y siempre con los elementos de la naturaleza en conmoción secreta y encendida, están compuestos los poemas de este libro, donde la vida, como el agua del río, tiembla a la espera de las manifestaciones de la trascendencia, del diálogo prodigioso con Dios, ese Tu ('Tu luz', 'Tus pies', 'Tus ojos', 'Tu cotidiana providencia'…) que se afana en dar respuestas indirectas a nuestras preguntas: señales, iluminaciones, signos inequívocos de todo eso que está, aunque no siempre sepamos verlo, detrás de los elementos más sencillos de la existencia. En la hondura del silencio o en «el suplicio de las espigas golpeadas», hablando con el poeta, alumbrándolo u orientándolo con sus fragmentos de luz. 'Me despierta Tu luz / y solo en ella / -con mis tinieblas de la mano- / me descubro vivo', dice el poeta, en el momento en el que la intemperie le muestra 'rostros prometidos / deslumbrantes ocasos / bosques suplicantes / desenvainados desvelos'. Todo eso que la luz, en su magnificencia, borra maravillosamente de las sombras de la condición humana.

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