Marisa Martín Antón al frente de la Escolanía de Segovia, en el ensayo de este sábado. ÓSCAR COSTA

Cantarse un 'mahler' a los ocho años en Segovia

Marisa Martín dirige la Escolanía de la ciudad desde 1996. SuS próximas citas con el público serán en el Auditorio Nacional el 19 y el 23 y 24 en Valladolid con la OSCyL

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 18 de febrero 2023, 00:41

M edio centenar de niños dedicarán esta mañana de sábado a cantar en alemán, una canción de Gustav Mahler. Normalmente ensayan dos días a la semana, pero tienen 'bolo' con la Orquesta Sinfónica de Castilla y León y su coral, la Escolanía de Segovia, ha sido elegida para el lied 'Tres ángeles cantaban', así que redoblan estos días sus esfuerzos. Acuden a la llamada de su directora, Marisa Martín Antón.

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Les ha hablado del compositor bohemio, de su mundo a caballo de dos siglos, de sus sinfonías que rompen las costuras instrumentales para incluir coros y voces solistas. Mahler, sin liderar listas de Spotify, ni ser mencionado en 'talent show' alguno, empieza a formar parte de las referencias de estos cantores. «Es tan difícil la 'Tercera' de Mahler como cualquier obra de nuestro repertorio», explica Marisa, al frente del coro de voces blancas desde su nacimiento en 1996. «Lo importante es estar siempre preparados y eso pasa por formación vocal y humana». Antes de Valladolid, cantarán a obra en el Auditorio Nacional de Madrid, este domingo con la Filarmonía. «Siempre les digo que hay que comportarse en el escenario con igual respeto al público ya sea el de Valladolid o el de cualquier pueblecito».

La voz, base de toda la música

Marisa estudió piano pero desde que escuchó cuando era joven un coro de niños francés sintió que esa era su trabajo. «Soy directora de otro coro de adultos, Ágora, y me gusta mucho. Pero la voz de los niños es algo superespecial, no hay nada comparable. También estudié pedagogía y cuando pude unirlo a la música lo convertí en mi meta». En 1996 la Fundación Don Juan de Borbón decide crear la Escolanía y desde entonces anda Martín cantando todas las voces de cada partitura que les lleva.

«No todos saben leer música, pero les voy familiarizando con las partituras, que vean el valor de la notas, si ascienden o no, que se hagan una idea. Aunque su desarrollo memorístico les permite cantar de memoria», cuenta Marisa que admite «a todos los solicitantes, solo hago una prueba por si hay alguna limitación física en las cuerdas vocales. Porque hasta el oído se educa. Todo es cuestión de tiempo y trabajo». La edad de los coralistas va de 8 a 17 años, «cuando les cambia la voz a los niños intento bajarles a otra un año, pero luego cuando es grávida tienen que dejarlo».

La experiencia coral es «musical pero también humana, de respeto, de constancia, de disciplina». La educación vocal es «la base de toda la música, el que canta bien, toca bien, porque un intérprete tiene que cantar internamente la música». Marisa Martín afronta con naturalidad la variedad de edad de sus cantores. «Hay cosas que los pequeños no entienden, pero yo les digo que ahora no comprendéis pero lo vivís, ya los asimilaréis». Por encima de la razón, la experiencia de «estar en un escenario, sobre la orquesta, pudiendo ver cómo entra el timbal, el trombón o el arpa. Hay muchas que no se ven desde el público. Y cuando en un futuro vayan a escuchar la 'Tercera' de Mahler recordarán cómo lo vivieron y cantaron ellos».

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