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La del caminante es una de las figuras que ya casi ha desaparecido del paisaje urbano. Ahora tenemos a los ciclistas, a los que van en patinete y a los ya imprescindibles conductores. Casi nadie camina ya y eso es una pérdida enorme porque la ... ciudad se convierte en lugar para personas con prisas, atareados en sus muchos recados, pero no para el ocioso, que eso es, al fin y al cabo, el caminante. Este, en las varias modalidades que describe Scott, es una persona a la que le gusta pasear, normalmente por la ciudad, aunque también los hay que han ido de una ciudad a otra andando o han recorrido los suburbios y las afueras no urbanizadas de algunas ciudades a pie. Es una figura asociada al surgimiento de la gran urbe en pleno siglo XIX, en concreto, al París que surge a raíz de los planes urbanísticos de George-Eugène Haussmann y que, pese a las muchas críticas que concitó, ¡y que aún perduran o se renuevan!, dio lugar a la urbe moderna, anónima, provocadora, fascinante y peligrosa.
París tuvo a Charles Baudelaire que logró darle forma poética a esa nueva ciudad, y a Walter Benjamin, quien la cartografió filosóficamente. Londres tuvo a Charles Dickens y al extravagante norteamericano Edgar Allan Poe, quien en 'El hombre de la multitud' dio cuenta de los cambios psicológicos que la gran ciudad provocaba en sus habitantes.
Título y autor: caminantes (flaneurs, paseantes, walkmans, vagabundos, peregrinos). Edgardo Scott
Datos: Gatopardo. 135 páginas. 16,95 euros.
En el siglo XIX fueron bastantes los flâneurs que se dejaron llevar por las cambiantes atmósferas parisinas. Así lo dejó escrito Léon-Paul Fargue. En el siglo XX algunos aún perduraban, a pesar de la competencia de Berlín, a quien Franz Hessel dedicó un par de libros memorables: 'Paseos por Berlín' y 'Berlín secreto'. Más recientemente, Rebecca Solnit ha reflexionado sobre los paseos de los turistas en Las Vegas, una ciudad artificial donde se ha vuelto a la costumbre de andar por las calles.
Anteriormente, y también con posterioridad, ha habido vagabundos en busca de un futuro mejor, peregrinos, simples viajeros, como aquellos de la generación Beat (que solían ir en coche). Ahora no es infrecuente ver por la calle gente que camina mientras escucha música en sus dispositivos móviles (que son mucho más que un teléfono, y por eso la utilización de este vocablo es un rasgo de una vida anclada en el pasado).
Edgardo Scott escribe un libro ameno, que en ciertas ocasiones se hace demasiado breve, sobre la figura del caminante y sus varias mutaciones o declinaciones y algunos de los escritores que se acercaron al tema. El libro se lee con gusto y deja al lector con ganas de continuar leyendo sobre el tema. Sirva esta reseña como acicate para leer 'Caminantes' y proseguir con los escritores que Scott nos propone o con algunos de los que he mencionado aquí.
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