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Galeno diseccionó simios. Francisco Pastor posa con el cráneo de un gorila en el Museo de Anatomía de la UVA. A partir de Vesalio, los anatomistas trabajaron con la observación directa sobre cadáveres humanos. NACHO CARRETERO
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Cadáveres que son el libro de la vida en Valladolid

Francisco Pastor enseña anatomía en la UVA, primera universidad española en tener permiso para diseccionar cuerpos humanos en 1550

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 24 de febrero 2023, 00:26

«Abres y lo primero que encuentras es la grasa. Luego los vasos, después los músculos, vas profundizando como pasando páginas en un libro», explica Francisco Pastor, profesor de Anatomía de la Universidad de Valladolid y director del Museo de la misma disciplina. «Eso no ha cambiado desde que comenzamos a hacerlo en 1550 en esta Universidad a la que Carlos I otorgó el primer permiso en España para diseccionar cadáveres».

El documento original duerme en el Archivo de Simancas. El médico del emperador era Andrés Vesalio, autor del tratado 'Sobre la estructura del cuerpo humano'. A la observación directa se han ido uniendo nuevas técnicas que permiten una gran precisión pues «lo que llamamos cuerpos normales son apenas un 20%. Somos distintos y para cualquier intervención hay que saber moverse por ese cuerpo como si estuvieras en tu casa».

Aunque España lidera el ranking de donaciones y trasplantes de órganos, «no es un fenómeno extensible a la donación de cuerpos. Los órganos son impersonales, pero un cuerpo es una cara, unas manos, que tienen los rasgos personales, y que serán manipulados por extraños. Eso retrae un poco a la gente. Es verdad que hay un cambio de mentalidad y que algunas creencias religiosas chocan con la ciencia. El alto precio de los funerales también anima a personas que no quieren dejar una carga a sus hijos. Nos vienen, nos preguntan y a la vez te piden que no digamos nada a sus familias. Pero si ellas no lo saben, no sirve de nada». También hay quien, con sagacidad de pícaro, les ha ido a pedir. «Alguna persona nos solicitaba dinero por su futuro cadáver donado por ser un caso excepcional de 'situs inversus' (disposición anómala de órganos)».

Donaciones de cuerpos

Las donaciones de cuerpos han vivido diferentes vaivenes. Cuando Rembrant pinta su 'Lección de anatomía' superaba el interés científico llegando a ser un espectáculo público una vez al año. «Hasta el siglo XX no hay forma de frenar la putrefacción, tenían que programar bien la disección. Se hacían en invierno. Lo primero, se diseccionaban las partes que se pudrían antes. Iban a la cavidad abdominal, las vísceras del tórax, se mostraban y retiraban para quedarse con los sistemas musculares de extremidades y tronco. Un cadáver no se podía tener en la sala más de diez días pues el hedor era insoportable», cuenta el profesor vallisoletano. A partir del formol, las técnicas de embalsamamiento y la refrigeración «podemos usar un cuerpo hasta años». Hace un siglo podían hacerse de 60 a 80 disecciones al año.

La anatomía es un pilar de la medicina, todos pasan por ella. A los alumnos de quinto y posgrado se les reservan cadáveres recientes cuyos tejidos mantengan sus estructuras más enteras. «El cuerpo muerto suscita reparo, inquietud incluso aunque estés acostumbrado. Te tienes que abstraer, no puedes estar pensando que esa persona tuvo infancia o quien le acarició. Un cuerpo recién muerto provoca respeto, es muy diferente a los cadáveres embalsamados». El color blanquecino por el formol atenúa la impresión.

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La tecnología es una buena aliada sobre todo «para enseñar morfología a los posgraduados. Ayudan mucho las técnicas de imagen. Antes era impensable que a un paciente le pudieras cortar en rodajas y menos hacer una reconstrucción tridimensional. Ahora se hace casa día con un ordenador. Un TAC hace secciones transversales de todos los planos, la resonancia magnética nos muestran los tejidos blandos, vísceras y articulaciones, todo eso ha favorecido un resurgir de la anatomía».

El diagnóstico por imagen ha multiplicado las herramientas. Se han ido añadiendo arteriografías, tomografías, ecografías, «que son inocuas, nada que ver con las radiografías. Por eso los alumnos deben conocerlas y completar con ellas sus habilidades en una rodilla, una cabeza o una articulación. Hay veces que antes de que venga un otorrinolaringólogo de posgrado a trabajar con una cabeza, se ha hecho ya un TAC de la misma. De tal forma que tiene información muy precisa para que cuando meta el endoscopio sepa las dimensiones de cada cavidad o si hay un vaso cerca para que no se acabe donde no quiere».

Los anatomistas son los más artísticos y literarios de los discípulos de Galeno. El dibujo de los cuerpos fue un arte de 'físicos' en la Edad Media que los pintores renacentistas practicaron. «Siempre les digo a los alumnos que tienen que presentar bien sus dibujos y sus descripciones. Tenemos que mostrar el cadáver en posición anatómica que es como el hombre de Vitrubio pero con los brazos bajados y las palmas hacia adelante».

En cuanto a la literatura, la ciencia ficción, el terror y hasta el gore tienen en la anatomía buena parte de sus recursos estéticos. Aunque fue Mary Shelley y su 'Frankenstein' la que inició la literatura gótica. «Nos provocan taparnos los ojos con los dedos separados. Queremos ver pese a todo».

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