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Ava Gardner y Mario Cabré.
Cabrerito

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Mario Cabré no solo fue matador. Su personalidad burbujeante, arropada por un chasis descomunal, lo llevó al cine, la televisión y la poesía

Eduardo Moga

Valladolid

Viernes, 18 de diciembre 2020, 12:20

Que un torero español enamorase a una actriz de Hollywood era una proeza, una hombrada nacional de la que todo patriota debía enorgullecerse, sobre todo entonces, cuando España aún no había salido del racionamiento y era una paria en el concierto de las naciones. Y ... eso fue lo que sucedió cuando Mario Cabré sedujo a Ava Gardner durante el rodaje de 'Pandora y el holandés errante' en Tossa de Mar, en 1950. El idilio no duró mucho —luego, el inagotable Cabré probaría con otra actrices distinguidas, como Yvonne de Carlo e Irene Papas—, pero al país le supo a gloria y dejó algunas anécdotas memorables, aunque probablemente apócrifas, como aquella en que, tras una noche de amor, Ava le pregunta a Mario, al verlo saltar de la cama y empezar a vestirse, «pero ¿a dónde vas», y el torero le responde: «A contar que me he acostado con Ava Gardner».

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