Todos a bordo

Bicicletas, tanques, globos, submarinos, sondas, helicópteros, todos permiten el traslado del hombre. Todos ellos tienen antecedentes que el libro escudriña. Antes del coche fue la cuadriga o el carruaje de caballos: Al transporte blindado de hoy le precedió el carro de guerra y el tanque de Leonardo da Vinci. Ícaro encarnó el sueño volador del hombre que acabó haciendo aeroplanos y aviones a reacción. La Tortuga de Bushnell fue un modelo de submarino de 1775, necesario para desarrollar el Nautilus. Los protagonistas de estas gestas, sus ingeniosas soluciones, los hitos históricos en su evolución son contadas de forma amena y con unas ilustraciones llenas de humor.

Olvidar o confrontar el pasado

Un intercambio escolar de una joven bilbaína a Berlín es el punto de partida de 'Y serán felices' (Edelvives), de Elena Alonso. Lorena va a vivir a la casa de la bella Martina y el inteligente Paul con la idea de mejorar su alemán. Enamorada de las matemáticas, alberga la esperanza de poder estudiar en la Universidad de Gotinga. La inmersión lingüística conlleva la cultural y pronto atisbará entre ciertos jóvenes del instituto una virulenta actitud hacia ella.

En una de las clases, le piden a Lorena que explique la situación política de su región y se desata un debate enconado, sin que ella atisbe en principio la raíz de tanta violencia. Será Paul quien le abra los ojos. En su país hay una parte de la población más joven que empieza a negar la historia y a enarbolar la bandera neonazi.

Elena Alonso plantea dos formas de lidiar con el pasado de dos países: Mientras en España se hizo un pacto por el olvido, en Alemania lo confrontaron para provocar la reacción que permitiera superarlo, aunque en las generaciones siguientes se haya logrado un efecto perverso. A la dialéctica entre el joven Paul y la desconcertada Lorena, se une la indagación en una historia entre Hitler y una joven niña judía, Bernile, además del personaje de un Nobel de Química, vecino de la familia de acogida de la española.

Las tres líneas narrativas se trenzan para dar una visión poliédrica de la historia y de sus efectos en según qué personas, desde el suicidio por no soportar la derrota de los ideales hasta la culpa, la vergüenza y la convivencia con un pasado ominoso. Aún así, siempre existe salvación, les dice el anciano científico, el conocimiento.

Lorena y Paul concluyen su trabajo con un alegato en pro de la libertad de los niños, de la infancia cuando todas las posibilidades deben estar abiertas. Novela altamente recomendada para todos los jóvenes que asisten a este momento político en esta sociedad que coquetea con una fuente distinta de enajenación, la tecnología.