La conversación de una niña y su abuela es la estructura de 'Una vuelta al mundo' (Kalandraka), en la que Joseba Sarrionandia cuenta a los jóvenes lectores la aventura de Magallanes y Elcano. «Una historia de verdad», le solicita la pequeña. En la interpelada ... narración de la abuela se alternan los hechos históricos con consideraciones sobre la justicia, las creencias, la organización de mandos o los límites de la autoridad.
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El atractivo añadido en esta ocasión a la épica aventura radica en el detalle, en la intrahistoria, en la vida diaria a bordo de los cinco naos liderados por la Trinidad. Comienzan en el momento en el que consiguen permiso político y apoyo financiero para la expedición y sigue con la contratación de la marinería y por los astilleros donde se construyen las naves. Oficios y puestos en el barco, velamen, mástiles, víveres, todo es importante.
Sarrionandia se detiene en el código de luces y en la pertinencia de cada viento durante la singladura. Y dota a su joven protagonista de una inagotable curiosidad que provocará que la abuela tenga que saltarse los episodios de «varios rombos».
Magallanes comanda la misión desde Sevilla, 1519, con una idea más conquistadora que comercial. La anhelada gloria pasa por asuntos tan domésticos como una violación a bordo y su labor de juez a bordo. La nieta exigirá de su abuela pormenorizada explicación sobre la cuestión, así como sobre el canibalismo o la evangelización. Mientras, avanzan las naves hacia Brasil, luego Montevideo, el sur de Argentina donde nombran patagones a los habitantes de pies grandes, tienen un encuentro con ingleses que se llevaron a varios indígenas , uno de los cuales acompañaría un año después a Darwin en el Beagle aunque no pudiera hacer las veces de traductor. Hambrunas, motines, la muerte de Magallanes en Filipinas, la aventura avanza como las ganas de saber de la interlocutora en esta apasionante inmersión.
Desde pequeño Nicolás Copérnico miró al cielo, se preguntó por la alternancia del sol y la luna. Su tío avivó su curiosidad y le envió a Bolonia, primero a estudiar leyes aunque luego l polaco prefirió Medicina en Roma. Se ganó la vida como médico pero nunca dejó de observar el firmamento. De Anaximandro a Ptolomeo, comprobaba lo que los clásicos habían dicho para constatar o rechazarlo. Ni la Tierra era plana, ni era el centro del Universo. Su teoría heliocéntrica, el movimiento de la traslación y rotación de nuestro planeta fue su gran aportación como nos cuentan David Calle y María Padilla en esta nueva entrega de Vegueta.
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El lirón que protagoniza 'La estrella perdida' (Thule) juega con las luciérnagas por la noche. Un día le deslumbra un fulgor, el de una estrella caída. Se convertirán en compañeros de juego. Conocerá a otros habitantes del bosque, unos amenazantes, otros amigos. Y el lirón tendrá que buscarle de nuevo su sitio en el cielo. Relato de una amistad contada con aliento poético e ilustrada con cálido clasicismo para primeros lectores.
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