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Claustro del colegio de los Dominicos, de Miguel Fisac, en Valladolid. Andrea Rodera
Arquitecturas salvadas por la fotografía

Arquitecturas salvadas por la fotografía

'Objetivo. Lo moderno' en el Patio Herreriano recoge la mirada de los arquitectos vallisoletanos al estilo austero y funcional de entre 1925 y 1985

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 30 de septiembre 2023, 00:19

Existe una 'viga-hueso Valladolid' patentada por Miguel Fisac. La diseñó para la cubierta del Instituto Núñez de Arce pero no las busquen, están en la escombrera. Los problemas de humedades se solucionaron cambiando ese elemento estructural y el exponente del Movimiento Moderno en la arquitectura española fue transformado. Peor suerte corrió su 'Pagoda', sede de los laboratorios JORBA en Madrid, demolida para levantar un edificio mayor. De ambas construcciones hay testimonio fotográfico.

Esta semana se ha celebrado el XII Congreso Internacional de Arquitectura del Movimiento Moderno. Fundación Docomomo Ibérico. Catalogar y vigilar los edificios relevantes de entre 1925 y 1985 es una de sus tareas. Dedican su exposición anual en el Patio Herreriano a mostrar al público por qué las construcciones de ese periodo merecen la misma protección que una catedral gótica o un pasaje modernista.

La necesidad de documentar el trabajo propició la cercanía de arquitectura y fotografía. Arquitectos del Movimiento Moderno como Alejandro de la Sota, José Antonio Corrales y Fernando Higueras fotografiaban ellos mismos sus proyectos. Otros, delegaban en profesionales de la imagen industrial. «La diferencia radica en la atención al detalle estructural y una visión arquitectónica más que artística», apunta SaraPérez Barreiro, miembro de la FundaciónDocomomo y profesora de la Escuela de Arquitectura de Valladolid.

Hay una viga-hueso Valladolid patentada por Fisac para el Núñez de Arce. Hoy está en la escombrera

Las líneas maestras del Movimiento consistían en mostrar los materiales –hormigón, ladrillo caravista– y la crudeza constructiva, la funcionalidad y la austeridad estética. «A la gente hoy le choca, es un estilo de su tiempo cuyos edificios se han ido 'embelleciendo' posteriormente.Se han pintado y adornado. Las modas son cíclicas», explica Sara. Daniel González recuerda la crítica a este estilo «por demasiado internacional, podías encontrar sus edificios en cualquier lugar del mundo sin tener en cuenta el área circundante. La ubicación era secundaria».

Las paredes de hormigón animaron a los arquitectos fotógrafos y entre los del Colegio de Arquitectos de Valladolid han elegido a ocho que cuelgan sus obras en el Herreriano. «En España hay más de 2.400 edificios del Movimiento Moderno catalogados. Les pedimos uno de Castilla y León a cada uno, hay una representación de cada provincia excepto de Ávila y Soria», anuncia Pérez Barreiro. Yasí se han reunido 38 fotos acompañadas por los planos.

Escaleras y cubiertas

Gabriel Gallegos comenzó a fotografiar edificios abandonados hace seis años. Mostró su trabajo en 2022 en el MUVA y lleva a la Sala 0 del museo sus fotos del Mercado de Abastos de Valladolid, el Hogar Nacional Sindical, la Sagrada Familia, Cristo Rey y Cefasa, en Miranda de Ebro. El concurso del Colegio de Arquitectos de Valladolid les permitía enviar fotos de cinco construcciones. «La fotografía de arquitectura es una disciplina que recae mayoritariamente en arquitectos porque requiere una técnica diferente. El ojo profesional influye», cuenta quien a falta de encargos propios retrataba edificios abandonados.

«Era fácil acceder, no necesitabas permiso. En la mayoría de los casos queda el sistema constructivo, la esencia de la arquitectura, como en las personas, el esqueleto. Son edificios que se han abandonado por dejadez institucional, por el alto coste de su reconstrucción o de su demolición. A veces ese esqueleto se reutiliza, como las naves de la carretera de Madrid, o parecen inservibles como el chalé de Parquesol», explica. Gallegos fue sumando trípodes, flashes, objetivos a su equipo y se convirtió en profesional. Ahora la práctica de la arquitectura le retiene en el estudio y ha relegado a la fotografía, «tengo más trabajo».

Del mismo gremio es Andrea Rodera, quien expondrá sus fotos de los colegios de los Dominicos (1957) y la Sagrada Familia (1967), de Miguel Fisac y Antonio Vallejo, respectivamente. «Me interesaron estos dos conjuntos porque en su momento se construyeron en un entorno rural, que hoy sería periurbano, pero con una planificación proyectada en relación con el paisaje», dice Rodera, arquitecta urbanista.

El pinar en las ventanas

«En el caso de Fisac, hay elementos más expresionistas dentro del lenguaje austero dominante. Trabaja con el hormigón casi de una forma escultórica como se ve en el ábside con la escultura de Oteiza y en ese claustro tan característico con galerías del mismo material», explica Rodera que ha centrado su mirada en «el contraste de formas orgánicas blancas que introduce Fisac en puntos muy concretos del conjunto de edificios de ladrillo rojo oscuro». De ahí que esa serie la haya titulado 'Ondas'.

El proyecto de Vallejo «es más tardío pero recoge el espíritu de la arquitectura brutalista, con el hormigón visto, estriado e imperfecto, el ladrillo y el hierro. Las fotografías se centran en la relación de los edificios con el pinar que en algunas horas del día se replica en los cristales de las ventanas continuas y en las puertas del acceso lateral, generando reflejos y transparencias y la continuidad entre espacio exterior e interior». Andrea ha llamado a esta serie 'Reflejos en el jardín'.

La fotografía es para Rodera una herramienta fundamental de su trabajo.«Comenzó siendo documentación sistemática y se ha convertido en una mirada. Tiene otra parte que me hace vivir siempre alerta, buscando el momento en el que encuentras algo del lugar que solo ves tú, esos instantes plasmados que no siempre suceden. En estas fotos que presento, hay dos», recuerda. Rodera lleva años escrutando los edificios de Valladolid. Ha retratado unos 30.000 para los inventarios sobre los que trabaja Docomomo.

Los edificios han sufrido ampliaciones, rehabilitaciones extralimitadas, mantenimientos más o menos respetuosos. Su estampa original a veces solo está en la fotografía.

Cita Andrea a Iñaki Bergera ('Fotografía y arquitectura', Turner) que sostiene que «la arquitectura moderna se hizo a golpe de acero, hormigón y cristal, pero se consolidó y creció gracias a la diseminación de sus imágenes».

Junto a Rodera y Gallegos, exponen sus fotografías Javier Mínguez, Jacinto Mateo, José María García, María Jesús Llanos y Andrés Carretero.

«Castilla yLeón tiene buenos ejemplos del Movimiento Moderno, a los citados añadir Aracil, Torres, Corrales, Feduchi. La mayoría son edificios públicos, iglesias y viviendas. En ese momento casi todos los arquitectos procedían de Madrid y Barcelona, donde estaban las escuelas», explica Sara Pérez, profesora de la Escuela de Arquitectura de Valladolid, la única que hay en Castilla y León. «Siempre hay egresados nuestros en las candidaturas de premios importantes, pese a nuestro modesto tamaño».

A los Mies van der Rohe de este año concurren los vallisoletanos Primitivo González, Ara González Cabrera y Noa González Cabrera con al Escuela de Arte de Valladolid y Óscar Miguel Ares, con las Piscinas Municipales de Castromonte.

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