Antonio Pereira, en una visita a Valladolid en el año 2000. Gabriel Villamil
Literatura

Antonio Pereira, el cuentista de las ciudades de Poniente

Viajero, viajante, empresario y verso libre en el mundo literario, León celebra el centenario del cuentista y poeta de Villafranca del Bierzo

Victoria M. Niño

Valladolid

Viernes, 13 de enero 2023, 00:02

El parador de Villafranca del Bierzo lleva su nombre desde la renovación. Allí escribía Antonio Pereira cuando volvía a su ciudad. Recorría las tabernas, visitaba a Cristóbal Halffter en su castillo y a Robés en su estudio, paseaba entre conventos y palacios. Una ruta recordará ... el camino del escritor en el año del centenario de su nacimiento. Poeta y cuentista, Pereira (1923-2009) fue uno de los escritores convocados por Chema Sarmiento en la película 'El filandón' (1984) aunque fueron Luis Mateo Díez, José María Merino y Juan Pedro Aparicio, de una generación posterior, los que internacionalizaron la tradición.

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Pereira vivió la literatura al margen de cuadrillas. «Era un hombre de fácil trato, cultivó siempre la amistad.Conoció en León a Victoriano Crémer, luego a Antonio Gamoneda. Después a Díez, Merino y Aparicio. Siempre estuvo ligado a ellos como amigo pero nunca adscrito a una generación o grupo», explica su sobrino Joaquín Otero. «Fue por libre, no siguió ninguna moda. Publicó a destiempo novelas experimentales cuando triunfaba el 'boom' latinoamericano. Se movió según sus apetencias personales».

Autoficción pionera

Adelantando a la «autoficción», como señala uno de sus sucesores cuentistas Pablo Andrés Escapa, Pereira hace cameos en su obra. Gamoneda, que prologa la reedición de 'Todos los cuentos' (Siruela), le dice: «Tu escritura no puede ser ficción porque tu escritura eres tú. Y, al ser tú, es re-creación subjetiva de tu propia vida, de tu realidad».

El niño Pereira jugó con las palabras más que con el balón de fútbol que compartían sus compañeros en el colegio. Las gafas dirigieron su mirada hacia dentro, excepto para las chicas. Fueron ellas las que sembraron su temprana vocación periodística. A los 13 años envió una crónica costumbrista sobre una fiesta de fraternidad entre Villafranca y Astorga al 'Diario de León' y se la publicaron. Crecido por la respuesta, requirió un carné que le acreditase como miembro de la redacción y así «poder ir al cine gratis y presumir con las muchachas». El director del periódico le conminó a «no tener tanta prisa».

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La familia se trasladó a Lugo y Antonio comenzó a trazar los puntos entre 'Las ciudades de Poniente' que darían nombre a uno de sus libros, entre el territorio mágico del noroeste peninsular desde Tras-os-Montes, pasando por Galicia, León y Asturias. La oralidad, la lengua gallega, los mitos, el tren de Mondoñedo, «aunque luego me enteré de que no había tren allí pero la historia era bonita». Mucho después, en una entrevista para este periódico, el escritor confesaba: «Me temo que miento algo hasta en la vida privada».

En 'Espadaña' con Gamoneda

Su primer impulso fue el poético y su primera casa, la revista 'Espadaña' a mediados de los cuarenta. No tuvo prisa en publicar un poemario, lo que ocurrió en 1964 ('El regreso'). Antes hubo premios, matrimonio con Úrsula Rodríguez y trabajos.

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Estudió magisterio y lamentó no haber ejercido un curso ya que heredó de su padre ferretero el espíritu emprendedor. «Comenzó siendo viajante, vendiendo pimentón; luego material eléctrico y pequeños electrodomésticos. Fue creciendo, puso tienda en León con una red de 35 trabajadores. Tenía un catálogo curioso de tostadoras, radios, útiles domésticos. De dedicó y vivió del comercio. Eso le quitó tiempo para la escritura pero a la vez le dio la solvencia económica para escribir lo que quiso», cuenta Otero. Los viajes por las carreteras locales le proporcionaron historias para sus cuentos. De hecho asoman viajantes en varios.

Cita con Borges en Buenos Aires

A esa condición unió la de viajero. La ganancia de uno de los premios de poesía en los cincuenta la empleó en ir a Marruecos, aunque finalmente se quedó en Tánger. Allí estaba al frente del Instituto Politécnico Español el también leonés Valentín García Yebra y se sumó a su tertulia consumiendo el tiempo previsto para conocer el país. Más tarde fueron Buenos Aires y Borges; Río de Janeiro y Ledo Ivo. Antes, Madrid y Aleixandre con quien completó su «noviciado de poeta». También mantuvo correspondencia con Jorge Guillén.

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Pereira tenía casa en León y en Madrid. En la capital frecuentó la tertulia del Café Gijón «los viernes los cuentistas comen alrededor de Meliano Peraile» y continúa en el cuento 'Los hispanistas' esbozando los corrillos intelectuales. «Antonio Ferrer gobierna el realismo puro y duro allá por donde el diario 'Pueblo'... los miércoles en la librería Ínsula...». La desaparición de su amigo Jesús Fernández Santos del Gijón, la visita a un garito de fados clandestino en el barrio lisboeta de Alfama con Amancio Prada que sabe la contraseña del día –'Bandarra'– , los trenes lentos con muchas paradas en las que renovar las vidas ajenas, las mujeres deseadas y las tenidas, se suceden en sus cuentos. No había entrevista en la que no fuera preguntado por su fidelidad a la narración corta. Así lo definió en estas páginas: «El cuento es un pez escurridizo que se resiste a las definiciones. Solo se define cuando de repente escribes un buen cuento» y en cuanto a los requisitos, debe ser «breve, intenso y trascendente». Joaquín Otero apunta que «era partidario de no encorsetar los géneros. Explicaba que algunos de sus relatos eran tan breves y se acercaban tanto a la poesía que están incorporados a la antología de aquella porque no solo vive en el verso puede haber poesía en prosa».

Prólogo de Mestre

Su amigo Juan Carlos Mestre, a quien dedicó los 'Cuentos de La Cábila', prologa la edición de 'Todos los poemas' (Siruela). Mestre se refiere a su poesía como testimonio de lo vivido, de lo soñado, de lo admirado, «en la raya dialectal del bilingüismo que acentúa su pasión por lo galaico». El Pereira de 'El filandón' confiesa sus escalofríos al escuchar las «historias de aparecidos, de esos muertos que no se acostumbran a serlo». El Pereira poeta crea un paréntesis en el calendario, un refugio para la eternidad. «Si soy poeta puedo inventaros un país sin tiempo», escribe.

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La Biblioteca Nacional acogerá un homenaje al escritor esta primavera. La Asociación de Amigos Casa Panero concitará un congreso sobre el villafranquino. Y su pueblo celebrará en verano la Fiesta de la Poesía que él instauró. Quien ironizaba sobre su condición de «escritor de culto» por tener «pocos pero conocidos lectores» probablemente lo será algo menos al cabo de su año.

Un premio, una ruta, un documental

Desde el mes de octubre la casa de Antonio Pereira en León recibe visitantes, muchos de ellos escolares que se acercan a conocer la vida de su paisano. Para asomarse a la obra se está distribuyendo una antología de Anaya dirigida a estudiantes de bachiller durante este curso y el próximo. De hecho la Fundación del escritor ha unido lectura y visita también a su ciudad natal, Villafranca del Bierzo, con una ruta que recorre los lugares más emblemáticos de la biografía del escritor.

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Comenzó el año con la convocatoria abierta para el Premio Internacional de Poesía Antonio Pereira que estará dotado con 25.000 euros. Apenas se dio a conocer recibieron tres originales. «Se suma a otro ya existente que es el Premio Internacional de Ensayo Úrsula Rodríguez, su mujer, sobre la obra de Pereira, con la misma dotación. El objetivo es que el interés por la obra de Pereira llegue a otros países de habla hispana. Intentamos que un autor reconocido en España sea conocido fuera, darle su carácter universal», explica Joaquín Otero Pereira, sobrino del escritor al frente de la Fundación.

El periodista Agustín Remesal prepara un documental que estrenará TVE. En otoño llegará a los escenarios un espectáculo que está escribiendo Juan Carlos Mestre, de cuya pluma salió 'Una tarde a las ocho' o 'Diez años con Pereira'. Una orquesta de cámara y un coro acompañarán al actor que lo protagonice. Antes, en junio la Fiesta de la Poesía que promovió en Villafranca celebrará una edición especial.

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