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¿Amazon novedoso? Tal vez sí, pero ahí estaba hace más de 80 años la librería Santarén, en el número 27 de Fuente Dorada, en el centro mismo de Valladolid. «Con una simple llamada telefónica al 2.237 puede pedirnos los libros que ... necesite, que le serán servidos en su domicilio con toda rapidez», decía la publicidad de aquel 27 de diciembre de 1935.
La librería publicó en El Norte su habitual listado de novedades editoriales, aquellos títulos que se habían recibido en los últimos días y que se encontraban a la venta del público, de aquellos vallisoletanos que, a mediados de los años 30, eran apasionados de la lectura. Entre los recién llegados, muchos libros vinculados con la vida agrícola y ganadería, como 'La cría del cerdo', de León Hergueta, con 270 páginas a un precio de doce pesetas. O 'Gallinicultura práctica', del mismo autor, un libro útil por tan solo cuatro pesetas. También llegaba 'Las personas decentes', una novela de Pedro Mata. O 'Ni mi madre se alegró', de Eva Leidman. Y entre ellos, 'Juan Belmonte, matador de toros: su vida y sus hazañas', una edición popular, «con profusión de grabados», 128 páginas en folio recortado que valía dos pesetas y que venía firmada por el periodista sevillano Manuel Chaves Nogales.
Cuenta la Fundación Joaquín Díaz que una reproducción enmarcada de la Novena a San Antonio de Padua fue, según todos los indicios, la primera publicación salida de la prensa de Fernando Santarén Martínez en la calle Valseca. «Durante todos esos años, los Santarén fueron publicando principalmente, en diferentes formatos, tres clases de materiales: religiosos, didácticos y políticos. A partir de 1913 la Casa santarén se fusionó con El Norte de Castilla y con la Imprenta Castellana». Y esta librería de Fuente Dorada fue punto de encuentro de apasionados a la lectura. Presumía, además, de cambiar el escaparate «todos los días», con la llegada de las novedades. Y a finales de 1935, una de ellas fue la obra de Chaves Nogales dedicada al torero Juan Belmonte.
Su pluma se había convertido en habitual en los medios madrileños. Y sus ecos llegaban de vez en cuando a Valladolid, en forma de notas informativas en las páginas de El Norte de Castilla. El 9 de julio de 1929, se recomendaba, por ejemplo, su libro 'Un pequeño burgués en la Rusia roja (la vuelta al mundo en avión'). Un volumen que formaba parte de una lista de sugerencias literarias con las mejores lecturas aparecidas en mayo de ese año. A la cabeza se encontraba 'El viaje a España', de Federico García Sanchiz, pero además de la obra de Chaves Nogales estaban también 'El ladrón de glándulas', de Wenceslao Fernández-Flórez, 'Mi vida', de Isadora Duncan o 'Tres maestros (Balzac-Dickens-Dostoiweski), de Stefan Zweig.
Eran lecturas que se recomendaban a los lectores de El Norte en 1929, que se sugerían desde la librería Santarén en 1935. Ahí estaba Manuel Chaves Nogales, periodista que, sin embargo, cayó durante años en el olvido hasta su reciente reivindicación. Es verdad que ese libro que llegó a Santarén meses antes de la Guerra Civil fue durante años no solo el más conocido de Chaves Nogales, sino casi el único que se podía encontrar en las librerías (salvo volúmenes de segundo mano en los rastros). Pero hoy Chaves Nogales es un habitual, su nombre no es extraño en las estanterías del comercio libresco. Y menos aún en las últimas semanas, con la publicación de sus obras completas, cinco tomos editados por Ignacio F. Garmendia y publicados por Libros del Asteroide.
Cuenta Garmendia, en uno de los prólogos, que Chaves Nogales «fue uno de los periodistas más populares y prestigiosos del tiempo de anteguerra», pero que «cayó después en el más absoluto de los olvidos». Sepultado, en parte, por la propaganda franquista. El 13 de junio de 1937, en El Norte informaba de de la publicación en Buenos Aires de una de las crónicas de Chaves Nogales, a quien el reseñista (firmaba F. M,) calificaba de «rusófilo, defensor del Frente Popular, demagogo y panegirista del Madrid rojo», porque «el antiguo director de 'Ahora' fue de los que simpatizaron desde un principio con la Rusia bolchevique, de los que han jugado con el comunismo en sus libros y reportajes».
Antonio Muñoz Molina, en el prólogo de la obra comlpeta de Chaves Nogales, asegura que «da la impresión« de que el periodista sevillano «fue una persona impermeable a la propaganda política, lo cual ya lo diferencia de muchos de los escritores y periodistas, españoles o no, que en los años treinta participaban en viajes organizados a países totalitarios, y volvían de ellos entusiasmados y dispuestos a elogiar sus conquistas, cobrando o no los sobres discretos de las embajadas. También parece haber sido inmune a la seducción de las ideologías, que en ese tiempo brillaron tan cegadoramente para un gran número de sus contemporáneos: ideologías totales, el comunismo o el fascismo». Frente a esto se situaba Chaves Nogales, «un pequeño burgués partidario ferviente de la democracia representativa, de la libertad de espíritu y de expresión, de la soberanía individual», lo define Muñoz Molina.
«El éxito del redescubrimiento se debe a la perdurable calidad de la escritura de Chaves, a la ejemplar honestidad de sus análisis o de su trabajo sobre el terreno y a la independencia insobornable de su mirada», defiende Garmendia. El escritor Andrés Trapiello, quien firma una de las introducciones a la compilación considera que «esa resurrección apoteósica como escritor es un caso único en la literatura española». Pero ahí están obras como 'A sangre y fuego', 'La agonía de Francia', 'El maestro Juan Martínez que estaba allí', incluidas, claro está, en estas obras completas.
No faltan las cotidianas piezas periodísticas de su trabajo diario en prensa. Y en alguna de esas noticias posa su mirada en Castilla y León. Como en 'Quienes hacen las grandes cosas en Castilla', un artículo que publicó el 3 de mayo de 1926 en el 'Heraldo de Madrid' y que ensalzaba la campaña de alfabetización emprendida por Luis Bello en el medio rural castellano. «Bello recorre pueblos y escribe artículos, esto es todo. Sencilla, cotidiana, discreta, esta tarea tiene, sin embargo, la alta jerarquía del as empresas heroicas», escribía Chaves Nogales, quien subrayaba: «No es frecuente que en España se emprendan, y si se emprenden se prosigan, campañas como la que por esos pueblos perdidos de Castilla y León está haciendo don Luis Bello».
Editorial Libros del Asteroide. Cinco tomos. 99,95 euros.
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