Javier Ares: «El fútbol es un inmenso y obsceno negocio»

–¿Se corrige cuando se ve ahora en Eurosport?

–No me gusta verme en la tele ni oírme en la radio. Es una manía de siempre.

–Empezó en el rugby, siguió con el fútbol y luego el ciclismo ¿qué tienen las dos ruedas?

–Nada especial, es un deporte que tiene momentos en la retransmisión muy bonitos cuando hay algo épico, pero hay otros muchos que no. Exige una mayor especialización y conlleva otras experiencias, una gran vuelta supone tres o cuatro semanas fuera. He hecho más de cien, pero también con el fútbol he viajado por todo el mundo. Llevó 40 años haciendo todos los deportes pero quizá en el ciclismo he hecho más ruido.

–¿Cubrir una gran vuelta es una maratón comparada con los 1.500 m. que es un partido?

–Lo que sí es un maratón son las 13 horas seguidas de radio los fines de semana que hice en Onda Cero durante quince años.

–¿Está justificada esa sobredosis informativa?

–El negocio es la única explicación. El fútbol es un inmenso y obsceno negocio, para intermediarios, sociedades anónimas y jugadores, no mucho más. Eso ha determinado que haya partidos sin parar desde el viernes hasta el lunes y que las retransmisiones y los medios lo hayan explotado, porque aunque requiere inversión, al final es un gran ahorro. Pero no da para tanto informativamente. Es un negocio que no respeta a nada ni a nadie y en el que el consumidor protesta muy poco.

–El aficionado español echa de menos una clásica ¿por qué no se promueve?

–Hay una, la de San Sebastián pero con poca tradición y sin una fecha fija dentro del calendario de la primera división de la UCI.

–Cambios eléctricos, potenciómetros, pinganillo de radio, datos biométricos del corredor ¿el exceso de tecnología acabará con la espontaneidad en el ciclismo?

–Es la gran queja sí, todo está controlado. No solo es que se acaba con la espontaneidad de un posible ataque de un corredor sino que todos conocen la capacidad de cada deportista. Me temo que ese control seguirá creciendo y deja poco margen a la imaginación del espectador y a la creatividad del corredor.Es sintomático que algunos aventuráramos que Egan Bernal iba a ganar el Tour de 2019, siendo un desconocido. Bastaba con tener los datos. Si él no nos puede sorprender, los que vengan tampoco. Si sabes lo que va a pasar se pierde la gracia.

–El ciclismo ha dejado de ser europeo ¿qué han traído estadounidenses y australianos?

–Dinero. Es un negocio, se ha extendido para hacerse más rentable.Antes había pequeños patrocinadores, ahora hay sponsors que son multinacionales. Ciclismo hubo siempre en todas partes, pero la globalización a través de la televisión ha permitido que haya campeones.

–Perico, Contador, Valverde ¿está preparado el siguiente pelotón español?

–Depende de lo que se pida. Al caviar y al buen jamón se acostumbra rápido todo el mundo. A Valverde se le ninguneó porque no ganó el Tour y venía de una etapa –Perico, Sastre, Contador– en la que parecía que era fácil. Ahora hay muchos más. Llevamos tiempo sin esas estrellas, pero hay nombres como Enric Mas que tiene posibilidad de ganar un Tour midiéndose con Bernal y Pogaçar. Otros pintan como Marc Soler, Carlos Rodríguez o Juan Ayuso. Me conformaría con que pudieran salir con opciones.