El Herreriano muestra el Valladolid vacío por el confinamiento que solo vieron los fotoperiodistas

Estas estampas recogidas por los fotoperiodistas de Valladolid componen 'La ciudad inaudita', la propuesta del Museo de Arte Contemporáneo Patio Herreriano para rendir un homenaje a una ciudad que fue capaz como tantas otras de todo el planeta de acatar la obligatoriedad de suspender su vida durante semanas para tratar de esquivar su muerte.

Esa realidad distópica, que en apenas dos meses mudó de inaudita a cotidiana y de la que fueron testigos los reporteros gráficos de Valladolid y también algunos artistas locales, podrá visitarse en las salas 1 y 2 del Patio Herreriano hasta el 10 de enero y ofrece al visitante la posibilidad de conocer, o de recordar en el caso de los lectores fieles de periódico, lo que ocurría en la ciudad mientras ellos estaban confinados en sus casas. Soledad, vacío, silencio, pero también gente tomado el sol en los balcones, socializando con el del mirador de al lado. Calles, con la única compañía de sus edificios, calladas, vacías, tristes, grises. Paisajes que desprovistos de paisanaje aprovecharon la ocasión para imponer su ley en modo de exuberancia vegetal de una primavera húmeda y no excesivamente fría que la pandemia nos robó, con animales capaces de sentirse cómodos en hábitats salpicados de semáforos y señales de tráfico pintadas sobre asfalto.

'La ciudad inaudita', presentada ayer por la concejala de Cultura y Turismo, Ana Redondo, y el director del Patio Herreriano, Javier Hontoria, es una exposición dedicada a Valladolid, un homenaje a la ciudad por parte de quienes trabajan de forma profesional en el campo de la fotografía y a la vez un homenaje de la ciudad a estos profesionales, según destacó Ana Redondo: «Necesitábamos una ventana desde la que mirar al mundo y la encontramos en vosotros», describió la concejala. En la muestra conviven trabajos de fotógrafos artistas –Ángel Marcos, Víctor Hugo Martín, Cristina R. Vecino– y también de fotoperiodistas –un total de 25, de todos los medios y agencias de Valladolid, también los de El Norte de Castilla–, y sitúa bajo una misma luz y en un mismo espacio imágenes realizadas desde una perspectiva estética y otras tomadas con ánimo informativo.

La propuesta no elude el debate sobre las imágenes de sufrimiento, de enfermedad, hurtadas a la opinión pública. «Un sentir unánime entre los gráficos que han cubierto la ciudad en tiempos de pandemia, sobre todo en las semanas del confinamiento, es la frustración por no haber podido acercarse al corazón del problema», según se lee en el texto de presentación de la exposición. Estas imágenes a las que por discutibles razones de protección se les impidió el acceso a los medios de comunicación, fueron sustituidas por infografías diariamente actualizadas con las estadísticas de la evolución de contagios, hospitalizaciones, ingresos en la UCI y muertes, que también tienen presencia en la muestra.

A buen seguro, cuando allá por el mes de julio, Hontoria y su equipo empezaron a poner en pie este proyecto, lo concibieron como una forma de contar un pasado reciente. Pero ahora estas imágenes cobran fuerza como advertencia para los flojos de memoria. Valladolid ha cuadruplicado en un mes el número de ingresos por covid hasta los 198 actuales. Y los datos de mortalidad tampoco dejan espacio al optimismo.

En la exposición participan los fotógrafos Fernando Blanco, Rubén Cacho, Miriam Chacón, Carlos Espeso, Nacho Gallego, Ramón Gómez, Ricardo González, Francisco Javier de las Heras, Juan Miguel Lostau, Ángel Marcos, Eduardo Margareto, Víctor Hugo Martín, Alberto Mingueza, Víctor Otero, Leticia Pérez, Juan Carlos Quindós, Pablo Requejo, Miguel Ángel Santos, Wellington Dos Santos, Henar Sastre, Ricardo Suárez, Jonathan Tajes, Cristina Vecino y Gabriel Villamil.