Funeral de Concha Velasco

Los hijos de la actriz leen emocionados los mensajes de los vallisoletanos

«Lo de ayer en el teatro de La Latina fue entrañable, pero lo vivido hoy en Valladolid... Ha sido indescriptible». Son palabras de las primas de Concha Velasco, Ángeles y María Jesús Varona, en el salón del recepciones del Ayuntamiento de Valladolid. «Estamos encantados de cómo se ha volcado la ciudad y el alcalde, para organizar tanto en tan poco tiempo», reconoce Ángeles que no ha podido contenerse y, durante la ceremonia en la Catedral, se ha lanzado a cantar el 'Ave Verum'.

Desde el sábado por la tarde, cuando se abrieron las puertas del consistorio para que los vecinos pudieran escribir en los libros de condolencias, el desfilar de vallisoletanos ha sido incesante. Dan fe de ello los maceros del Ayuntamiento, José Luis Ortega y Olga Burredo, ya sin la dalmática morada sobre sus hombros y con las mazas a buen recaudo. «Son de 1592», explica José Luis, que lleva tres décadas en la casa consistorial y que solo ha vivido algo similar en los funerales de Miguel Delibes y de Tomás Rodríguez Bolaños. Lo de este fin de semana ha sido inaudito. «Han venido desde niños pequeños a personas de más de 90 años. Una de ellas, incluso, dejó la silla de ruedas para subir con mucho esfuerzo las escaleras y poder dar el último adiós a su Concha», destaca Olga.

La familia de la artista, al completo, ha sido la última en dejar el edificio. Eran las tres menos cinco de la tarde, cuando los hijos de Concha Velasco, Manuel y Paco, el hermano de la artista, Manuel Velasco, y su nieto Samuel bajaban unas escaleras que han visto pasar desde la tarde del sábado a miles de personas, vallisoletanos y foráneos. Este domingo era imposible dar una cifra, pero se sabrá, porque desde el Ayuntamiento están estudiando la posibilidad de publicar un libro con todos los mensajes.

Han sido miles. Tantos, que después de la misa se han acabado las cuartillas cuadriculadas de condolencias. Hasta ese momento, llevaban más de ocho. Pasadas las dos y media de la tarde, las encargadas del protocolo del Ayuntamiento no han tenido más remedio que colocar folios simples para que las decenas de personas que seguían esperando pudieran dejar su mensaje a Concha Velasco. Algunos simplemente firmaban, otros, en cambio se explayaban con elogios a la actriz: «Que te vaya bien en el cielo», «Vuela alto chica yeyé», «Siempre serás eterna»...

La familia recibirá todas las dedicatorias, pero el hijo mayor de Concha, Manuel, ha querido detenerse un buen rato en leer las últimas y no ha podido contener las lágrimas. Emocionado, como todos los presentes en el Ayuntamiento, ha cogido el bolígrafo y ha comenzado a escribir unas palabras a su madre, la gran Concha, que ya descansa en el panteón de los ilustres. Solo el rechinar de la madera de la sala se oía cuando el hermano de la actriz, Manuel Velasco, y su hijos han comenzado a plasmar con tinta lo que llevaban guardado en el corazón. Luego una foto de familia, con la imagen de Concha de fondo, para marcharse «agradecidos infinitamente con la ciudad» a Madrid.

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