Con cuerpos extraídos de árboles diferentes, maneras de abrazarlas distintas y cada una con repertorio propio, la guitarra flamenca y la clásica se funden este sábado en el programa 'Lo Cortés no quita lo Gallardo' dentro del ciclo de Juventudes Musicales. Los guitarristas ... José María Gallardo del Rey (clásica) y Miguel Ángel Cortés (flamenca) jugaron con sus apellidos para titular su premiado disco y la gira para presentarlo les trae mañana al Teatro Calderón.
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«Nos conocimos hace bastantes años, en una colaboración con María Pagés, y nos dimos cuenta de que nos gustaba tocar juntos. De ahí surgió la idea de compartir un espacio en el que ambas guitarras se enriquecen. Así que firmamos un tratado de paz entre las dos a la que la palabra gitana se puede unir perfectamente», explica José María Gallardo (Sevilla, 1961), apuntando la tercera presencia en el escenario, la de la cantaora Esperanza Fernández. Ella les acompañará en los temas con letra. Este programa gira en torno a composiciones de ambos guitarristas, excepto 'Amargura', de Manuel Font de Anta. Miguel Ángel Cortés (Granada, 1972) considera la escritura de música para ambas guitarras la «manera de engrandecerlas como dúo, crear algo que no existía». Guajiras, bulerías, tangos y solos se sucederán en el concierto que presentará ese primer disco del dúo, que ya prepara un segundo en torno a Albéniz y el flamenco.
«Hemos llevado este repertorio por Europa, a países donde la cultura musical es impresionante, y la respuesta del público ha sido muy buena», apunta Miguel. En los destinos en los que es posible suman la colaboración vocal, «nos acompañamos una guitarra a la otra, y cuando puede ser, las mecemos con la palabra del cante».En este tiempo sus guitarras se han ido fundiendo hasta el punto en que «cuando oímos el disco hay momentos que no sabemos cuál de las dos toca, por el mimetismo que hay. Las dos parecen una», reconoce José María. Guitarras muy parecidas, físicamente apenas se aprecia diferencias en que la flamenca tiene una caja más estrecha, que obliga al intérprete a inclinarse un poco más sobre ella y con un aro algo más ancho. La clásica tiene un sonido más armónico y suave, su interpretación se basa en las notas, frente a la predominancia del acorde en el toque flamenco, sonido más agudo y nasal que requiere más potencia para el tablao. En cuanto a las maderas, en la clásica prima el cedro y el palo santo, siendo el abeto y el ciprés más común en la flamenca.
José María Gallardo ha trabajado con Paco de Lucía, con Plácido Domingo, Elina Garança y Teresa Berganza, a las órdenes de Ozawa, Marriner o Pons, y junto a colegas como John Williams o Leo Brouwer. Por su parte Miguel Ángel Cortés cogió la guitarra en el Sacromonte y a los 14 años ya la paseaba por Japón, entre otros países.
José María y Miguel Ángel ya estudian las obras de Albéniz y las ponen en relación con el flamenco, «igual que no se entiende Albéniz y Falla sin el flamenco, la música es un crisol de influencias en la que pesa también la zarzuela, la copla, la música española anterior al XIX. Recrearemos a Albéniz desde otro punto de vista».
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Sábado, 20:00.Sala Miguel Delibes, Teatro Calderón. Entrada, 11 euros.
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