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Muchos vallisoletanos no tendremos problemas para recordar cuándo fue la primera vez que vimos a Félix, el de la gorra de Candeal. Pueden imaginarlo ¿verdad? Exacto: en la Plaza Mayor cerrando una de las muchas fiestas de San Mateo. Mi caso es el de muchos ... vallisoletanos, y puedo evitar exponerlo, menos hoy. Ahí estaba yo quizás a finales de los 70 o recién entrado los años 80… subido a los hombros de mi padre, uno de esos muchos obreros de Valladolid que a la vuelta de ese otoñal segundo domingo de fiestas, tenía que levantarse 5 horas más tarde a golpe de sirena del extraradio. Esto último no importaba. Había que ver a Candeal y hacerlo con la familia y amigos… rodeado de pendones de Castilla y León en unos tiempos donde las identidades regionales y la recuperación de las raíces populares era como agua caída del cielo, después de tantos años de folklore único al gusto de una dictadura poca amiga de raíces plurales y diversas.
Y ahí estaba Félix, junto con Toño desde el principio de los tiempos… o al menos desde los míos que estoy seguro que es el de muchos vallisoletanos también. Ahí estaban también mis ojos de chaval de 7 u 8 años clavados hacia ellos por encima de las cabezas de muchos paisanos. A mí que de niño la música moderna ya me picaba y que ya disfrutaba con lo que sonaba «en la Fm» grabando desde la radio en una casete los éxitos de Bee Gees, Stones, Leift Garret, Supertramp o ABBA… ahí estaban, como insisto, avisándome Félix y Toño de que «chaval estás en Valladolid y aquí también se canta 'La Loba Parda'…». «Pues vale» -me dije- y cuando tenga 'veintipico' años os pienso entrevistar para El Norte aunque lo mío sean los Who, o los Sex Pistols».
Más información sobre el fallecimiento de Félix Pérez
Y fue fácil entrevistarle, fue fácil hacer una crítica de su grupo, fue fácil trabajar con él y con Toño en alguna producción. Fue fácil porque Félix era buena gente, algo muy preciado en estos tiempos que corren. Sonrisa constante y humildad como carta de presentación así como facilidad en el trato y en el trabajo… Además, Félix no tenía que ponerse duro con nadie para proteger las dignidades artísticas de Candeal… Para defenderles ya estaba su público que siempre manifestaba con contundencia aquello de «¡Las fiestas se cierran con Candeal y en la Plaza Mayor!». Eso sí que son fans para toda la vida Félix… y no los de Justin Bieber.
Cuánto me hubiera gustado que Félix pudiera disfrutar desde un merecido reposo del guerrero lo que está ocurriendo ahora… que es una buena cantidad de artistas jóvenes y contemporáneos que reivindican nuestras música de raíces y por supuesto, el longevo esfuerzo de Félix a lo largo de todos estos años. No ha caído en saco roto Félix y sé que lo sabes. Hay muchos chavales en Castilla que miran a las raíces y que miran a tu trabajo . Pero a mi me gustaría que además también miraran a tu calidad humana. Porque como persona hacen falta muchos como Félix, el de la gorra de Candeal.
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