![Cuando la disciplina de partido ahoga el debate dentro y fuera del Congreso](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/02/24/alsina-kebG-U2101629054645lsF-1200x840@El%20Norte.jpg)
![Cuando la disciplina de partido ahoga el debate dentro y fuera del Congreso](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2024/02/24/alsina-kebG-U2101629054645lsF-1200x840@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Llamados a hablar de la relación del periodismo y el humor, Carlos Alsina y Sergio del Molino provocaron sonrisas con su diálogo titulado 'Acorralados'.
Soso confeso, Alsina reconoció no saber contar chistes ni anécdotas para contradecirse con su esbozo del personaje de la semana: Koldo, mano derecha de Ábalos. «La política se presta al humor, me deja descargar la responsabilidad», reconoció la voz de Onda Cero para describir al Koldo que no necesita apellidos, las imágenes del asesor cortando troncos con un hacha en camiseta de tirantes y custodiando los avales de Sánchez. Sergio del Molino subrayó la capacidad cervantina de Alsina, esa virtud que «permite que cosas terribles puedan ser vistas como chuflas». El autor de 'Un tal González' consideró que es un «síntoma preocupante el rechazo grosero del actual PSOE a lo que representa Felipe González» y aludió a la «ruptura generacional» que lleva a Sánchez a «matar al padre». Para Alsina, más que una cuestión generacional es de coherencia. «Si Felipe se muestra en contra de la amnistía y la negociación con Puigdemont, dicen que su tiempo pasó. No es tanto la edad como que si no estás conmigo estás contra mí».
Recordó que tardó cuatro años en entrevistar a Pedro Sánchez. «Para entonces ya era una valoración de una legislatura en la que había demostrado su relación difícil con la verdad», afirmó quien logró que el presidente admitiera un «cambio de opinión» sobre Cataluña. «Lo que para unos es cambiar de opinión para otros es mentir».
Ambos coincidieron en que la hegemonía de la disciplina del partido y cómo esta ha matado el debate dentro y fuera de los parlamentos. «No se admite la discrepancia. Si un simpatizante del Gobierno opina en contra de algo que hace, el partido le recrimina que está haciendo el juego a la derecha. Es una fórmula letal para desactivar cualquier análisis», explicó Alsina a quien, en conversaciones privadas, le reconocen algunos socialistas que no aprueban la negociación de la amnistía pero no lo defienden en público.
Sergio del Molino consideró que el uso de términos que denigran al contrario, como la 'fachosfera', «son formas de reducir la complejidad del debate y meter en el mismo saco las opiniones que te resultan incómodas. Convierten todo en bronca».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.