Secciones
Servicios
Destacamos
Le ha tocado subirse «a un caballo que va al galope», la celebración del centenario del nacimiento de Delibes. Vallisoletano y experto en desarrollo y cultura organizacional, este economista con postgrados en Administración de Empresa y en Dirección de Proyectos, ocupa el puesto que Javier ... Ortega dejó para tomar posesión como consejero de Cultura y se marca otras dos prioridades, además de la conmemoración: la puesta en marcha de una sede definitiva que permita la apertura de la Casa de Delibes e implicar en la Fundación a la siguiente generación Delibes, la de los nietos del autor.
–¿Cuál es su relación con el universo Delibes, con el autor, con su obra, con su familia?
–Con Delibes tengo un vínculo casi familiar. Los primeros libros que leí fueron suyos. Por influencia de mi padre [Fernando Zamácola Garrido, primer consejero de Agricultura y Ganadería de la Junta en un Gobierno del Partido Popular], que era un lector compulsivo y los primeros libros que me dio para que leyera, como buen cazador y amante del campo que era, fueron libros de Delibes. Además, tengo amistad con dos generaciones distintas de la familia, los hijos y buena parte de los nietos y esa también ha sido parte de la razón para que hayan pensado en mí. Este es un puesto que depende de la confianza y de tener asumidos puntos que no sea necesario explicarle a un tercero. Esa filosofía de Delibes, cómo los hijos y nietos viven la herencia del padre y el abuelo, a mí no hacía falta explicármela.
–Si tuviera que elegir un par de obras entre las que escribió, ¿con cuáles se quedaría?
–La obra que más me ha gustado desde siempre ha sido 'El camino', por lectura infantil y relectura ya de mayor, por esa defensa de la infancia, por la ternura que tiene con los personajes que son niños. Pero luego hay otra que no la puedo ver como una sola obra sino como una trilogía, que son los 'Diarios de Lorenzo': 'Diario de un cazador' –cual quier cazador, de los de mano, de andar mucho y cazar poco es imposible que no se sienta identificado con él–, pero esas otras dos perspectivas que se añadieron después, 'Diario de un emigrante' y 'Diario de un jubilado' [por este último obtuvo el Premio Nacional de Narrativa en 1956] le dan una redondez excepcional al personaje de Lorenzo. Además, 'Señora de rojo sobre fondo gris', 'El tesoro', en la que veo prácticamente trasuntada la figura de Germán Delibes... Hay un montón de obras con las que tengo un vínculo muy grande.
–¿Servirá el centenario para confirmar a Miguel Delibes como el novelista español más importante del siglo XX?
–No sé si servirá para eso el centenario, pero creo que nos va ayudar a dar más visibilidad, por un lado, a su obra y por otro a su huella, por algo que diferencia a Delibes de otros autores y que es la impresionante consistencia y coherencia entre su figura y su obra. Si hablamos estrictamente desde el punto de vista literario, la figura de Miguel Delibes está más que consolidada y la celebración del centenario va a servir para darla a conocer y generar otros tipos de reflexiones, pero si nos centramos en la parte humana, sí va a contribuir a que mucha gente conozca facetas de la persona que no eran tan conocidas y que son enriquecedoras en muchos casos por lo ejemplar.
–El trabajo de difusión de la obra, ¿contempla la revisión de sus obras de cara a reediciones, para pulir incorrecciones en las ediciones impresas que hayan podido sobrevivir todos estos años?
–La obra es la que es y lo interesante, objetivo incluso de estudios, es mantenerla como fue escrita en su día. Delibes es un escritor tan minucioso que algunas de sus obras tienen la misma cuartilla reescrita varias veces, frases con un montón de correcciones en la misma oración... era muy minucioso, lo que no quita que se puedan hacer ediciones críticas, investigaciones. Hay infinidad de tesis doctorales sobre la obra y sobre distintas facetas del escritor. Nosotros queremos ponerlo a disposición del gran público, pero también del académico e investigador tal y como es.
–¿Está en marcha el estreno de la ópera a partir de 'Cinco Horas con Mario', con música compuesta por Jorge Grundman?
–Está detenido, hay cierta incertidumbre con la ópera, está en el Plan Director del Centenario, pero tenemos muchos problemas, las óperas necesitan una programación a dos años vista y requiere un despliegue de recursos que no son fáciles de lograr, lo que no significa que le cerremos la puertas, sino que ahora mismo no va a ser una prioridad.
–¿Pero con alguna previsión sobre el escenario? ¿Teatro Real en Madrid, Calderón en Valladolid?
–Es temprano para poder decirlo, hay que pensar en instalación, equipo, recursos y a a partir de ahí pensaremos en el emplazamiento.
–Delibes es un autor muy leído, pero también muy estudiado por los investigadores. ¿Servirá el centenario para consolidar e incrementar ese doble interés hacia su obra?
–Creemos que sí. La obra de Delibes está en un buen momento, está vigente, pero a nosotros como Fundación y a la sociedad en general nos interesa que se refresque la forma de acercarse a ella. Delibes en algunas ocasiones puede ser percibido, por los más jóvenes, como un autor con el que no tienen ese vínculo tan cercano como tenemos los de una generación anterior. La mayor parte de lectores que llega a Delibes en la adolescencia se mantienen como lectores en la madurez y además, se convierten en prescriptores y eso para nosotros es importante, es una forma de asegurarnos que su huella es más intemporal, más allá del contexto histórico al que perteneció.
–Pero tal vez sus temas constantes -muerte, infancia, naturaleza, vida rural, caza...–, planteen dificultades de acceso para las nuevas generaciones, tan tecnificadas y tan inmersas en lo virtual.
–Las nuevas generaciones son un desafío para la fundación. Tenemos que buscar otro tipo de canales para tener acceso a esas audiencias. Tenemos que ser capaces de pensar en lo digital, el audio, en lo breve... eso es un desafío, pero hay formas de hacerlo respetando el espíritu de Miguel Delibes y sin entrar en contradicción. Muchos de los temas constantes, muerte, naturaleza, despoblación, siguen estando en plena vigencia. La España vacía es un debate que está encima de la mesa, un desafío y un asunto que Delibes anticipó hace 45 años. Por otro lado está el medio ambiente, incluida la controversia de la caza como afición que comparten millones de españoles y que no necesariamente ha de estar en conflicto con el conservacionismo. Lo más bonito de la obra de Delibes es que anticipó temas que están encima de la mesa, por lo que son una manera de hacer ver que Delibes está cien por cien vigente y lo que nos toca es ser capaces de adecuar nuestros canales, nuestra dialéctica, para llevarlo a audiencias que no han tenido, a diferencia de nosotros, contacto directo con Delibes.
–¿Hacia dónde van hoy los estudios sobre Delibes y su obra?
–Es un interés totalmente poliédrico. Hay académicos que se interesan por la construcción narrativa, o por el proceso de creación literaria, o por su excelente uso del lenguaje, que es a la vez parco y sobrio pero también preciso, que la convierten en una narrativa excelente para aprender el idioma. Pero es que también hay estudiosos interesados en aspectos contextuales, en su relación con la prensa, o con el ámbito rural pero más con perspectiva agrícola... El ámbito de investigación en torno a Delibes es esférico, cada día tenemos sorpresas en cuanto a nuevas aproximaciones.
–Qué proyectos prevé el centenario para que la obra de Delibes llegue a todos los niveles educativos básicos, a los escolares?
–Hay iniciativas interesantes que he heredado de mi predecesor, que me parecen maravillosas y que estamos estudiando para ver cómo las potenciamos. Están los programas para la formación de los profesores, en los que en unos pocos días damos formación para que los docentes conozcan los textos fundamentales de Delibes, sus ideas clave y cómo eso se puede llevar al aula de una manera más accesible para sus audiencias. Hemos creado el premio de experiencias didácticas, donde pedimos a los centros que los alumnos trabajen en algún aspecto de la obra de Delibes, con los profesores tutorizando los trabajos y con experiencias muy buenas.
–Acaba de referirse a la herencia de su predecesor. Quizá el momento procesal en el que ha asumido la dirección desaconseje intentar darle un aire personal a la institución por la urgencia de sacar adelante lo que ya estaba previsto.
–Cuando te subes a un caballo que va a galope, la primera prioridad es evitar caerte y la segunda llevarlo a su destino. A partir de ahí intentaremos buscar otras iniciativas, con la ayuda de la gente que está en el entorno de la Fundación. La prioridad ahora es sacar adelante las primeras ideas del Plan Director pero me interesa explorar otros canales, otras colaboraciones que no sustituyan a lo anterior, que lo enriquezcan.
–En este tiempo ha habido pocos cambios en la composición del patronato –salió Collosa y se incorporó Vega Sicilia–. ¿Puede el centenario provocar cambios?
–Es algo que no nos planteamos, primero porque tenemos un patronato muy estable, colaborador, configurado por los mejores. Por otra parte, no es el momento. Tenemos que estar centrados en nuestra actividad, lo que no significa que pueda ser una oportunidad. Me consta que hay instituciones, organizaciones a las que les gustaría participar de una u otra forma. Podemos pensar en una solución como la de Amigos de la Fundación que no implique necesariamente ser patrono pero ayude a sostener nuestras actividades, tener visibilidad y vincular su marca con la de Miguel Delibes.
–Los detalles de la exposición que abrirá el centenario en Madrid están claros, pero no así lo que se refiere a la llegada de esta a Valladolid, en octubre de 2020.
–Tendremos una reunión en la que estará presente el equipo que prepara la exposición en Madrid y responsables del Ayuntamiento de Valladolid. El Ayuntamiento ha mostrado la mejor disposición y podremos solventar asuntos como la duración. Queremos que tenga una duración significativa y eso implicar escoger la sala más adecuada, lo que provocaba problemas de disponibilidad, pero queremos respetar la programación de actividades, sin perjudicar a nadie. También es importante que la sala escogida cumpla los requerimientos técnicos y si hay que hacer acondicionamientos, no disponemos de recursos para llevarlos a cabo.
–Y del acto de presentación en sociedad en Valladolid de los actos del Centenario, se sabe ya dónde y cuándo?
–Estamos dudando de si debemos esperar a que pase la Seminci o aprovecharnos de la capacidad de atracción que tiene el festival para facilitarnos la agenda de determinadas personas e instituciones. El acto de presentación es importantísimo para nosotros por la relevancia y porque nos puede ayudar a involucrar a otras organizaciones en los actos. No hay fecha cerrada, pero el Ayuntamiento se está involucrando en ello.
–Hay algún acto más, además de las exposiciones en Madrid y Valladolid, ya en marcha de los que no se haya hablado hasta ahora?
–Hay muchas cosas en las que estamos trabajando, supondría un enunciado demasiado exhaustivo. Hay que centrarse en las más grandes, las dos exposiciones, con manuscritos originales; con TVE se está trabajando en un reportaje de la serie 'Imprescindibles', estamos estudiando fechas para el preestreno antes de su programación en televisión. Tenemos intención de llevar a cabo acciones con el Instituto Cervantes, con la Universidad de Valladolid, con El Norte de Castilla. El Norte ha sido el periódico de Delibes y tiene mucho sentido que se involucre, siempre lo ha hecho y desde el fallecimiento de Miguel Delibes ha estado a la altura de lo que se esperaba.
–¿Ha habido contactos con la Casa Real? ¿Asistirá algún miembro de la Familia Real a los actos?
–No ha habido contacto formal hasta la fecha, pero nos encantaría. La Familia Real siempre ha tenido una relación excepcional con Delibes y su figura, como puso de manifiesto la visita a su casa de los reyes ahora eméritos con motivo de la celebración del Congreso de la Lengua en Valladolid, algo excepcional. Estoy convencido de que si hay la mínima posibilidad, la Casa Real hará un esfuerzo.
El presupuesto anual de la Fundación Miguel Delibes para un ejercicio ordinario alcanza los 215.000 euros y no se ha previsto incrementar esa cuantía con motivo de la celebración del centenario del nacimiento del escritor. Sus responsables confían en implicar a la sociedad, a instituciones y, sobre todo, a empresas privadas en la colaboración que permita llevar a buen puerto todas las actividades previstas y las que se puedan incorporar. Para ello, nada mejor que el reclamo de la declaración de acontecimiento de excepcional interés público –logro que Zamácola atribuye a la gestión de su predecesor, Javier Ortega, hoy consejero de Cultura–, por el que todas las empresas que colaboren en la conmemoración podrán disfrutar de incentivos fiscales, en este caso, los máximos que establezca la ley. El periodo de vigencia de esa declaración es de dos años, comenzó en julio y concluirá el 30 de junio de 2021, periodo que puede verse ampliado ya que la comisión interadministrativa, que certifica qué acciones pueden acceder a las exenciones fiscales, arrancó más tarde de esa fecha. «Somos una fundación modesta, tratatamos de hacer muchas cosas con muy poco presupuesto. Si dedicásemos el presupuesto íntegro a la celebración, dos años después habríamos desaparecido», explica el gerente, quien defiende la estrategia de seguir funcionando como hasta ahora al tiempo que se busca cofinanciación para el centenario.
«En tanto que entidad sin ánimo de lucro, no tenemos interés en sacar nada más allá de nuestros fines culturales, pero sí hacer el máximo e involucrar a terceros, sin centrarnos en la cantidad sino en la calidad, hacer menos cosas pero que tengan valor».
Las empresas interesadas en colaborar con el centenario en alguno de sus proyectos firmarán un convenio con la Fundación en el que se distribuirán con claridad responsabilidades tanto de ejecución como de inversión. «Nuestra intención es el de trabajar sobre proyectos cerrados, en qué consisten, qué se necesita para llevarlos a cabo, quién y cómo se implica en la consecución. La comisión iteradministrativa, que se reunirá cada tres meses durante la vigencia de la declaración y en la que participa el representante de la Agencia Tributaria, resolverá si esa colaboración es susceptible de acogerse a las exenciones, con bonificaciones que pueden alcanzar hasta el 90% de la inversión realizada. Zamácola informa de que la Fundación recibe llamadas de empresas y asociaciones interesadas en conocer las vías de colaboración con el centenario.
Estos beneficios podrían alcanzar incluso a las inversiones relacionadas con el traslado de la Fundación a su sede definitiva, un anhelo que Zamácola no esconde. «Tenemos la vivienda de Delibes tal y como estaba cuando falleció y nos gustaría recrearla en un espacio visitable. Ver dónde el escritor llevaba a cabo su proceso creativo, cuál era su entorno, su horizonte visual. Eso puede ser un foco de atracción para la ciudad, pero la solución no está en nuestras manos, no disponemos de medios», asegura el gerente quien en un orden de sus prioridades en el puesto sitúa la de la sede como segunda tras el centenario y por delante de una tercera, la de involucrar en la Fundación a una nueva generación de Delibes, la de sus nietos.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.