Vicente Pérez Herrero, ante del preestreno del documental en los cines Casablanca. RODRIGO JIMÉNEZ

Valladolid estrena un documental que explora el origen de las misiones jesuitas en América

Los cines Casablanca acogen la presentación de una coproducción de TVE rodada en la selva de Paraguay

Víctor Vela

Valladolid

Martes, 12 de abril 2022, 20:41

«Este documental no habría sido posible sin la fascinación que siempre he sentido por 'La misión'», reconoce Vicente Pérez Herrero, director y productor audiovisual, quien este martes visitó Valladolid para participar, en los cines Casablanca, en el preestreno de su último trabajo, 'U-topos: la utopía guaraní-jesuítica'. «Vi aquella película (de 1986) en la sala de cine y salí maravillado. ¿Cómo fue posible que allí, en medio de la selva, se dieran esas interacciones entre los nativos y los utópicos jesuitas?», se preguntaba.

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Para ahondar en la creación de aquellas comunidades y explorar sus consecuencias actuales («la Historia no puede ser inocente»), Pérez Herrero ha construido un artefacto a partir de más de un mes de filmaciones en la selva, con equipos de alta calidad de grabación. «En todo este proceso ha sido fundamental la figura de Bartomeu Meliá, un jesuita malloquín que ha destacado por su trabajo en la defensa de los guaraní en Paraguay y que fue expulsado del país durante la dictadura de Stroessner».

«El documental –coproducido por TVE– cuenta cómo se formaron estas misiones hace 400 años», indica su director. «El humanismo renacentista de los siglos XV y XVI y el debate de los Derechos de los Indios propiciaron la creación de comunidades utópicas entre guaranies y jesuitas, donde se dejaban atrás los abusos que hasta ese momento habían cometido los colonos. Frente a una Europa sumida en la guerra y los intereses económicos, América se presentaba como una tierra virgen donde era posible construir una sociedad perfecta, igualitaria, protosocialista, en la línea de la utopía de Platón o de Tomás Moro», apunta Pérez Herrero. «Los jesuitas –añade– llegaron a crear su propio ejército para plantarle cara a los esclavistas portugueses».

Sin embargo, 150 años después de su constitución, «el esplendor económico y cultural de estas misiones chocó con el poder absolutista de Carlos III, que consideraba que los jesuitas habían creado un estado paralelo. Ordenó su expulsión, con la consiguiente pedida de la que fue la más importante experiencia de convivencia intercultural. Los guaraníes volvieron a la selva, ante la negativa de los jesuitas de rebelarse contra la corona. Las comunidades fueron destruidas por los nuevos colonos administradores y la floreciente economía local entró en quiebra», se explica en el documental, que vuelve la vista al presente, con nativos que ven sus tierras y bosques deforestados para el cultivo extensivo de la soja, lo que ha provocado «la expulsión de los pueblos originarios, condenándolos a la marginación y la pobreza».

Para el documental, se han grabado ceremonias y ritos guaraníes habitualmente ocultos para los ojos de los visitantes. La película puede verse en los cines Casablanca.

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