Norbert Llaràs, Jordi Riera y Arturo Dueñas, junto al cartel de la película en los cines Casablanca. Carlos Espeso
Valladolid

'La mesita del comedor', película de «terror sin terror» y «contra los algoritmos»

El filme de Caye Casas se presenta en los cines Casablanca de Valladolid con el actor Jordi Riera y el productor Norbert Llaràs

Samuel Regueira

Valladolid

Miércoles, 13 de diciembre 2023, 22:19

Se cifra en 29 festivales y 28 premios el recorrido de 'La mesita del comedor'. Reconocida en TerrorMolins, GrimmFest o con el Premio del Público de la Semana del Terror junto a la otra gran sorpresa de terror del año, 'Cuando acecha la maldad' de ... Demian Rugna, la última película del cineasta Caye Casas se ha preestrenado esta semana en los cines Casablanca de Valladolid, con la presencia del actor Jordi Riera y el productor Norbert Llaràs. La cinta, «terrorífica pero no de terror», en palabras de sus responsables, gozó de un caluroso aplauso del público asistente al término de su proyección, una recepción que se suma al boca-oreja que dentro y fuera de los circuitos de aficionados a las películas de género le auguran cada vez mejores perspectivas en taquilla y crítica.

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«El público vive experiencias muy fuertes, no es fácil de conseguir hoy que se sorprenda y que sienta sensaciones tan potentes y contradictorias, desde la angustia al humor negrísimo», indica Casas en una conversación telefónica. «Es parte del universo de Caye, siempre marca de la casa», destacó Riera en la presentación. El filme vertebra el descenso a los infiernos de un padre de familia (David Pareja) a partir de algo tan aparentemente inocuo como la compra de una mesita de comedor. Coescrita por el propio Casas y Cristina Borobia, la cinta también cuenta con Estefanía de los Santos, Claudia Riera e Itzíar Castro en uno de sus últimos papeles.

«Hablamos de una tragedia que no se suele tratar en el mundo del cine, y lo hemos hecho con total libertad, sin ningún tapujo y con la indiferencia de grandes distribuidoras, plataformas y medios de comunicación», apunta el director. Enarbola así su condición de película pequeña y a contracorriente tanto en lo cultural como en lo industrial: «Solo para la producción contábamos con apenas un mes para el rodaje en el piso que una amiga se acababa de comprar».

Al término de la proyección, productor y actor mantuvieron un coloquio con el público, donde aludieron a su ausencia de Sitges y defendieron el carácter a contracorriente y frente a lo «políticamente correcto», en palabras del productor, de Caye Casas y su última película.

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En una era de consumo rápido y olvido aún más veloz, Casas reivindica el cine que deja poso, que plantea preguntas y derriba tabús: «La cultura cada vez hace más productos teniendo en cuentas modas y algoritmos», se lamenta. «Hay mucho de políticamente correcto y de mirar no ofender, pero eso significa apostar menos por los autores».

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