Jaime Rosales: «El arte es convertir al espectador en protagonista del tema escogido»

El máster de cine de la Universidad de Valladolid ha acogido este lunes el preestreno de 'Morlaix', la última película del director Jaime Rosales. El artífice de 'La soledad'. 'Las horas del día' o 'Girasoles silvestres' firma en este trabajo un nuevo largometraje sobre el peso de las decisiones en la juventud en una historia con reflexiones sobre la muerte, la libertad y las inquietudes generacionales, con juegos en el lenguaje metanarrativo y experimentos formales marca de la casa Rosales.

«Considero esta una película contracultural», compartió en declaraciones previas a la proyección de 'Morlaix': «No abordo tanto temas sociológicos o políticos, más bien universales: el amor, la libertad, la muerte...». Su afán por la universalidad va de la mano de una arbitrariedad en el montaje y en las variaciones de formato, cámara acelerada o foto fija, cambios de color a blanco y negro; todas ellas fruto de la libérrima capacidad de decisiones del propio cineasta: «Es formalmente una película con un lenguaje muy libre, que busca apartarse del realismo», explica: «La película trata de los jóvenes en un momento de transición a la vida adulta, cuando encaran decisiones existenciales de gran importancia, como la pareja que les va a acompañar o el oficio que van a desempeñar».

Rodada en Francia, cuna del cine de autor, la película se trufa de reflexiones filosóficas en un lenguaje metatextual, de películas homónimas dentro de la película germinal, con una simpática anécdota al comienzo de la proyección del filme en el Aula Mergelina de la Facultad de Derecho: dado su carácter experimental, en su primer arranque los siete minutos iniciales se desarrollaron completamente con el sonido desactivado por un error humano, en un comienzo que perfectamente pasaba por una más de las audacias formales que se disponían en 'Morlaix'.

«Divido mi obra en dos categorías bien definidas», explicó Rosales: «Por un lado hay películas de mayor ortodoxia fílmica, y otras de una mayor ingeniería, que me gusta llamar «de i+D»», explicó. En esta última categoría implica a este trabajo, en la línea de 'Tiro en la cabeza' o 'Sueño y silencio'.

Concebida para representarse más en circuitos universitarios y ante «público joven y «público de museos»», en palabras del propio realizador, tras la proyección el propio Rosales trató de conducir un debate entre el público asistente, acompañado por una mesa presidida por José Luis Cienfuegos, director del Festival Internacional de Cine de Valladolid; Ana Cea, directora del Máster de Cine de la UVA, el docente y escritor David Galán «Redry» y la influencer Laura Martínez.

Entre opiniones de los espectadores, Rosales también compartió algunas de las claves sobre cómo encontró a los protagonistas en su casting, los jóvenes Aminthe Audiard y Samuel Kircher, o cómo concibe él su modo de hacer arte: «Consiste en coger un tema y darle forma y exploración poética, trabajándolo de tal manera que el espectador pueda ser protagonista», describió. De esta manera, a pesar de su omnipresencia en las decisiones del montaje, defendió que su interpretación «no es lo más importante», sino la lectura que cada persona haga de aquellas secuencias.

«Creo en el dialogo como herramienta de conocimiento», agregó. A lo largo de la tarde, lanzó varias preguntas sobre estas cuestiones humanas que, como en 'Morlaix', demostraron que no hay una respuesta generacional unánime, sino que en este momento de globalización y diversidad tan amplia no hay una solución única a un tema universal.

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