Panorama

El filme se bifurca en dos aspectos. El primero la ilusión de Napoleón por su fortuna personal llegando a ser Emperador. El segundo su amor por Josefina, su esposa. Las batallas que ocupan una parcela muy importante del primero, están soberbiamente dirigidas. Siendo muy diferentes Scott las descubre de principio a fin en su táctica y sus movimientos. Son secuencias antológicas, manejando cientos de hombres, cañones, fusiles y caballos. Muy interesante también la evolución de Bonaparte para conseguir la limpieza en su amada Francia después de la Revolución. En su relación con Josefina se adivina su carácter, en este caso cercano a la paranoia. Lo colectivo y lo íntimo están bien acordados mostrando el desequilibrio de los personajes, fuera de lo común.

Este panorama prescinde de los otros aspectos de Napoleón, el código, su idea de la administración, su relación afectiva con sus hombres, y tampoco sale Agustina de Aragón. Scott ha escogido los aspectos más transcendentales de su vida, alargarlo más seria imposible.

Joaquín Phoenix realiza un trabajo sobrio y al mismo tiempo evolutivo desde los triunfos a las derrotas. Magnifica Vanessa Kirby como Josefina y adecuado el reparto inglés. Hemos visto trozos de la vida de Napoleón y una película difícil y magnífica.