Franquicia

Dos secuencias baten el récord, la de la persecución en Roma con la bomba gigante que parece tiene vida propia y la final con un montón de automóviles en una destrucción que parece una pesadilla, en contraste con la secuencia familiar que podía pertenecer a otro tipo de filmes. En las imágenes de acción el digitalismo tiene una parte importante, lógico dado las dificultades del sistema analógico para rodarlas con propiedad.

Si el guion es confuso obedece a que la apuesta del éxito va por otros caminos. Los fans que han visto los nueve filmes anteriores han conseguido hacer de las maquinas los protagonistas y el realizador ha sabido crear el espectáculo para el público y asegurarlo para la próxima y definitiva entrega.

Vin Diesel es un Toretto melancólico y fuerte a la vez. Ha dado un estilo que convence al tono familiar de la obra. Un reparto con grandes nombres femeninos y masculinos da nivel de producción cuidada a la película, muy cercana a un público amante de la velocidad y de la violencia que sufren los coches y las personas. Una apuesta por la taquilla que no fallará.