CRÍTICA DE CINE
Ochenta y un minutos de duración. Una historia de amor, visión completa de la vida laboral de la pareja, imágenes de un Helsinki de hoy y de sus habitantes de las clases bajas, no muy consoladora. Un maestro.
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Esencialidad. Dos planos pueden decir muchas cosas, ... el hastío, la desesperanza. Encuentros y desencuentros de la pareja, que tiene problemas laborales. Dos tipos tristes, abrumados, que al fin se juntan y marchan ¿hacia la felicidad? ¿Hacia la rutina? Finlandia y su tristeza en el karaoke, en el cine, que hoy afecta a países que eran ricos y abiertos. La densidad de estos 81 minutos en los que se desnuda a un país no es fácil de conseguir. Solo los grandes talentos pueden lograrlo.
'Fallen leaves' Aki Kaurismäki
Así desde los exteriores, los interiores y los objetos va perfilándose esta historia individual y global. Los personajes, incluso en su imagen son reales. Ella marcha a su casa, se la ve en varios trabajos duros, pone la radio. Él bebe continuamente y fuma, está distraído y pierde la dirección y el teléfono de ella. Sufre un accidente y la chica le acompaña, con muletas todavía, marchan. Las canciones melancólicas acompañan esta melancólica visión.
Las caras, las expresiones de todos los intérpretes son perfectas, como la labor de esa pareja protagonista, muy sobria, que tarda en encontrarse física y espiritualmente. ¿Es una visión negativa? A mí me lo parece, pero Kaurismäki no desea la negrura total, aunque esté cerca de ella.
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