Clasicismo excepcional

El guion incide sobre las vidas anteriores, el alcoholismo, las culpabilidades. Un miembro del jurado policía rechaza junto al protagonista la decisión rápida, la fiscal va comprendiendo cuando ya ha recaído sentencia que puede estar equivocada. El protagonista juega su juego y los jurados van develando sus opiniones. Todo ello con una serenidad impresionante.

Una realización cuidadísima en la planificación, en el lenguaje realista y en el ritmo que aúna fondo y forma de manera sutil y que evita cualquier despropósito siempre desde la capacidad para mostrar las complicaciones que surgen del pasado y del presente.

Como era lógico en un maestro como el superveterano Clint, los actores están dirigidos con mano maestra. La consecuencia es que respiran verdad sin pasarse nunca. Que este realizador, hasta hoy al menos, siga activo, es un regalo que nunca agradeceremos bastante.