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Le gustó la literatura tanto como el cine y llevó a la gran pantalla a Sábato, Fernández Flórez, Rivas o Alberto Méndez. Quien se ... quedó en el estante de la biblioteca de José Luis Cuerda como promesa de celuloide fue 'El hereje', de Miguel Delibes. Más de una década estuvo dando vueltas al proyecto que pronto tuvo guion e incluso protagonista. Eduard Fernández, último Goya al actor de reparto, iba a encarnar a Cipriano Salcedo. El manchego también había buscado localizaciones en Galicia, «en Valladolid no queda nada del XVI», decía.
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Cartel y Tornasol Films fueron siempre las productoras que barajó Cuerda y solo faltaba «algo de financiación». Llegó a mostrar el guion a Delibes, que tantas veces había sido trasladado al cine con anterioridad. «A Delibes el gustó y me metí en ello porque creía que merecía ver su última obra hecha en cine con dignidad y honradez», decía el director para quien 'El hereje' «es una historia muy buena y que refleja muy bien la idiosincrasia de este país. Pero la verdad, no creo que se haga tal como están las cosas en la cultura en general y en el cine en particular». Ni pantalla grande ni pequeña, no llegó.
Valladolid no fue solo el plató frustrado para José Luis Cuerda. Asiduo de la Seminci, en la última década pisó varias veces su alfombra roja.
En 2012 inauguró el festival, cuando aún era una rareza un título nacional para esa ocasión, con 'Todo es silencio', la segunda adaptación de una novela de Manuel Rivas, tras 'La lengua de las mariposas'.
El humor no envejece
Un año después volvió para recoger en el Teatro Zorrilla el premio que los espectadores le entregaron por su película 'Amanece que no es poco', la mejor de los últimos sesenta años. Hizo gala del humor que demuestra el histórico título aunque él «hubiera cambiado el orden: primero 'El verdugo', luego 'Los santos inocentes' y después 'Amanece....'. Son un reflejo de tres épocas que demuestran que el cine español es magnífico».Tenía claro que «el humor no envejece, aunque cada generación lo vive de forma distinta, pero me alegro que las nuevas generaciones se vayan apuntando a 'Amanece que no es poco'». Escribió a diario y rodó cuando pudo, siempre evitando «hacer cine dogmático o ideológico. Lo que hago es enfrentarme a la realidad, darle unos cuantos mamporros». En 2014 volvía a Valladolid a presentar el libro sobre la celebrada película.
En 2016 acudió a la Semana de Cine de Medina que le premió con su Roel de Honor. Allí declaró que la situación política española le había hecho adelgazar 40 kilos.
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