

Así era ir al cine en Valladolid en 2001, el año de 'Harry Potter' y 'El señor de los anillos'
Valladolid recuerda, dos décadas después, una campaña «de gloria». Las salas venden ahora 405.047 entradas menos con la competencia de las plataformas digitales
Fueron aquellas, las de hace veinte años, unas navidades de anillos y escobas en unas salas de cine abarrotadas. Hasta la bandera. Hubo colas para el estreno (el 30 de noviembre de 2001) de 'Harry Potter y la piedra filosofal', la primera de la saga. El tirón en las taquillas se repitió apenas unos días después con el desembarco de Frodo y la trilogía de 'El señor de los anillos'. «Fueron verdaderos acontecimientos», recuerda César Combarros, periodista que cubrió los estrenos para El Norte de Castilla.
El último viernes de noviembre se acercó a los Broadway para descubrir en pantalla la magia de Potter. «Antes de comenzar la proyección, la expectación flotaba en el ambiente», escribió en la crónica del periódico, donde destacó cómo ya la proyección de un tráiler (el de 'Star Wars Episodio II. El ataque de los clones') levantó aplausos en la sala. Echar un vistazo a la cartelera de aquel 2001 es darse un paseo por titulazos y atracones de palomitas: 'Amélie', 'Mulholland Drive', 'Memento', 'El protegido', 'Los otros', 'Ocean's eleven', 'Pearl Harbor', 'El viaje de Chiriro', 'Inteligencia artificial', 'Una mente maravillosa', 'Moulin rouge', 'Shrek'. Como para no salir del cine. De los cines.
En Valladolid encendían sus proyectores los Roxy, Mantería, Parquesol Plaza, Coca, Ábaco, Carrión y Casablanca (que se preparaban, tras las obras, para su reapertura). En Vallsur estaban los Lauren. Y de aquella época, sobreviven los Broadway y Manhattan, gracias al compromiso de Paco Heras.
«Aquel fue un año de gloria», rememora el empresario, quien recuerda que esos dos estrenos (el del niño mago y el de los hobbit)fueron una clara manifestación de «la emoción del cine, de ir a la sala sin ningún tipo de miedo y con ganas de disfrutar». Heras confía en programar durante las próximas semanas alguna de estas películas míticas, para que puedan verse de nuevo en sala grande.«Muchos jóvenes no saben lo que es. Y ver 'El señor de los anillos' en la tele o el móvil –levantándote para ir al frigo, pendiente de si apagaste la luz del baño–no tiene nada que ver con hacerlo en una gran pantalla».
LAS PELÍCULAS MÁS TAQUILLERAS DE 2001

'Los otros'
6.312.967 espectadores. 26.895.359,47 euros.

'Torrente 2: misión en Marbella'
5.318.879 espectadores. 22.275.467,16 euros.

'Harry Potter y la piedra filosofal'
4.399.794 espectadores. 19.728.813,38 euros.

'El planeta de los simios'
3.289.056 espectadores. 13.857.203,69 euros.
«La pandemia ha acelerado un proceso de desacralización del acto de ir al cine que viene de antes», asegura Miguel Ángel Huerta, profesor titular de Dirección y Realización Audiovisual y vicerrector de la Universidad Pontificia de Salamanca. «La progresiva desaparición de los grandes 'templos' que reinaban en los centros de las ciudades dejaron paso a multisalas muy bien equipadas, pero donde se instauró un tipo de espectáculo más funcional, pero mucho menos mágico. De hecho, empezaron a proliferar espectadores que hacían uso de su butaca como si estuvieran en el salón de su casa. Que ya existan estrenos en el ámbito doméstico culmina, de forma coherente, un largo proceso», añade Huerta.
LAS PELÍCULAS MÁS TAQUILLERAS DE 2002 EN ESPAÑA

'Spiderman'
5.230. 468 espectadores. 22.760.690 euros

'Harry Potter y la cámara secreta'
4.240.101 espectadores. 19.585.846 euros.

'El señor de los anillos: la comunidad'
3.911.693 espectadores. 17.238.306 euros.

'Star wars ep. 2: el ataque de los clones'
3.733.646 espectdores. 16.853.250 euros.
«Por desgracia la experiencia cinéfila ha cambiado, y no para bien», ahonda Combarros, quien apunta: «Las grandes salas que existían entonces en el centro de Valladolid han ido claudicando. El goce de la experiencia de la sala oscura es cada vez más difícil y durante la pandemia llegaron a las salas de cine con cuentagotas nuevas joyas cinéfilas».
Pero esto también tuvo alguna ventaja, como apunta Pedro Javier Salado, del cineclub Casablanca, asiduo a la butaca (mínimo una vez a la semana): «Este año hemos podido ver mucha película independiente en pantalla grande. Hay grandes producciones cuyos estrenos se han aplazado (incluso algunos para 2022) y por eso han llegado películas que, en otra época, apenas habrían tenido visibilidad».
¿Alternativa? Las plataformas digitales (Netflix, HBO, Disney+...) se han posicionado como pantalla preferente para muchos estrenos. Y durante la pandemia han sido salvavidas cinéfilo para muchos espectadores. «Están uniformizando la oferta cultural a la que se tiene acceso, y gracias a sus poderosas maquinarias de márketing, se ocupan semanalmente de vendernos las excelencias de su última producción, que apenas unos días después de su estreno queda sepultada en el olvido». «Por ejemplo 'Da 5 bloods', 'Malcolm y Marie' o 'Zack Snyder's Justice League' son películas de las que de repente habla todo el mundo y de las cuales nadie se acuerda en apenas dos semanas, así que no digamos dentro de veinte años», dice Combarros.
«El recuerdo romántico del pasado no me impide ver que hay grandes apuestas cinematográficas que, con pandemia y sin ella, están siendo posibles en algunas plataformas por el conservadurismo de la industria cinematográfica», matiza Huerta, quien pone un ejemplo :«El caso de 'El irlandés', del maestro Scorsese. ¿No es una película relevante en la filmografía de un autor cuyo legado tiene tanto peso? Evidentemente, la historia del cine del futuro tendrá que tomar en consideración la producción de las plataformas digitales de nuestro presente. De hecho, sospecho que entonces se verá con total normalidad».
«No cabe duda de que desde hace años hay un 'gap' generacional en los espectadores de las salas de cine, como lo hubo antes en el teatro, de jóvenes que nunca han disfrutado de paladear una buena película en una gran pantalla a oscuras, centrando toda tu atención durante un par de horas en lo que el director quiere contarte», apunta Combarros. «Sobre todo, porque el público joven está muy encaminado hacia películas de superhéroes, de terror y ciencia ficción. Hay determinadas películas que no van a ver en sala», incide Isabel Blanco, presidenta de la asociación LaFila, quien destaca con orgullo la resistencia numantina del cineclub Casablanca («la sala 5 del Broadway se llena en sus proyecciones»)o el mayor trasiego de los miércoles con el día del espectador. «Pero es una desgracia que Valladolid, una ciudad supuestamente cinematográfica, apenas tenga salas», lamenta Heras, quien sobrevive con los Broadway y Manhattan en un erial en el que compiten los multicines de los centros comerciales.
En aquel 2001, Valladolid contaba con 16 establecimientos (sumaban 59 pantallas y proyectaron 61.915 sesiones). En 2019, último año con normalidad prepandémica, había nueve salas, 59 pantallas y 68.304 funciones. Hace veinte años, las salas vallisoletanas vendieron 1.664.612 entradas, según el anuario de la Sociedad General de Autores (SGAE), con 24,55 espectadores, de media, por proyección. En 2019 fueron 1.259.565 (el 24,3% menos), con 18,4 butacas ocupadas de media. Hace veinte años, la media de asistencia era de 3,4 veces al año (con un gasto de 13,5 euros). En 2019, el gasto creció (13,97), pero con menos visitas al cine (2,34 al año). La recaudación en 2001 era de 6,7 millones. En 2019, de 7,2, según las mismas cifras de la SGAE. En 2020, con el confinamiento y las restricciones, se desplomó con 343.440 entradas vendidas.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.