José Antonio Quirós, a la izquierda, y una secuencia de 'El amigo de todos'.

José Antonio Quirós, director de 'El amigo de todos'

«He buscado plasmar la normalidad del mal»

Presenta este jueves en los cines Casablanca su documental sobre un teniente nazi que vivió «integrado» en Asturias hasta su muerte en 2001

Jesús Bombín

Valladolid

Miércoles, 26 de junio 2024, 06:57

Obtuvo con su ópera prima 'Pídele cuentas al rey' el premio del Público en la Seminci del año 2000, un debut bendecido con Espiga al que seguirían títulos como 'Cenizas del cielo', considerada como la primera película española de temática medioambiental. Con todo, el documental ... es el género más frecuentado por José Antonio Quirós (Morcín, Asturias, 1961), que este jueves (19:00 horas) presenta en los cines Casablanca de Valladolid su último trabajo, 'El amigo de todos'. En la cinta sigue los pasos de Auke Bert Pattist, un nazi holandés que perteneció a las Waffen SS y huyó a España tras la II Guerra Mundial, estableciéndose en Asturias hasta su fallecimiento en 2001. «Él vivió sabiendo que la gente conocía su pasado nazi. Era un tío que se había integrado en la sociedad, tuvo amistades de gran poderío como el pintor y escultor Eduardo Úrculo. Era un nazi convencido y el documental recoge algunas de sus afirmaciones que ponen los pelos de punta», resume Quirós.

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«Esta historia nació del miedo, tenía aquella imagen borrosa del personaje simpático y la prevención por ver qué iba a descubrir;

José Antonio Quirós

cineasta

'El amigo de todos', ganador del premio del Público del Festival de Gijón el año pasado, surgió de un chispazo, de un vago recuerdo de infancia. «En la década de los setenta mis padres regentaban un restaurante en una de las cuencas mineras», rememora el realizador asturiano. «Yo era crío, veía entrar y salir del bar a muchos personajes y este me seducía. Durante la pandemia estuve un tiempo con mi madre y revisamos recortes del pasado –documentación, cosas que quedan en las casas de las familias– y descubro en una caja de madera unos recortes de periódico, entre ellos los de un tipo que era un nazi; y mi madre me dice 'pero si este hombre era un buen cliente, nos dejaba buenas propinas...'. Al contrario que otros nazis, este no se ocultaba, así que a partir de ahí entraron en conflicto mis recuerdos de niño hechizado por ese personaje del que desconocía su pasado y la visión de adulto que me llevaba a preguntarme qué hacía aquel hombre tan cerca de nosotros».

Quirós observa junto a su madre recortes de periódicos antiguos. De esa imagen partió el filme documental.

Aquel recorte de periódico envejecido junto a otros con noticias de sucesos y personajes de Asturias hablaba de una petición de extradición de Auke Bert Pattist. Hubo hasta tres demandas en ese sentido –dos en la dictadura y una en democracia–, pero ninguna de ellas fue atendida por las autoridades españolas. «Esta historia nació del miedo, tenía aquella imagen borrosa del personaje simpático y la prevención por ver qué iba a descubrir; así que me puse a investigar en la Biblioteca Nacional en Madrid y en la de Oviedo; trazamos un plan de rodaje, nos fuimos a Países Bajos, donde él se crio y se fortaleció siendo teniente de las Wafen SS, conocí su entorno... aún así han quedado misterios y secretos en el tintero, algunos descifrables y otros imposibles».

El militar nazi afincado entre Oviedo y Ribadesella llegó a España en 1954 y ejerció durante muchos años como intérprete de ingenieros de minas que llegaban a la zona, fundó una academia de idiomas, se casó con una asturiana, tuvo hijos... «Fue un tipo que se integró en la vida de la gente de allí, en un entorno donde mandaba la máxima de oír, ver y callar», zanja el cineasta.

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Cuenta que la familia del aludido no ha querido hablar para el documental. «Este personaje ha sido un vehículo para contar cómo era la España de entonces y la de ya entrada la democracia, donde había que mirar para otra parte. Una de sus hijas sí que aceptaba hablar, pero el hijo consiguió que no hablara. Ellos pensaban que no iba a continuar con esta historia. Según me han contado, pidieron que los profesores no hicieran ningún comentario al respecto en los colegios a los que iban los nietos de Auke Bert Pattist, pero dio la casualidad de que muchos centros educativos han llevado a sus alumnos a ver la película».

«Hay quien piensa que la memoria que importa es solo la de la fiesta, quieren olvidar y no saber nada

José Antonio Quirós

cineasta

Lo que con esta cinta ha querido transmitir Quirós va más allá del conflicto generado entre los recuerdos y lo que esconde un personaje. «Esta historia es un compendio de investigación y a la vez de sentimientos encontrados. Ante todo, he buscado transmitir y plasmar la normalidad del mal, hacer ver que estamos rodeados de personas que tienen sus secretos, que la sociedad no presta atención a ello». También opera el filme como alegato ante la memoria histórica, recordando que en la narración aparecen una pléyade de personajes que se niegan a recordar, a rememorar tiempos pasados de asesinatos, exilio, exterminio y barbarie. «Hay quien piensa que la memoria que importa es solo la de la fiesta, es un sector de gente que quiere olvidar y no saber nada, igual que hay quien elogia a este personaje y quienes lo detestan».

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