La actriz vallisoletana Agata Lys. EL NORTE

Muere Agata Lys, la vallisoletana de San Isidro que soñaba con ser 'Doña Inés'

La actriz, cuyo fallecimiento se ha conocido este jueves, vivió durante una temporada en Tudela de Duero y visitó Valladolid para asistir a los estrenos de sus películas

Víctor Vela

Valladolid

Jueves, 23 de diciembre 2021, 20:10

Agata Lys tardaría más en nacer, pero Margarita García Sansegundo llegó al mundo un 3 de diciembre de 1953. Sagitario. «Confío en la astrología, y la astrología dice que un sagitario como soy yo no es posible que se suicide. Siempre lucha por salir ... adelante», decía en una entrevista para El Norte de Castilla, el periódico de su ciudad.

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Nació Margarita en el número 10 de la calle San Isidro, «junto a la plaza Circular», como le gustaba recordar. Y allí vivió buena parte de su infancia. También residió en la calle Travesía de Fuentes de Tudela de Duero, en una época en la que ya era conocida como Ágata Lys.

Su salto a la fama le llegó muy pronto, con 17 años, cuando los espectadores la conocieron como secretaria del famosísimo 'Un, dos, tres'. Ya era Agata Lys, una joven que aspiraba a artista sin olvidar su interés por las Letras. «Nunca he estado matriculada en la Universidad, pero he estudiado Filosofía y Letras. Lo he hecho por mi cuenta, porque me interesa todo lo relacionado con el arte. Y seguiré estudiando, porque es muy importante para defenderse en la vida, sobre todo cara a mi carrera«, aseguraba en octubre de 1973, en una entrevista para El Norte con Julián Lago como interlocutor.

En aquel entonces, Agata Lys ya era un rostro familiar en los hogares españoles. Si bien es verdad que no tan famoso como otros. En septiembre de ese 1973 estuvo en el festival de cine de San Sebastián. Pero los focos estuvieron más pendientes de una superestrella: Lyz Taylor, «toda una diva», decía la crónica de J. A. Rodero para El Norte de Castilla, «que eclipsó por completo a las modestas estrellas nacionales: Mónica Randall, Isabel Garcés, Juanjo Menéndez, Agata Lys y demás, que pasaron prácticamente inadvertidos». En San Sebastián, las cámaras estuvieron más pendientes de Lyz que de Lis.

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La vallisoletana se acercó ese otoño a Valladolid para interpretar un papel decisivo, si no en su carrera, sí en su vida. En varias entrevistas, subrayó que su interés por ser actriz despertó a los seis años, cuando vio en teatro el 'Don Juan Tenorio' y se prometió a sí misma que algún día interpretaría a Doña Inés. La oportunidad le llegó en 1973, en una obra con Armando Calvo como Don Juan y con varias funciones en el Lope de Vega y el Teatro Valladolid (en la Feria de Muestras).

Anuncio de su estreno teatral. EL NORTE

Era su estreno sobre las tablas, su primer papel como actriz teatral, puesto que ya llevaba a sus espaldas una amplia carrera cinematográfica. Ese mismo año, había rodado doce películas («nueva de ellas como protagonista y solo en dos o tres he aparecido en bikini, pero no con afán exhibicionista, sino porque lo requería la acción»). Aquel 'Don Juan Tenorio' era también su oportunidad para despegarse de la etiqueta de 'starlett frívola'. «Me rebelo contra esto. Si me resignara a las etiquetas, no habría venido a mi ciudad a hacer de Doña Inés. Yo voy a salir cubierta de pies a cabeza, solo con la cara destapada«, aseguraba Ágata Lys, quien soñaba a lo grande. «Deseo llegar a ser estrella-actriz, aun sabiendo que esto no resulta nada fácil. Soy un producto de la publicidad y todavía no he dado motivos para que la gente crea en mis posibilidades».

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Muchos años después (en 2006, cuando en televisión se sumaba al elenco de la telenovela 'Amar es para siempre') tenía recuerdos para esa obra. Le preguntaron si aquella España del destape condicionó su carrera. «¿Cómo me va a perjudicar aquello si me convirtió en un 'sex symbol'? Eso es lo mejor que le podía pasar a una chica adolescente, como yo era, para qué nos vamos a engañar. Fue maravilloso y lo disfruté. Pero a los 19 años hice de Doña Inés en Valladolid. No hay que olvidar que yo siempre he estado en contra del encasillamiento. Sí es verdad que aquella imagen sexy me orientaba hacia un tipo de personajes, pero para eso estás, para romper con esa imagen. Decir no es mi palabra preferida«, aseguraba una actriz que se vanagloriaba de »haber contribuido a abrillantar la España gris y opaca de aquel tiempo«.

«Estoy en contra del desnudo gratuito. Me han ofrecido la doble versión y me he negado. Tengo mi dignidad y mis exigencias por las que una mujer no puede pasar«, decía en 1973. Pero en los años siguientes, se convirtió en una habitual de aquellas películas del destape.

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Contaba, sin precisar mucho más, que había dejado su ciudad natal «por un problema sentimental y personal», pero regresaba a ella para participar en galas y estrenos. En mayo de 1974, el día 29, compartió escenario con Lola Flores, Antonio González, Marian Conde y otros artistas en un festival, en el Teatro Calderón, dentro de la campaña 'Prochabolistas', para erradicar la infravivienda.

Su fama comenzó a crecer como la espuma. Incluso presentó varias galas de Nochevieja en Televisión Española. En la de 1975, dirigida por Valerio Lazarov, se encargó de dar paso a las actuaciones de Manolo Escobar, Tip y Coll, el ballet Zoom, Dolores Vargas, Los Chichos, Karina, Georgie Dan, Pepe Domingo Castaño. Repitió en la última noche del año de 1976.

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Su nombre se convirtió en reclamo publicitario. El 27 de marzo de 1976, «la sensacional y triunfadora actriz Agata Lys» firmaba autógrafos, a partir de las 12:00 horas, en la boutique Marina, en la calle María de Molina, con motivo de su inauguración. La charcutería Cabrejas, en la vallisoletana calle Cervantes, recurría a su nombre en un anuncio que hoy chirría: '¡Qué jamón Agata Lys! Luego sigue la Cantudo, pero Cabrejas también tiene un jamón c...«.

Su nombre se convirtió en un objeto del deseo de las negritas de Francisco Umbral. El 19 de diciembre de 1976, el escritor le dedicaba uno de sus artículos en 'Crónica de Madrid', la columna que publicaba en El Norte de Castilla: «Agata Lys, la vallisoletana de oro. Me la encuentro nada más entrar, con una peluca rubia y rizada, como hecha con cordones (que es lo que se lleva ahora) y un escote generoso y peligroso«. Era una fiesta en el Club Well, inaugurado en la calle Velázquez. »A la salida, Agata Lys se hace unas fotos con los señores del Servicio Municipal de Limpieza, que andan con sus blusas amarillas de plástico entre cubos de basura«.

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Las revistas del corazón informaban a principios de los años 80 de su relación con Fernando Soto, un joven de 21 años (ella tenía 28), estudiante de periodismo en la facultad de Lejona.

«Según relatan los enamorados, se conocieron el pasado otubre en una güisquería de Bilbao». «El matrimonio vivirá en casa de ella, que a lasazón está en Majadahonda, una zona muy guapa de los alrededores de Madrid. ¡Ah!... la Lys se casará de blanco, como se supondrán ya ustedes», contaba en su crónica Óscar León, el 14 de abril de 1982.

En 1983, se informaba de que se iba a vivir a Miami, «donde se ha comprado una maravillosa casa. Agata ha tomado esta decisión porque cree que allí los productores cienematográficos sabrán aprovechar su talento artístico y así podrá apartarse un poco de la imagen de 'mujer estupenda' mantenido en las pantallas nacionales. El viaje no lo realizará sola. Irá acompañada por su novio Fernando, con el que vive desde hace tiempo. La actriz asegura que sin este hombre ella misma no es nada y, aunque sin pasar por la vicaría, son enormemente felices. Si Fernando se lo propusiera, no dudaría en instante en aceptarle como marido. Posiblemente, sus ilusiones se hagan realidad de aquí a un año», relataba el reportaje.

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Aquella inversión en Miami era posible porque Agata Lys, en aquella época, tenía un importante caché. Los desveló el periodista José Arenas en un reportaje para el dominical del 'ABC'. Por cada gala, Agata Lys ingresaba 300.000 pesetas (unos 1.800 euros de la época). Eso sí, lejos del caché de otros artistas. Isabel Pantoja y María Jiménez facturaban el doble (800.000 pesetas). A continuación estaban Rocío Dúrcal y José Luis Perales, que cobraban el millón de pesetas. Lola Flores pedía 1,1 millones. Rocío Jurado, 1,4 millones. Era 1983. En la cúspide estaban Miguel Ríos y Miguel Bosé, con un caché de dos millones de pesetas.

Parte de esos ingresos llegaron en 1984 por su intervención en los finales de etapa de la Vuelta Ciclista a España y fue también el año en el que cruzó su nombre con el de otro vallisoletano, Miguel Delibes, ya que formó parte del elenco de 'Los santos inocentes'. «La sugestiva Agata Lys», decía Emilio Salcedo de su interpretación en la crítica publicada por El Norte con motivo del estreno.

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«Yo llevó toda mi vida trabajando para poder elegir y hacer solo lo que me guste», decía en una entrevista en 1999, cuando su fama ya era más cosa del pasado (aunque le llegarían varios papeles en series televisivas y en películas como 'Familia', de Fernando León de Aranoa). «No hay porqué hacer todo lo que ofrezcan porque la profesión es fundamental pero no es mi vida. Mi trabajo es esencial, pero mi vida es mi vida y además de trabajar yo sé disfrutar y por supuesto vivir», aseguraba Agata Lys, quien falleció el pasado 12 de noviembre en Madrid, aunque hasta este 23 de diciembre no se ha hecho pública la noticia.

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