José María Cillero
Viernes, 28 de noviembre 2014, 18:03
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Si la infancia es la verdadera patria del hombre, el paraíso de un niño es un mundo al menos temporalmente sin padres. Tal vez ese sea el secreto del éxito de Pipi Calzaslargas, las aventuras de los Cinco o, antes, el misterioso mundo de Peter Pan. Tal vez sea esa sea también la magia de 'Los Goonies', aquella película de 1985 en la que una pandilla de amigos trata de encontrar el tesoro de un pirata en un mundo subterráneo lleno de peligros y acosados por una familia de malos malísimos. Una película que se ha convertido en himno audiovisual de toda una generación que habría dado desde el geiperman más armado hasta el último juguete de su armario por vivir la aventura que viven Mikey, Gordi, Bocazas, Data, Brand, Andy y Stef perseguidos por los Fratellis.
Hablando de juguetes, hablando de los niños que fueron goonies ¿qué ha sido, treinta años después, de aquel reparto de auténticos actores-críos que actúan y hablan como niños de verdad y nada de sucedáneos de serie de Antena 3? Pues ha habido de todo, aunque comparando sus fotos de entonces con las de ahora, no cabe sino parafrasear a Peter Pan y lamentar lo malo que es crecer.
Sean Astin, de Mikey a Frodo
Fue el papel con el que Sean debutó en el cine. Antes, había rodado un telefilme con su madre, Por favor, no me pegues mamá. Después trabajó en otras producciones, entre ellas, La guerra de los Rose (1989), pero su gran papel ha sido el del hobbit Samsagaz Gamyi, el mejor amigo de Frodo en la trilogía de El Señor de los Anillos (2001-2003). Un año después, en 50 primeras citas, interpreta al hermano de otra niña actriz que ha seguido trabajando en el cine de adulta y cuyo apellido los cinéfilos deberían leer puestos en pie: Drew Barrymore. Gertie, la hermana de Elliot, el amigo de ET, interpretado por Henry Thomas, quien, por cierto, tampoco abandonó la carrera dramática. Fue uno de los hermanos de Brad Pitt en Leyendas de Pasión lo que le dio una cierta notoriedad aunque nadie lo asociara a la película que le hizo brillar de pequeño.
Después del empujón de actuar junto a Anthony Hopkins y Brad Pitt, le resultó más fácil conseguir papeles como secundario. Apareció en Misión Imposible, con Tom Cruise; en Todos los caballos bellos, con Matt Damon y Penélope Cruz; en Gangs of New York, junto a Daniel Day-Lewis y Leonardo Di Caprio y más recientemente en la serie de televisión Betrayal (Traición), cuyas emisiones concluyeron a principios de 2014. Total, que el único que dejó de trabajar de aquel blockbuster del mago Spielberg fue el extraterrestre. Lógico, venía de y se volvió a un mundo más desarrollado que el nuestro donde la jubilación llega en plena juventud.
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Jeff Cohen, de Gordi a un esbelto abogado
Gordy (Jeff Cohen) Gordi, Chunk en la versión original, era el clásico gordito martirizado en el cole al que no ayudaba la combinación de pantalones de cuadro escocés con camisas hawaianas con la que se deja ver en la película. Pero, atención, es el único del reparto capaz de demostrar que hay más vida después de los platós y que no necesariamente es una vida de fracaso, baja autoestima y sustancias peligrosas. Ahí donde le ven, un Jeff que ya no es gordo se licenció en Berkeley y es socio fundador del despacho de abogados Cohen&Gardner. Y no un abogado cualquiera, representó a una casa de subastas en un pleito por la venta de unos artículos personales de la estrella de la NBA Kobe Bryant. No es por nada, pero su trayectoria recuerda un poco a la de nuestra estrella patria Piraña, de Verano azul. Miguel Ángel Valero, que le dio vida y diámetro, es profesor de Ingeniería Telemática en la Universidad Politécnica de Madrid. Así que ya sabe, si tiene un hijo con problemas de sobrepeso, no deje de preocuparse por su alimentación, pero preséntele a castings. Quién sabe si con el tiempo no tendrá usted un registrador de la propiedad, un abogado del Estado pero mientras, que deje la bollería industrial.
Corey Feldman era Bocazas
Bocazas (Corey Feldman) El viejo Mouth. Qué grande su traducción libre (y traidora) al italiano para transmitir los mensajes a la señora de la limpieza al principio de la película. Claro que en la versión original la criada era hispana y las traducciones al español, por lo que para que con el doblaje no se perdiesen los gags aquí se decidió convertir a la mujer en italiano todo bien hasta que metros de película más adelante los Fratellis hablan en italiano y Bocazas, como sus amigos, no se entera de nada. ¿Se había olvidado del idioma? Nooooo. La culpa es de la adaptación de aquí. Peor fue cuando la censura manipuló Mogambo (1953) para evitarle al público español el sofoco de que Clark Gable quería cometer adulterio (¡un pecado mortal!, ¡un delito tipificado en el Código Penal!) con Grace Kelly ¿he oído un 'toma, y yo!!!'? les convirtieron en hermanos, lo que hizo que la película en las salas de aquí tuviera ración extra de tomate. ¡Un incesto! En fin, que Corey sí que se labró una carrera como actor infantil. Al año siguiente de The Goonies rodó la también emblemática Stand by me, donde coincidió con Corey Haim, relación de la que saldría el dúo artístico the two coreys, con sus apariciones en pelis baratas y en la tele; con sus adicciones a las drogas, que les llevaron incluso a la ruptura (la muerte prematura de Haim al principio fue atribuida al consumo de sustancias tóxicas aunque luego se supo que fue por pulmonía. Pero mucho antes, Feldman había zanjado una discusión en directo en la tele con su amigo con un «no quiero saber de ti hasta que no te desenganches») y eso que habían compartido experiencias como víctimas de acoso sexual infantil por parte de determinados profesionales de Hollywood. (No se libra nadie). También ha grabado discos, ha hecho comedia en Broadway, ha participado en realities de famosos (sí, de esos) y hoy es vegetariano y activista defensor de los derechos de los animales y del medio ambiente. Por cierto, de chaval fue novio de Drew Barrymore.
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Ke Huy Quan era Data y en 'Indiana Jones', Tapón
Data (Ke Huy Quan). Pocos pueden decir que esta cara no les suena. ¡Sí! El pequeño inventor Data es también Tapón en Indiana Jones y el templo maldito. Qué carrerón el de este vietnamita de Saigón refugado en California cuando la guerra en su país provocó un vuelco de régimen. Durante el rodaje de la segunda entrega de la saga de Indiana aprendió Taekwondo y eso le valió para seguir en la industria pero desde otro puesto, el de coreógrafo de escenas de acción para X-Men y El único.
Kerri Green era la guapa Andy
Andy (Kerry Green). The Goonies fue su debut en pantalla, pero ese mismo año interpretó a la hija de John Candy en Malditas vacaciones. Un año más tarde coincidió con Corey Haim, Charlie Sheen y Winona Ryder en la comedia dramática juvenil Lucas. En 1987 volvió a coincidir con Charlie Sheen en la comedia Tres en la carretera. Después estudió Bellas Artes, participó en tv movies y algunas series, como Se ha escrito un crimen, rodó un corto bien acogido para después casarse, se supone que bien, al menos para ella, porque vive apartada del cine.
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Martha Plimpton, la listilla Stef
Stef (Martha Plimpton). No hay guapa sin amiga menos agraciada pero listilla. (Vale, tampoco hay guapo soso sin amigo gracioso). Esa es Stef, interpretada por una cría con sangre azul hollywoodiense; hija de los actores Keith Carradine y Shelley Plimpton, nieta de John Carradine, sobrina de David Carradine y Robert Carradine, prima de Ever Carradine, y Kansas Carradine. Tanto ha sido su trabajo en el cine, incluso con directores como Woody Allen, como escaso su reconocimiento por la crítica. Hasta el punto de que se hartó y se refugió en el teatro. Últimamente también ha hecho tele: Anatomía de Grey, The good wife, Fringe. Lástima que su tesón y su valentía de renunciar a incorporar en su nombre artístico el apellido de Carradine no se hayan visto recompensados.
Y esas son, a grandes rasgos, las trayectorias profesionales de aquellos pequeños actores, que han seguido juntándose para conmemorar aniversarios del estreno de la película y que, si Donner cumple su promesa, se volverán a reunir el año que viene para rodar una secuela de aquel filme inolvidable, en la que se supone que su papel se limitará al de progenitores de los niños que emularán sus aventuras, aderezadas, tal vez, por un majado de efectos especiales tan del gusto de los tiempos que corren.
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