Francisco González de Posada, en la Real Academia Nacional de Medicina. Virginia Carrasco

«La burocracia es el mayor problema de hoy en España»

Francisco González de Posada | Catedrático de Física ·

Autor de nueve tesis doctorales, advierte de la falta de autonomía universitaria

Sábado, 3 de febrero 2024, 13:15

Si no fuera porque está todo documentado, la trayectoria de Francisco González de Posada parecería una ficción. Un imposible. La lectura de todo lo realizado por este gaditano de 82 años agota a cualquiera y detrás de cada línea de su currículum hay centenares o ... miles de horas de trabajo. Solo una muestra: ha sido catedrático de Ingeniería, rector de la Universidad de Santander, es miembro de una veintena de academias, ha creado numerosas sociedades científicas y culturales, tiene cuatro títulos universitarios (Ingeniería, Sociología, Física y Teología) y, lo que probablemente es un récord mundial, nueve doctorados, el último logrado a finales del pasado año. El primero lo obtuvo en Ingeniería de Caminos en 1972. Luego, tras su jubilación, no ha parado: Teología (2013), Filosofía y Sociología (ambos en 2016), Medicina y Filología Hispánica (2019), Historia (2021), Química (2022) y Economía (2023). Trabaja en ello de diez de la mañana a una del mediodía y de cinco a siete y media de la tarde los días en que sus múltiples academias no exigen su presencia. De hecho, esta entrevista tiene lugar a última hora de la mañana en la Real Academia Nacional de Medicina, en un día con pleno de esa institución por la tarde. Y para la jornada siguiente tiene en su agenda reuniones en tres academias distintas.

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- ¿Cómo ha tenido y tiene tiempo de hacer todas esas cosas?

- No sabría contestar a eso. Solo le diré que nunca he estudiado después de la hora de cenar con una única excepción: el día antes de la entrega del proyecto fin de carrera de Ingenieros. Creo que he aprovechado bien el tiempo y solo me quejo del dedicado a examinar y corregir a miles de alumnos, algo en lo que he empleado muchísimas horas.

- Y además de dar clases e investigar, durante muchos años ha hecho tareas de gestión, desde presidir Cáritas hasta ser rector.

- Eso lleva más tiempo, como la organización de asociaciones, la presencia en academias, la puesta en marcha de universidades de verano… y no olvide la dirección de las tesis de mis discípulos. Ni olvide tampoco la burocracia, que es el mayor problema hoy en España. Es inconcebible y en la Universidad se ve con claridad. De todas formas, todas las tesis menos la primera las he hecho tras la jubilación y eran asignaturas pendientes de años anteriores, temas que estaban ahí y no había podido ponerme a indagar en ellos.

- ¿Cómo ha llevado su familia tantas ocupaciones?

- Tengo cinco hijos y diez nietos, y tanto ellos como mi mujer lo han llevado bien. Le diré además que a mi mujer y a los hijos les he dirigido también sus propias tesis doctorales, una cada uno menos uno de los hijos que ha hecho dos. ¿Vida familiar? Claro que hemos hecho. Por ejemplo, cada año nos vamos una vez de viaje y en total ya somos 22. Es una tradición.

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- ¿Y aficiones? ¿Le queda tiempo para alguna?

- Por supuesto. El fútbol es una, y grande. Jugué en el Cádiz juvenil y desde entonces tengo esa afición. Soy hincha del Cádiz y socio del Real Madrid, y voy a todos los partidos. Me gustan mucho también los museos y he organizado más de una exposición. Disfruto con la literatura, sobre todo con los clásicos. Mi tesis en Filología era sobre Delibes y los personajes femeninos en su obra, de manera que me he detenido en el análisis de lo que supuso el feminismo en el siglo XX y cómo se ve reflejado en los distintos arquetipos que salen en sus novelas. Y no puedo dejar de citar otra gran pasión: soy muy aficionado al Carnaval de Cádiz.

- Quizá se lo haya dicho alguien tras la defensa de una de sus tesis. Usted tiene que intimidar al tribunal. Al fin y al cabo sus integrantes solo tendrán una licenciatura y un doctorado.

- Tendría que preguntárselo a ellos (se ríe). Yo voy como examinando. Y a mí no me importa que me examinen si me dejan luego contestar. Pero sí, tiene razón, en más de una ocasión algún miembro del tribunal me ha comentado lo atípico que resultaba aquello.

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Currículum singular

«Mi vida ha sido normal, pero desaforada»

- Acaba de hablar de su tesis sobre Delibes. La última es sobre asuntos económicos en la doctrina del Papa Francisco, otra sobre temas sociológicos, otra de Química… ¿De dónde viene el interés por temas tan diferentes?

- Debo volver al pasado para explicarlo. Vine de Cádiz a Madrid tras quedar huérfano y tuve la suerte de encontrarme con Ángel Herrera Oria, que aún no era cardenal. Él reunió a un grupo de sacerdotes, creó el Colegio Mayor Pío XII y decidió becar a dos estudiantes por provincia que tuvieran muy buenos expedientes. Luego, les 'exigía' hacer, además de la carrera que ellos habían elegido, una de las que consideraba 'suyas', Sociología o Periodismo, en el Instituto Social León XIII, integrado en la misma fundación. Yo había venido a estudiar Caminos y lo completé con Sociología.

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Especialización

- Pero sus intereses han crecido de forma exponencial.

- Sí, medio en broma dije que añadiría una tercera licenciatura, Física, que fue la que al final determinó mi carrera docente. De esa forma, ya tenía tres perspectivas distintas. Pero sucedió que siendo aún estudiante empecé a dar conferencias sobre Filología y asuntos religiosos…

- ¿Asuntos religiosos?

- Sí, porque con apenas 20 años me llevaron al Concilio Vaticano II y allí conocí, aunque fuera de lejos y de forma indirecta, a todos los grandes de la Teología de ese momento. Por una razón o por otra, mis intereses no dejaban de crecer. En el colegio mayor hacíamos ciclos con el mejor cine que podíamos conseguir y montábamos sesiones de debate en las que desentrañábamos las películas. También formé parte de la tuna. Mi vida ha sido normal y desaforada.

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- Su trayectoria parece rebatir además la tendencia creciente a la especialización. Usted es hombre de ciencias teóricas, ciencias aplicadas y letras. ¿Debería ser así? ¿Alguien que se considere culto en nuestro tiempo debería tener conocimientos de áreas tan diversas?

- Es un asunto muy complejo. Vivimos en un mundo en el que es precisa la superespecialización y lo que sucede, por ceñirme a mi campo de docencia, es que de Física ya no sabe nadie porque todo el mundo vive encerrado en su pequeño ámbito. El superespecialista de hoy no sabe nada de otros campos de la Física que no sean el suyo. Mi situación es anómala y se debe a mi trayectoria. Creo que todo el mundo necesita algo así como un baño cultural, que se puede conseguir buscándolo o implantando en las carreras algunas asignaturas complementarias, porque no se puede ser un gran especialista en algo y un analfabeto absoluto en tantas cosas. Todo universitario debe tener conocimientos razonables de unas cuantas materias además de la suya, pero el mundo no va por ahí.

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Menor exigencia

- Alguien en posesión del récord mundial de doctorados, ¿qué piensa de esos políticos españoles cuyos títulos de grado y posgrado están sometidos a dudas o que han presentado tesis sobre cuya autoría y originalidad también hay no pocas sombras?

- Me da pena. Sobre todo, porque hoy es muy fácil verificar muchas cosas, como quién ha dirigido esas tesis, en qué universidades y en qué cursos y cuánta gente obtuvo esos títulos… Bueno, de todas formas tanto los títulos como las tesis de las que me habla han tenido una utilidad para quienes los obtuvieron o defendieron. Las mías, salvo la primera, no han tenido utilidad alguna (se ríe).

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Bagaje cultural

«Todo universitario debe tener conocimientos de unas cuantas materias además de la suya»

- Usted es crítico con el nivel de la formación en España porque cree que se ha rebajado la exigencia, especialmente con los grados dobles.

- Es una cuestión de matemáticas muy simple. Cuando yo entré en Ingeniería, para 150 plazas había casi 3.000 aspirantes. Los que entraban eran una élite. Muchos hacían otra carrera hasta que lograban ser admitidos. Los niveles de exigencia de entonces nada tienen que ver con los actuales. De ser el 'suspensor' de la carrera yo pasé a dar casi aprobados generales, como se hace por otra parte en todas las universidades. Universidades a las que en muchos casos entras con un 5 pelado. Le diría que lo que sabe hoy un graduado es una cuarta parte de lo que sabía hace cincuenta años.

- ¿Hay alumnos y familias que entienden que al pagar la matrícula pagan también el título?

- Hablamos de dos aspectos diferentes. Uno es que se ha reducido el número de cursos y por tanto de horas de docencia de las carreras. Pero en las buenas universidades extranjeras casi tampoco existe el suspenso. Lo que se hace es una clasificación de los alumnos, de manera que lo importante es dónde estás en esa lista. Y luego tienen otras asignaturas electivas con las que completan su formación.

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- ¿El suspenso ya no existe?

- En todas partes se ha convertido en una nota casi a extinguir por la presión de un creciente número de universidades privadas en las que el suspenso está prácticamente prohibido. Eso, de una forma o de otra, también afecta a las públicas.

Exigencia académica

«El suspenso se ha convertido en una nota casi a extinguir en todas partes»

- La meritocracia está puesta continuamente en duda, argumentando que sigue existiendo una clase dirigente en el mundo empresarial y profesional que está donde está por su familia. ¿Debería tener más valor un buen expediente académico?

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- Recuerdo una breve etapa en la que en Caminos examinamos, y suspendimos, a cuatro hijos de otros tantos ministros. Unos días después recibimos unas amables cartas… y los volvimos a suspender en septiembre. La meritocracia no funciona hoy en la Universidad. Hay una enorme endogamia, y eso es algo que viene desde la Ley de Reforma Universitaria y es terrible. La autonomía de las universidades ha llevado a eso. Hay cátedras que salen con nombre. En vez de convocarse como cátedra de la asignatura tal deberían convocarse como cátedra para tal persona.

- ¿Y eso cómo se resuelve?

- Mientras no haya autononía económica las universidades no serán de verdad autónomas. Si un rector llega al cargo como consecuencia de un juego político, ¿qué autonomía tiene? Y mire lo que está pasando en las privadas: no hay facultades de Física y sí de Medicina, que son más caras de montar. ¿Por qué? Porque se vinculan a un hospital y ahí está el negocio.

Grupos de presión

«Existe una enorme endogamia en la Universidad. Hay cátedras que 'salen con nombre'»

- No es importante tener conocimientos sino habilidades, hay que fomentar la motivación, lo básico es que los jóvenes sean felices, el esfuerzo no es tan importante en el proceso de aprendizaje, memorizar es absurdo… Son tópicos que circulan en determinados ambientes. ¿Qué opina?

- El más inaceptable de todos es el referido a la memoria. Si no la hay, carece de sentido la pretensión de ser culto. Y la Historia no se entiende si no se saben algunas fechas básicas. Ser feliz es importante, por supuesto, pero no se puede conseguir siendo un ignorante.

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- Prepara ya su décima tesis. ¿Piensa parar o tiene más temas en cartera para continuar investigando?

- La décima gira en torno a la teoría dimensional de las magnitudes físicas. Al día siguiente de defender la del Papa Francisco ya hice el índice de esta. ¿Seguir? Si la cabeza y el corazón me lo permiten y no hay otra cosa mejor en la que ocuparme...

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