Borja Sémper y Eduardo Madina, con Alberto Utrera, director del documental 'Impuros'. RODRIGO JIMÉNEZ

Sémper y Madina, en Valladolid: «Con ETA la justicia debe seguir haciendo su trabajo»

Hablarán este lunes en el Aula de El Norte sobre su experiencia política y vital en aquellas décadas de barbarie terrorista

fernando conde

Valladolid

Sábado, 13 de noviembre 2021, 08:34

Alguna vez Eduardo Madina fue diputado nacional por el PSOE e, incluso, candidato a su secretaría general. Borja Sémper, por su parte, también alguna vez fue diputado autonómico e, incluso, portavoz del PP en la asamblea vasca. Hoy son simplemente dos ciudadanos comunes, alejados de la política activa y que disfrutan de una vida normal, algo que debería ser una obviedad, pero que no lo era en absoluto en su País Vasco natal, hasta poco más de una década. Su experiencia vital y política, la amenaza constante y las secuelas sufridas en carne propia se plasman ahora en un libro y en documental, ambos, afortunadamente de enorme éxito, sobre los que hablaremos en la próxima sesión del Aula de Cultura, con el patrocinio de Obra Social laCaixa y Fundación Vocento.

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-¿Lo que un tiempo separó la política lo ha unido ETA?

-Madina: Yo diría que no. Ya éramos amigos, pero con la oportunidad que nos brinda Plaza y Janés, a través de este emocionante libro, estamos pasando más tiempo juntos que nunca. Y la experiencia está siendo muy enriquecedora.

-Sémper: Es lo que dice Edu, nuestra amistad venía de antes, y en todo caso, nos hemos reencontrado en esta nueva vida. Quizá, gracias al libro, hayamos conocido cosas el uno del otro que no sabíamos. 

-¿Se puede afirmar que hoy en el País Vasco hay, por fin, libertad?

-M: Desde mi punto de vista, sí. Euskadi es una sociedad con largos recorridos por delante en no pocos caminos, pero la ciudadanía se ejerce en condiciones que ya no son comparables a las de hace una década.

-S: Euskadi enfrenta las mismas amenazas para la libertad que cualquier otro lugar con fuerte implantación de proyectos identitarios o con vocación excluyente. En realidad, la sociedad occidental enfrenta amenazas continuas a la libertad; pero es cierto que la desaparición de ETA ha supuesto un avance extraordinario. Sí, hay más libertad, sin duda.

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-Perdonar, olvidar, cerrar heridas -aún sin cicatrizar- o exigir justicia, penas íntegras, esclarecimiento de crímenes, hasta el último... ¿cuál es el camino?

-M: El camino es la convivencia. La construcción de una sociedad normal en el mejor sentido de la palabra. Y que la justicia siga haciendo su trabajo en los casos de atentados de ETA sin resolver. 

-S: Hay cuestiones que corresponden en exclusiva a decisiones de cada individuo y que, en mi opinión, no deberían tener influencia en el espacio público. El perdón, la reconciliación... son conceptos íntimos, por decirlo de alguna manera. En una sociedad democrática se apela a valores cívicos, cumplimiento del Estado de Derecho, justicia, etc. Como dice Edu, poder convivir entre diferentes en el espacio público, sin que nadie se sienta excluido por su tendencia ideológica, orientación sexual o creencia religiosa.

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-En la Alemania actual un partido como Bildu ni siquiera podría existir legalmente, ¿es España una democracia acomplejada?

-M: No, España tiene una constitución no militante en la que cabe incluso un partido como Bildu. Eso, desde mi punto de vista, nos convierte en una democracia mejor.

-S: Nuestra Constitución optó por un modelo de participación política donde los márgenes son muy amplios; hemos decidido que nuestra democracia ampare y permita la participación de aquellos que, incluso, quieren saltarse el marco constitucional o de aquellos que quieren dejar de ser españoles, resumiendo gráficamente. Pero exigimos la aceptación de la ley y que esa participación política se haga dentro de sus márgenes. Formalmente creo que somos más fuertes así, aunque para algunos suene paradójico. 

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-Su libro y el documental 'Impuros' son una llamada a la conciencia. ETA mató a casi 900 personas. ¿Tratar de evitar que caigan en el olvido es hacer 'memoria histórica y democrática'? 

-M: Es un granito de arena en términos de aportación a la memoria. Creo que este es el mejor material sobre el que puede construirse el futuro de una sociedad, con un pasado traumático de terrorismo, como es la nuestra.

-S: Hay cosas sobre las que no caben relatos. Es cierto que dos personas, por ejemplo, pueden interpretar un mismo hecho de manera dispar, pero eso no cambia la realidad de las cosas. Creo que el peso de este libro no está en la interpretación de los hechos, sino en la descripción desnuda y a veces descarnada de esos hechos.

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-En pocas palabras, ¿qué opinión tienen de la iglesia vasca, entonces y ahora?   

-M: En la actualidad, no tengo opinión. En el pasado sí la tengo, y no es nada buena. Desde mi punto de vista, tiene mucho en lo que pensar a la hora de revisar su pasado y mucho de lo que arrepentirse.

-S: No positiva, particularmente. En demasiadas ocasiones la Iglesia Vasca mostró afecto y caridad cristiana con el victimario y su entorno, y muy poco con la víctima. De manera singular en los entornos más rurales. Esa balanza siempre estuvo en desequilibrio.

Noticia Patrocinada

Aula de El Norte de Castilla. Círculo de Recreo (Duque de la Victoria, Valladolid) Lunes 15 de noviembre. 19:30 horas.

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