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Fernando conde
Miércoles, 1 de diciembre 2021, 09:30
Alicia Viladomat lleva años reivindicando la figura de su abuela, la poeta Pilar de Valderrama, la Guiomar de Machado. El legado de una mujer cuya obra quedaría eclipsada por la fama que le otorgó ser la última musa de uno de los más grandes de ... la literatura. Ahora, Viladomat evoca la obra de su abuela poniendo voz a unos poemas que conforman un recital poético en que se escuchará la voz de Valderrama y la de Machado, y con el que el Aula de Cultura, patrocinada por Obra Social laCaixa y Fundación Vocento, cerrará ciclo este año. La música del pianista Álvaro Piedra y del joven oboe Enrique Álvarez Sedano acompañará a la palabra.
–¿La controversia sobre si Guiomar fue Pilar de Valderrama está cerrada?
–A cal y canto. No se conocen los últimos documentos, las 'Cartas de sus confidentes', que aún están inéditas. Pero se publicarán en breve, lo mismo que esta 'Antología poética', que ha editado Torremozas.
–Que Pilar inspiró el amor del último Machado es evidente, ¿sucedió al revés?
–Por supuesto que sí. Hay poemas de una belleza sublime que no solo están inspirados en él, sino que están dedicados al poeta. Por ejemplo, 'A la muerte de Antonio Machado', o 'De mar a mar'. También, 'Testamento de un amor imposible', que forma parte del libro de 'Memorias', o 'Sí, soy Guiomar', que publicaron sus hijas después de su muerte y que aparece en esta 'Evocación'.
–'Evocación' es una antología poética, pero Pilar de Valderrama también fue autora teatral, aún inédita, ¿para cuándo?
–Fue autora teatral y muy prolífica, además. 'El sueño de las tres princesas' es una obra de teatro en verso, que es una preciosidad, y también inédita. Solo se representó una vez, en el Teatro de Cámara Fantasio, que mis abuelos crearon en su casa. El mismo año que se supone que se encuentran, en Segovia, por vez primera, Machado y ella. Tengo muchas anécdotas de los 22 años que pasé a su lado y algunas las relataré en un libro que será la reedición de sus memorias, 'Sí, soy Guiomar'. Después vendrán los epistolarios, más de 500 cartas manuscritas y en correspondencia con la Generación del 27. Abordaré por último el teatro.
–Su abuela fundó el Lyceum Club. Aquellas mujeres han quedado sepultadas por generaciones de hombres.
–Reivindicar su figura es un ejercicio de justicia… y de feminismo bien entendido. Reivindicar su figura es de justicia. Yo no distingo entre hombres y mujeres a nivel artístico y literario. Para mí son todos iguales. Pero es cierto que con ella se cometió una terrible injusticia, a veces por maldad y otras por simple desconocimiento. Bien es verdad que ella no tenía ningún afán de notoriedad y así lo manifiesta en sus escritos. Eso tampoco la ayudó mucho. Aun así, la catapultaron al anonimato. Por eso, como su única nieta y descendiente, me siento en la obligación de acometer esta tarea. Me gustaría crear un museo.
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