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Javier Moro, escritor
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Javier Moro, escritor
«El milagro de mi novela es que los personajes estén para contarlo»C. A.
Valladolid
Martes, 24 de octubre 2023, 14:23
De la noche a la mañana, se convirtió en el líder principal de las mayores protestas registradas hasta la fecha en Venezuela contra Nicolás Maduro. Después, acosado por el régimen, decidió entregarse a la policía en febrero de 2014, y de inmediato se convirtió en un héroe. La epopeya, primero, y la odisea, después, de Leopoldo López y su mujer, Lilian Tintori, protagonizan la última entrega del novelista Javier Moro (Madrid, 1955), 'Nos quieren muertos'. Javier Moro y Lilian Tintori estarán presentes en la próxima cita del Aula de Cultura de El Norte de Castilla, que se celebrará el jueves 26 en la recién estrenada Sala Antonio Salieri (Relatores, 1), a las 19:30 horas, con el patrocinio de la Fundación Vocento y la colaboración de la Fundación EME.
A raíz de la petición de su excarcelamiento por parte de medio mundo, en 2017 Leopoldo López consiguió que se le conmutara la prisión por arresto domiciliario, y en octubre de 2020, después de un nuevo fracaso de las movilizaciones contra el régimen, se exilió a España. Con 'Nos quieren muertos', publicada por Espasa, Javier Moro, el autor de 'Senderos de libertad', 'El pie de Jaipur', 'Pasión india', 'El sari rojo' o 'Mi pecado' regresa al continente americano, para narrar los entresijos de una aventura que todavía está por resolver.
-¿Qué le atrajo de esta historia para embarcarse en la escritura de una nueva novela?
-He seguido la actualidad de Venezuela desde años, porque tengo un vínculo especial con ese país. Mi padre trabajó para la compañía aérea venezolana Viasa y de joven viajé mucho allí. Mi primer reportaje de viajes, que publiqué en el dominical de ABC, fue el relato de los tres meses que pasé en el nacimiento del Orinoco y la bajada en canoa hasta San Fernando de Apure. A los 20 años recorrí el país de cabo a rabo. Quería ir a vivir allí. Es cierto que aquel era otro país, no el de ahora. Era rico, próspero, con autopistas de ocho carriles que no se veían en España… El 18 de febrero de 2014 vi en televisión cómo un joven líder politico llamado Leopoldo López se entregaba a la policía de Maduro voluntariamente. Pensé que estaba loco de atar. Años después, me di cuenta de que aquel gesto fue heroico. Un gesto político que la historia no puede borrar. Pocos son los que anteponen sus convicciones políticas a su interés personal. Navalni es uno de ellos, y está pagando un precio muy alto. Monseñor Álvarez, en Nicaragua, condenado a 26 años de cárcel por negarse a abandonar su país, es otro. Leopoldo López fue ese tipo de personaje en Venezuela. Por eso, cuando tuve oportunidad de conocerlo, después de la pandemia y recién llegado al exilio, decidí escribir su historia.
Javier Moro
Escritor
-'Su' Leopoldo López, ¿es un héroe de la lucha contra la dictadura de Maduro o un antihéroe, derrotado por un sistema que sigue en pie, con toda su dureza, a pesar de la presión internacional?
-Es definitivamente un héroe en la lucha contra la tiranía. Es cierto que ha estado muy cerca de conseguirlo, con las manifestaciones del 2014 que arrojaron millones de venezolanos a la calle, con las elecciones a la Asamblea Nacional, con Guaidó, que fue un montaje suyo, y no lo ha conseguido. Pero a mí, como escritor, me ha interesado el intento. Es como en el 'El viejo y el mar', de Hemingway, el hombre intenta pescar el gran pez, y al final se le escapa… Pero la belleza está en el intento. En el intento sale la humanidad, cuando los personajes se ven obligados a sacar lo mejor de sí mismos. Y su sacrificio no fue inútil: sirvió para que el mundo entero viese lo que era de verdad el regimen de Venezuela. Hasta entonces, disimulaba detrás de una capa de democracia. Leopoldo arrancó esa capa. Sus cuatro años de prisión más tres de arresto domiciliario sirvieron para que el mundo dejase de engañarse con la revolución venezolana.
-¿Verá Leopoldo López cumplido su sueño de una Venezuela que expulse a Maduro y a su régimen?
-Soy optimista. Venezuela no es Cuba.
-En todas sus novelas, la realidad es la base de una ficción que emplea tan solo lo justo para novelar… ¿Nos atrae a los lectores del siglo XXI la realidad más que la fantasía?
-La literatura sirve para contar por dentro lo que los medios de comunicación nos cuentan por fuera. Ésta es una novela de no ficción, en el sentido de que no he tenido que inventar nada. Al contrario, la historia de Leo y Lilian parecía a veces increíble, tanto que si me lo hubiera inventado nadie se lo creería. La realidad es más increíble que la ficción. Me gusta más la palabra 'dramatizar'. En 'Nos quieren muertos' he puesto en escena una historia real, la de las víctimas del regimen de Venezuela, que no había sido contada. Maduro puede impedir que se venda el libro en Venezuela, pero ya nunca podrá borrar esa verdad. Su verdad.
-En este caso, ¿nos interesa más aún la peripecia personal de Leopoldo López y la de su familia que la propia trascendencia de los sucesos políticos?
-Sí. La historia ocurre en Venezuela, pero lo que me ha interesado de verdad es la historia familiar. Cómo el heroísmo de uno de sus miembros arrastra a toda la familia a una vida de sufrimiento. Incluidos los niños. Cómo Lilian, la esposa que vivía sin grandes problemas, tiene que transformarse para convertirse en una feroz activista, y luego en el adalid de la oposición venezolana. Cómo se les cuenta la cárcel a los niños. Cómo se sortean los conflictos para sacar al hijo/marido de la cárcel. Cómo reaccionan unos y otros. Y siempre la sombra del miedo: a que no te dejen volver a entrar a tu país, a que secuestren a los niños, a que atenten contra tu vida, como les ocurrió varias veces. El lector se da cuenta de lo que es vivir en un país sin ley, al arbitrio del poder. Venezuela es el decorado, los protagonistas son los personajes. Es una saga familia moderna, la historia de una familia enfrentada a un monstruo que quiere destruirla. El milagro de mi novela es que los personajes estén presentes para contarlo. Lo normal es que se los hubieran cargado, como a tantos compañeros. Porque el régimen los quiere muertos.
-Hablamos de una historia que está viva y palpitante en el presente. ¿Dónde cierra un escritor una novela en un caso que seguimos viendo en los titulares de los periódicos?
-La historia acaba con su escape. Salvan la vida, que no está mal, dadas las circunstancias. Y la familia consigue reunirse en Madrid. No es la felicidad completa, porque ésa llegará cuando se reúnan en Venezuela, pero es un logro.
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